ECHESORTU
Heredé de mi padre, la cabeza optimista,
La galera del pobre, trucos de ilusionista,
Los dos fuimos ladrones, asesinos sin sueldo,
Él mató para comer yo robé amor ajeno
Heredé de mi padre, al actor fatalista,
Sabiendo que el Universo, es un cuento de risas,
Y una luna de invierno, y pescados volantes,
Alfabeto de un loco y de un niño gigante,
Liberado por la locura, sin cura y sin gobiernos,
Él sabe bien que el infierno lo lleva dentro uno mismo,
Canta como un alud o como un ataúd,
Éstas son las cosas que me alejan
Y esto solo a mí me interesa.
Heredé de mi padre, una cierta ternura,
La chuequera imposible y los días con luna,
Yo crecía con descuido, por eso nunca pensaba,
Que le haría una canción, si no le importaba nada,
Ferroviario de bares y con vales de caja,
Lo esperaba en la casa, la monotonía,
Pero ella intuía, que no queda salida, más que crecer,
Aunque demostrarlo, no podía bien.
Viejo idealista, larga prisa, te quemó la sonrisa,
Y el premio, de que tu hijo sea importante,
Vale más no engañarse, y esa es tú pregunta,
Y éste es mi homenaje, a tus dudas,
Pon las dudas a mis dudas,
Son las tuyas, sólo que vos lo guardas,
Y yo tengo la suerte de poderlo cantar.
Conoce tanto a la gente pero una vez a él también lo engañaron,
Éstas son las cosas que me acercan
Unidos por el mismo cansancio
Atrapado por la locura, sin curas y sin gobiernos,
Él sabe bien que el infierno, lo lleva dentro uno mismo,
Canta como un alud o como un ataúd,
Éstas son las cosas que me alejan y esto solo a mi me interesan
Éstas son las cosas que me acercan y esto solo a mi me interesan.
Autor: Adrián Abonizio