CANCIONES INSTANTÁNEAS

“Amigos: esto no es un recital, es un experimento. El texto de las canciones saldrán de vuestras iniciativas, escritas al pie y elegidas, luego, por el azar que todo lo sabe, pero no dice nada. Ustedes pondrán la temática narrativa que quieran oir y nosotros en el lapso razonable de 30 míseros segundos de interrogatorios con nuestras almas errantes, intentaremos complacerlos. Si no sale bien, el Azar tendrá la culpa, nunca nosotros.
La Piedad y la Ira irán juntas, amarraditas ambas en la barca que se llama Fortuna, Inspiración y también Naufragio.
Sed contemplativos. O sordos. O agradecidos por el intento.
Muchas gracias. Dejad si así lo quisierais vuestros correos en caso de juicios o demandas.
Se podrán oír, además, canciones ya grabadas, versionadas, conocidas, como para romper el hielo.” / Adrian Abonizio

Te asesino de placer



* En el baño de la terminal entra apurado a un retrete. En la puerta, del lado de adentro, bien grande en marcador alguien ha escrito: "Soy Johnny, recién llegado. Quiero amarte bajo la ducha. Te asesino de placer y me gusta que me filmen". Tanta explicitación y exactitud le parecen un hallazgo macabro.
*-Por día muchas mujeres están detrás mío y hasta me pagan en efectivo. Hace un silencio, bebe la cerveza y estira las piernas. ﷓Soy taxista, dice el tipo. Y cierra el primer chiste de su tarde libre.
* Ostentaba cara de enterrador y carácter mudo; se vestía como un granjero dark de las pelis yankis. Parecía un oscuro diácono de civil más que un joven argentino. Sufría de un amor imposible con el que nunca había hablado. Se anotó en un taller literario y creyó que las palabras se anticipaban o lo seguían. Lo consultó con el profesor. ﷓Dejá ese laburo que tenés, vas a sonreir de nuevo, le aconsejó. El tipo era notificador de desalojos domiciliarios pero aspiraba a ser poeta. Murió como corresponde: Baleado por un deudor enloquecido.
* Su papá lo boxeaba, reproduciendo un juego que decía practicar con su abuelo ﷓!Armá la defensa!, le increpaba en medio de resoplidos. Y la punta de sus dedos, infamantes, le rozaban la pera y los pómulos. Era una pelea encubierta de enseñanza. Entonces el chico bajaba la guardia. Aquello duró años. Una tarde, ya crecido durante un entredicho sucedió aquello de levantar a su viejo de la silla como una pluma y ponerlo contra la pared con su puño sobre la cara. ﷓Bueno, bueno, así me gusta, sorprendió el padre. Estaba gustoso: Su hijo lo había desafiado y vencido. Pero él se sintió triste por haberlo avasallado y por la rabia que había encontrado dentro suyo. A los días el padre lo invitó a ver una pelea de box juntos, pero le contestó: ﷓Eso es para los fracasados. ﷓Puede ser, pero soy yo quien te trajo al mundo, retrucó. El se sintió peor. El padre siempre parecía ganar el match.
* El viaja en un taxi a medianoche abstraído con la música de cumbia del taxista y de sus charlas. De pronto siente en la radiollamada la voz chispeante del operador: ﷓¡Sánchez está tan enfermo que hasta el auto que maneja vive medicado!. Va a usar el chiste cuando se acuerde a la vez que se identifica en su hipocondría galopante.
* El pibe observa con detalle el mechón negro que flota en la pileta del campo. ﷓¿Qué son papá?. El padre las mira entre sus dedos y dictamina. ﷓Pelos de caballo. ﷓¿Y cómo vinieron a parar acá?. ﷓Se los cortaron y vinieron por el aire. ﷓Si los caballos no vuelan. ﷓Son las cerdas, hijo, son las cerdas que le cortan. Y ante la cara de asombro del hijo él entiende que ha de sobrevenir una larga charla acerca del juego de palabras y de la zoología.
* Lee en un arcaico libro con olores a humedad. "En el siglo XIX en USA se aplicaba la 'ley del pulgar' consistente en que el marido podía azotar a la mujer con una vara siempre y cuando ésta no superase el grosor del pulgar del golpeador". Se mira los dedos, imagina el cuadro: El tipo llevado al juzgado, apremiado y castigado porque sobrepasó el ancho. ﷓Soy corto de vista, imagina que argumenta. Y al instante lo dejan libre.
* Cuando el se sentía interrumpido bruscamente, ella decía que estaban intercambiando ideas. Cuando a él le empezaron a asquear ciertos olores o ruidos corporales ella retrucaba diciendo que la naturalidad es sana. Cuando confesaba ruindades con desconocidos ella afirmaba que no eran hipócritas. Cuando ella tuvo un amante y lo confesó argumentando que lo mejor era siempre la verdad, a él le pareció un naufragio. Pero siguieron. Una día ella cayó por toda la cuenta, sin arte y expuesta a su dolor y a su endeble entereza. No pudo más andar pero él la protegió, cobijó y trabajó mucho más para mantener a ambos. No admitió jamás una disculpa y se alejaba cada vez que ella pedía perdón. Todos los días ella lo hacía, por vez primera, sinceramente. El no oía. Ella creía que eso era amor: La venganza tiene formas sublimes.
* El taxista ve una dama pulposa en la vereda cuando él la descubre evanescente. Es una ternura de belleza. El que maneja, un gordito tatuado murmura: ﷓!Está tan buena que dan ganas de cagarla a trompadas!. No lo puede creer. Entiende en ese momento de fatal epifanía por qué el mundo se encuentra en guerra y sin poesía.

Figuritas



* "La difícil", conseguir "la difícil" a cambio de una pelota de fútbol. Harto de la búsqueda y sabiendo que la inhallable era un remoto DT de Racing, tomó una de Maschio y con birome Bic trazo grueso le dibujó un cuello de camisa y una corbata. Y mandó a un ignaro a recoger el botín fraudulento. Se sorprendió cuando su enviado fue echado del negocio como un ladrón. Su venganza posterior, con los años, fue falsificar dinero. Las figuritas y la desigual competencia urden delincuentes. Se decía esto, mientras esperaba la salida en Coronda en el pabellón de evangelistas. A ellos les había hecho creer que creía. Era mejor que estar con los "comunes". Y todo por una figu.
* Ella recuerda el Menemato con repugnancia. En enero del '96 se tiraron casillas de emergencia porque impedían la traza de autopistas. Vió por tevé que un morocho sostenía la bandera argentina como una garantía ante el arrollamiento. De nada le valió. Se lo llevaron puesto. -Macri es Menem pero sin peluquín. Y siente pena por los porteños que son arrasados a toda hora.
* "Un Rolex no cambiará el mundo, pero sí lo harán las personas que lo llevan", está escrito en letras grandes y azules en el copete de la publicidad de la revista que descansa en su falda. No hace nada, sólo decide ir hasta el baño y mear sobre ella. Se queda más tranquilo sabiendo que ha dejado al bodoque ilustrado goteándole las hojas
* Un jovato usa zapatillas negras con laterales y punteras de dibujos llameantes, como las de autos de competición, ultradeportivos y veloces. Pero el viejo casi se arrastra, bastón en mano. El lo mira avanzar y se pregunta si esas llamas no estarán antecediendo al Infierno que le depara al anciano en breve.
* Hay 200 millones de soles. Son las 20.15 y está en una urgencia, la paciente precisa que le abran la muela infectada. Irradia al hacerlo un olor a pantano que él conoce. Ella es delicada, hermosa. El piensa en los planetas mientras le mira las tetas y siente que puede curar, batallar contra el mal, sanar, dar amor como una galaxia plena. -¿Te duele?. No, ya no. ¿Y por que llorás? -De vergüenza.Entonces comprende que podría regalarle un universo, dejarlo a su pies como la mayor carie sanada y luminosa. Salvarla para salvarse el mismo de sus propias ignominias que a veces le suelen doler como si tuviese una muela rota.
* -Tengola, tengola, tengola, era la muletilla que se usaba cuando a uno le mostraban las figuritas para canjear. La tengo, la tengo, la tengo, significaba aquello. Porque había que abreviar, el mundo era insignificante al lado de hallar la figurita preciada, la difícil. Solo una vez la obtuvo y fue tras larga pelea, bajándola a piedrazos de una pilita sobre un paredón, derrotando a su adversario. Pero estaba rota y la cara de Tarabini apenas se notaba. La guardó bajo un vidrio, como una mariposa muerta. No servía para llenar álbum alguno, pero era suya, la había obtenido con puntería y sudor. Suya.
* Su abuelo tenía un cine en el pueblo. Y un jeep celeste y marrón con figuras de chapón de las siluetas de Laurel y Hardy. Por las tardes desde el micrófono anunciaba los estrenos. El lo recuerda en la cocina, dialogando con su socio. -Van una de acción, una de coboys y una de llorar. Ah, y por las dudas guardamos una de pensar. Evidentemente, antes, el mundo era más sencillo.
* Fue Marco Licinio Craso el gobernador de la ex provincia de Siria quien fuera derrotado en tierras de los persas, los partos más exactamente. Confiado excesivamente en sus fuerzas de legionarios romanos fue destruido. De 30.000 soldados sólo 500 se salvaron y se convirtieron en esclavos. Eso sí, el obtuvo el oro que buscaba de la peor forma: sus captores se lo derramaron, caliente, dentro de su garganta.
* Ella lo cuenta con un indeleble orgullo, cual viajera salvada del naufragio merced a sus brazadas. Estaba siendo capturada por la religión hasta que fue a confesarse: de entre la semipenumbra emergió una voz mezclada con olor pútrido quien la conminó a contar sus secretos y así salvar su alma. Dijo cualquier cosa y se retiró descompuesta. Ese olor era el aroma de lo que le iba a deparar el futuro si tomaba la comunión. Por eso abandonó al catecismo, aduciendo un mal nauseoso al que los doctores no encontraron explicación. Pero ella sí, reservándose hasta que creció del todo, el porqué de su malestar.
* A él, todo un hombrecito, le atraen las figuritas de hadas. No tanto por su matiz femenino sino por la delicadeza y el arte ingenioso de pegarles brillitos que él juzga sobrenaturales. Para emparejar sus pruritos, extrajo de unas figuritas de su hermana esos pequeños cristalitos y se los fue pegando a las de jugadores de fútbol. No era lo mismo porque cuando lo mostró en la barra le dijeron mariquita.

Toda esperanza resulta subversiva



* Jorge Cafrune tenía prohibida desde tiempos inmemoriales, ya sea en democracia o dictadura la Zamba de mi Esperanza, que no era de su autoría. Los censores arguían que con sólo mencionar la palabra esperanza se habría de activar un motor siniestro que promovería la sublevación, la lucha armada y el caos. Los fachos pueden ser imbéciles, calculadores, perversos pero fundamentalmente son muy supersticiosos.
* Su esposa con quien estaba casado hacía 40 años se estaba desnudando dándole la espalda. Tenía en sus nalgas una inconfundible marca del tiempo: La piel naranja. El recuerdo de los dichos de un verdulero amigo vinieron en su ayuda. ﷓Las mejores frutas son las que tienen picaduras de los pajaritos porque resultan las más dulces. Le dió una ternura infinita y se durmió envuelto en ese pensamiento amoroso.
* Son los rayos y su mutación. Suben impulsados por las torres de electricidad y en el cielo se abren como los dedos de una mano para caer con mayor furia sobre la tierra. Son engendros; Frankensteins creados artificialmente. Llevan un alma vengativa y detestan a la humanidad que los han hecho nacer sin ganas ni amor.
* El pibe lee en una revista: "Los romanos creían que Sirio, la estrella más brillante de la constelación del Can Mayor, agregaba mayor calor al sol en el verano, así fue quedando eso de 'días de perros' cuando los días son agobiantes". Mira hacia sus piernas, hacia Pingo su pichicho que luce echado junto al almohadón mientras el aire acondicionado lanza invisibles témpanos hacia ellos. Y le parece que la antigüedad era de un salvajismo sin igual, irrespetuosa y bruta. Acaricia al perro en la cabeza que ronronea asintiendo; cómodos los dos dentro la civilización que convierte a las mascotas en seres superiores.
* Hubo una leve incomodidad: Ella y el andaban mal como pareja. Era un cumpleaños. El se acercó al tipo y le dijo como advirtiendo: ﷓Ella es mi mujer. Claro, sabía que ella lo había tenido semidesnudo, en una camilla. Era masajista y el desconocido la estaba saludando como a una profesional cualquiera de la salud. Pero eso, para el doliente, creaba una intimidad abrumadora ya en pleno naufragio que él trataba de salvar como podía, aclarando cosas para oscurecer más aún el mar de fondo.
* El daba clases de ética y otras costumbres mezcladas con new age y perfomances cósmicas de salud, energía y espiritualidad: Pero era una fija que al hotel donde iba se llevaba de recuerdo una toalla, sin reparar que esa faltante la habría de reparar la chica encargada de la limpieza.
* Los amigos, igual de brutalmente honrados habían encontrado un cauce a su crueldad y acendrado machismo: Se juntaban a ver peleas de box femenino y disfrutaban de los tortazos como si fueran ellos mismos los propinadores.
* Había algo de indefinido en su alma que no podía soportar ni explicitar. El terapeuta la encrespaba: Obtenía un tema y pretendía encajonarla y así, miserablmente, tener material para meses. Su marido desocupado igual: La perseguía con mañas de acosador sentimental que la rebelaban, pero ella se inmovilizaba, no podía definir su encono. Un día los abandonó a la vez a los dos en el mismo día y se dedicó a jugar sin esas sombras chinescas y funestas a las que además había que pagarles por mes. ﷓Que se vayan a laburar, dijo apostando en la ruleta, vaso en mano.
* Tantas veces lo invitaron, tantas...el rechazaba el convite pues los consideraba tontos y antiguos. Una noche, atrapado entre fuegos dijo que sí y lejos de aburrirse la pasó de maravillas. Mucho mejor que con sus amigos del circulo áulico. En el nuevo espacio no había filmes, ni jazz, ni se debatía nada. Se comía, bebía y se hacían chistes. Sin darse cuenta llegó a una de las piezas donde terminó compartiendo el lecho con dos mujeres. ﷓Qué tarde me acordé, se dijo con el amanecer en la ventana, mientras ellas dormían entre sus piernas. Pero nunca más lo volvieron a invitar. ﷓Es extraña la gente, se dijo. Pero me lo debo merecer.
* Inglaterra envía menores de edad a combatir en Afganistán: perversiones de un imperio modelo que tiene reglamentado en las aulas el uso del puntero como elemento de castigo. Una pinturita coherente: todo pirata debe hacerse a la mar con alguna cicatriz que atestigue su sumisión a la Corona.

Ni noticias de la subversión




*Había hecho la colimba en dictadura por la zona portuaria. Recuerda haber visto todo cerrado, con alambradas y llevar siempre el dedo sobre el gatillo preocupado por la subversión. Muestra su trofeo: una libretita insignificante, negra y carente de insignias. Allí le habían indicado que estaban -a birome con letra de chimpancé- los teléfonos útiles que incluían los de la comisaría por si veía algo sospechoso. Y el del bailable Brasilia, por si algún marinero le preguntaba donde había chicas. -Girls, girls, se impacientaban y él acudía a su libretita mágica a cambio de cigarrillos importados. Los guerrilleros nunca se dejaban ver. Y menos para ir al Brasilia.
*Era chico y ya conocía algunos misterios de la naturaleza. Ahora estaba bajo la canilla del patio, su madre refrescándole la picadura de abeja. -Bueno, no llorés más, que ya pasa, lo consolaba. Pero ella ignoraba que su hijo estaba moqueando -y mucho- porque se había enterado en el Lo Sé Todo que el insecto tras dejarle su aguijón habría de morir. Por eso lagrimeaba. Más por ese dolor que por el otro.
*Ella viste de civil. Deja como todas las mañanas un billete a la señora que pide en la esquina de la zapatería. Sabe que es la madre del pibito que mató en un tiroteo de escruche. No siente culpa: sí un deber que no abandonará hasta que la trasladen o la vieja se vaya. Es dueña de su vida, ahora. Igual a los samurais, se sorprende leyendo en un libro.
*Se viste lo mejor que puede y se llega a las agencias donde venden autos importados. Por internet aprende todo lo que puede sobre modelos y cilindradas. Ante el vendedor luce como un experto. Luego, desdeñoso como cualquier rico de malhumor exige colores que no existen o modelos extraños y asegura estar dispuesto a llevarlo "cash". El vendedor consulta a la casa matriz. -Hay una demora de quince días. -¿Quince? En quince estoy afuera, en la nieve, che, se disgusta. Y se va, envuelto en la parodia, el rencor cordial y simulado. Cuando a los días lo llaman, finge extrañeza y responde que ya se compró otro modelo y que lo siente mucho, che.
*"Un delfín que estuvo en cautiverio al ser soltado mató a dos compañeros de manada. Se cree que la prisión incentiva este comportamiento", explican puerilmente en la tele. Ella la apaga, se sirve un café, mira a los edificios y parte al Juzgado de Menores, donde vive la llaga de su enigma, su sueldo y su ya casi indiferencia y pena mezclados por ser apenas una aliviadora; por no poder hacer nada.
*¡Mala farina! -mala cosa-, exclama la abuela cuando ve en tevé a la diva embarazada del ídolo de rock. -Ahora sí que lo enganché del todo, declara risueña la actriz. La ve también el Edu que está cenando. Risueña le suena a siniestra. -Eso mata al amor, alarga la abuela, mientras acaricia el gato en su falda. Al nieto le agarra un frío en el antebrazo. Piensa en su divorcio y deja de comer. La chica en la tele sonríe, no para de sonreír señalándose la panza.
*"Ya cuando nada soporte y vea unos ojos que no estime y por eso me levante de las mesas, solo para no mirarlos, tal vez empiece a ser feliz. Cuando aprenda a no sentarme en esas mesas fúnebres, ni celebrar Navidades huecas, ni saludar vecinos que ignoro, ni vacaciones inhóspitas, ni carne triste para no estar solo, a lo mejor empiece a ser feliz. Cuando abra el botiquín o lo cierre y me mire al espejo y ya no sienta el hastío de haberme equivocado y entonces deje de escribir y empiece el trajín de volver a caminar para aprender todo de nuevo, capaz que empiece a ser feliz. Como me merezco". Cierra el cuadernito con pudor: lo escribió hace unos años y desiste de hacer balances. Pide whisky doble para apurar de un trago.
*Papá viejo e hijo también. Lo espera a que salga, le ayuda con las valijas para subirlas al baúl del coche suntuoso que los llevará hasta el aeropuerto. Van de viaje juntos. Sin anhelos. Fríos, mutantes de la felicidad, residuales sombras de afecto no manifestado, fantasmones de igual sangre, callados, mustios, sin penas ni alegrías. Ambos comparten un secreto, la caja de acero que ninguno abrirá. El hijo sabe que su padre es un estafador y el padre sabe que su hijo se acuesta con jovencitos. A ambos le avergüenza la actividad del otro. Ambos sienten pavor de ser descubiertos. Por eso vacacionan juntos, para vigilarse, para desearle la muerte al otro, para olvidarse de ellos mismos.
*En el campo, las sierras o el mar uno se despierta por el silencio apabullante; en la ciudad por el ronquido de los aires acondicionados, las máquinas express o los frenos de los colectivos. Acostumbrado a la normalidad del estrépito, se ha desperezado en el medio de una paz sin ruidos sobresaltado, como en peligro. -Dios, que rara que es la naturaleza, se dice. Y enciende un cigarrillo antes de desayunar.

Torino para un obrero



* Era anarquista, como lo había sido su padre. Trabajaba en la fábrica y de tanto insistir con un número se ganó la grande. Siguió cumpliendo con marcar tarjeta para no vivir de rentas y cuando su hijo que despertaba a la adolescencia le pidió de comprar un auto, él le contestó enojado: ﷓¿Cómo un obrero va a comprarse un Torino?. Y adquirieron un Merceditas usado para la familia y una moto flamante para el pibe. El resto del dinero se fue yendo producto de una especie de mutual de préstamo de palabra que el viejo había instalado en una mesa del Bar del Carmen. Se apellidaba Barrera. Nunca agregó intereses.
* En el bar la moza mete la mano debajo y de un frasco saca unas cascaritas blancas que vuelca en el exprimido. ﷓¿Qué es eso?, interroga él en la barra y la sorprende ﷓Sh, son semillas para darle un toque de verdad al jugo. Comprende que las usa para el camouflage de líquido naranja concentrado que agrega a la fruta verdadera. ﷓Todo entra por los ojos, completa ella. El recuerda algunas noches pasadas junto a la dama y trata de reencontrarse con sus gemidos amatorios como quien recuerda con recelo las huellas de un asesino.
* Tiene cincuenta años que está cumpliendo en esta mañana de febrero. Sobre la mesa un jugador de metegol roto, un frasco de acrílico, un mate vencido y la dentadura de artificio de Drácula de su hijo, el menor. El caos lo sorprende pero ya es tarde: no tiene ganas de nada y lo ha invadido una tristeza infinita. Sólo hasta el lunes en que venga su mamá de visita y le ordene un poco mientras conversa. Le da un poco de pudor pensar que la extraña y necesita de ella como cuando debía hacer las tareas de la escuela y no quería. Sólo que ahora es adulto, se ha divorciado y no concurre más al colegio.
* El escudo tiene cinco rayas amarillas y cuatro azules. Y una planta de oro con un quinteto de estrellas. El otro, el de los adversarios es oscuro, nocturno y no le gusta la combinación de pigmentos. En los misterios evanescentes que el aire dispara, él entiende que la luz derrota a las sombras. Un pensamiento infantil pero sincero, que le ayuda. Si fuese DT no daría una charla sobre táctica: le trasmitiría a los jugadores esa inexplicable energía del sol.La táctica del espíritu iluminado, se dijo como para titular algo. No perderían jamás. Luego, persignándose encendió la radio: el partido estaba por empezar.
* Alguien lo llamó para actuar en un corto haciendo de inspector. Estuvo tranquilo y seguro durante todo el rodaje, como si supiera de antemano como era esto de filmar. El policía que llevaba dentro resultó mejor que él mismo, con mayor ética y bondad. Le dió vergüenza y se asustó tanto que se prometió no actuar nunca más.
* Ella evitaba sentir aquello pero desde que vivía en la Reserva a metros de la playa había empezado a sentir repugnancia por el malón que provenía de la ciudad. Le daba encono y pena. Dejaban restos de comida, tubos de bronceadores y ruidos. Después se iban afanosos y colorados. Le asqueaba entender que hasta el año pasado había sido una más de la piara.
* Don Adolfo tenía al gato en su falda y esperaba su serie policial con ansias -"Lo más importante de una casa no es la iluminación, ni los colores ni las habitaciones. Lo mejor de una casa es un buen sillón. Caro, a lo mejor, pero conviene invertir en salud. Un buen sillón es la base de la ventura, no obstante los humanos que andan dando vueltas tratando de impedirla". Sonó el timbre, estaba solo y por más que afuera voceaban su nombre no salió. El gato lo miró aprobatorio porque compartía su idea de la felicidad.
* La sensación era agradable. La jovencita se había dormido y en el asiento una parte de su cadera le rozaba el muslo. Pensó en despertarla para que no piense que estaba intentando una aproximación. Pero era la luz primera del día sobre el campo, estaba cómodo y sería peor si se movía. Tuvo un pensamiento: "Parecemos dos amantes que hubieran dormido juntos". A ese grado de confort extraño se llega cuando se viaja con perfectos desconocidos. A esa teatralidad amatoria.
* Ella pasó la noche con él en ese solo ambiente, tipo rancho. Lo más moderno que tenía era el agua corriente. Pobreza de fraile o de hippie. Cuando entró al baño, tras ser usado por él, y vió en el agua del inodoro dos fosforitos quemados para intentar tapar el olor, le entró una ternura enorme. De estos modos impensados suele comenzar el amor.

No me duran los kincones



* Valeria Mazza está estampada en una gigantografía sobre las vidrieras de la gran tienda de Sarmiento y peatonal Córdoba. Sonríe, asexuada y gélida desde su inconmensurabe belleza rubia. Dice amar a los chicos pobres y más de una vez tuvo gestos de ayuda hacia ellos, pero ahora, encerrada en su vestido de flores, nada puede hacer por los que duermen o mendigan en las veredas, a sus pies, como si fueran los súbditos de una deidad maligna, la luz de oro en tierras negras.
*De vez en cuando suele llamarle para hablar de los viejos tiempos y proponerle un encuentro con otros amigos de antes que nunca se concreta. Al principio se desesperaba, ahora lo toma como un juego donde el final nunca se termina ya que en ello consiste el mantener a flote los recuerdos: nunca mirarlos a la cara.
*Era una chica bella, inteligente, que había cortado con su novio recientemente. Como supo que la buscaba, obsesionado y por ende peligroso cada vez que existía la posibilidad de verlo, se mostraba desvariada, desvaída y absurda. Completaba el look con un desaliño ex profeso para no acentuar su lindura. La última vez que lo vio le confesó cosas terribles sobre sus heces y su mal aliento. El tipo, creyéndola más loca que él, se asustó y la dejó en paz. Ella festejó su triunfo comprándose ropa buena y cara, maquillada cual reina egipcia.
*Es flaco, perfil de insecto y aire de capataz. Se encuentra sentado en el bar contiguo de El Laberinto del Terror, una casona vieja con un paupérrimo laberinto hecho a paneles de plástico negro desde donde emergen tipos disfrazados de Frankestein, el Hombre Lobo, Drácula y otros que él contrata temporariamente para asustar a la gente. Luce preocupado: la mayoría, especialmente varones, se la han tomado con King Kong y en la semioscuridad lo persiguen hasta reventarlo a trompadas. Es un juego. La última escena, la de la noche anterior, es la de un pibe morocho con la cara abollada y la cabeza de gorila bajo el brazo, renunciando. ﷓-¿Como andás?, le preguntan. Y él responde: --Mal, che ¡No me duran los Kincones!
*Siente desde siempre dolor en el estómago y crónicas molestias. -﷓Al menos sé de qué voy a morir. Y siente que de este modo se le simplifica la vida. En eso está cuando una tapa de luz abierta se lo devora y le quiebra el espinazo: iba camino al hospital para el periódico control médico.
*El vive en el departamento que ocupara su abuela querida hasta fallecer. En el lugar donde cayó vencida por la enfermedad, el nieto, a modo de ofrenda ha depositado una cargada mesita con una coleccción de películas porno. Es el mayor homenaje vital que puede hacer, según la creencia de los consumidores de sexo.
*El tiempo no sucede, se trata de convencer. Sigue mirando a las chicas jovencitas como cuando él mismo tenía la edad que actualmente ostentan. No quiere admitir que generacionalmente podría ser su padre. Espera callado en el follaje, tarde o temprano comerá de las bayas frescas, solo es cuestión que el viento balancee el árbol. A veces se imagina ser el delantero optimista que sabe que una, una sola en el largo partido se le habrá de dar y concretará ese gol tan hermoso como nutritivo. "El tiempo no sucede ni pasa", piensa queriendo convencerse, cada vez más cansado y hambriento.
*El carrizal es un depósito donde caen las aguas negras, eufemismo de mierda humana. De negras pasan a grises y a alimentar un lago donde suelen crecer plantas acuáticas de indudable belleza y aroma. Esto demuestra que los desechos cuando son bien tratados terminan oliendo bien.Solo se da en la naturaeza. En la selva humana este experimento siempre es adverso o termina en una letra de tango, que bien podría denominarse "El Carrizal".
*Visto desde abajo, desde la perspectiva de alguien mirando al cielo una mariposa luce más grande que el helicóptero que cruza por detrás.La mariposa vuela desprolija, el helicóptero es certero.La mariposa parece dudar, el helicóptero conoce su destino. La mariposa es generosa, el helicóptero militar. La mariposa nos alegra, el helicóptero nos vigila.
*Se siente cómplice del trabajo que ejerce. Se le promete a la gente una vida segura para luego estafarlos. Por eso es que desde hace un tiempo el trabajo ha amenguado y las víctimas arriban en menor cantidad. Sus jefes están consternados.Todas las noches, él, que ha registrado sus teléfonos llama a los posibles incautos y los advierte del peligro. "Gracias ¿Quien es usted?", le preguntan. -﷓Uno, uno más contesta. Ya no usa pastillas para dormir.

La fidelidad, ja, ja, ja, ja



*"Nadie te ha sido tan leal como yo", enuncia ella adornada de colgantes, pelo en la cara, boca dibujada. Cree que por serle fiel a su hombre, al que ha elegido para su experimento de Niña Drácula, es una heroína. La felicidad es otra cosa. Ambos lo saben y es una pena. Ya no pueden hablar del tema que se enriedan y terminan en guerra. El, sin ser engañado ha dado con su cornamenta por el piso y es tan enorme su fatiga que no puede levantar la testuz y agoniza. -﷓Siempre te he sido fiel, y ella levanta la antorcha para iluminar la escena fatal a la vez que cuelga de una de las astas su medallón de bruja unido al anillo de casada.
*"Nadie sabe donde queda un niño, piensa. Le gusta la idea críptica, fatalista y esperanzadora a la vez. Se le ocurrió en una reunión de padres y la largó en voz alta. -﷓Yo a veces no la entiendo. -﷓Es buena persona pero no se sabe expresar. Todos cloqueos de señoras casadas. Tal vez le envidian su buena ropa, sus modos bellos, su elegancia, su inteligencia, su distancia y su libertad. Es mucho para esta escuela. A sus espaldas le temen tanto como la denostan. -﷓No tiene hijos. ¿Qué puede saber?, elucubran. Pero la escuela marcha con nuevos aires a cargo de esta directora que ignora las reglas y que ha hecho que nadie estudie de modo que haya más tiempo para dedicarse al intento de ser menos aplicados y más felices.
*Un amigo ya mayor contó que en la juntada con compañeros de toda una vida se empezaron a tirar nombres y la abrumadora mayoría pertenecían a difuntos. Entonces él interrogó: -﷓Che ¿A que no saben quien está vivo? Del mismo modo, el tipo recordando la secuencia podría preguntarse algo similar mientras desayuna en este bar de mujeres perfectas y reconstruídas: -﷓Che... ¿A que no saben quién tiene tetas naturales?
*Se lo ve pacífico, un Buda flaco, gesto perfecto de Mona Lisa. Ahora tiene más de cincuenta y padeció una eternidad para que comprendan que su mansedumbre no es indolencia, sus dudas no son cobardía sino prudencia. Nunca maltrató, ni envidió, ni envenenó. Es un ser elevado ganándose la vida en el tercer piso de una ratonera de Tribunales. Una noche de aguacero entró en la penumbra para salvar expedientes que de otro modo se hubieran arruinado. Sus parientes, que ignoran todo de él, consideran que es un fracasado. Dios opera de forma misteriosa.
*Fue en Buenos Aires durante los años de plomo. El estaba huído de todo. Como andaba hambreado se sentó en un bar frente al Hospital de Clínicas y desayunó hasta hartarse. Luego hizo un paga dios. A los años, ya en democracia volvió al sitio y le quiso abonar al mismo mozo la adicción. -﷓Hombre, contestó el gallego. Cuando se es un estudiante o un jovencito yo les perdono. El hambre, para el que estuvo en la guerra, es algo serio. Y dio por culminada la charla. El anduvo emocionado un buen rato, aturdido de agradecimiento.
*Tiempos de dictadura. Era ayudante colocador de membranas. Consiguió un trabajo grande y lo hizo partícipe a su compañero, quien desechó la oferta. El patrón enterado lo amonestó para luego echarlo a la calle. Le recriminó la falta de lealtad a la empresa. El le contestó que para ser leal hay que cobrar mejor. Entonces el tipo gordo lo amenazó con denunciarlo por subversivo, porque tenía "contactos". Huyó despavorido: no eran tiempos de libertad en ningún sentido. Esperó a la salida de una obra al traidor y le acercó un billete: -﷓Tomá, vengo a traerte tu parte. El otro, sin entender la ironía, se le quedó mirando como a un loco.
*Tulio se enteró que su esposa lo engañaba con uno de sus mejores amigos, pero guardó el secreto yéndose a vivir solo. Ninguno en el grupo lo supo, hasta que dedujeron el asunto, puesto que a ambos nunca más se los volvió a ver juntos. Pasó el tiempo y Tulio seguía como si nada. Una noche, volviendo en auto del trabajo, otro se encargó de hacerle la pregunta fatal sobre que sentía o había sentido. -﷓Nada, cosas que chocaban. Vergüenza ajena, a lo mejor. No supe que hacer, porque a los dos los quise mucho. Ahora el problema es de ellos. Y encendió, impasible, un cigarrillo.
*Por el parque, cerca del Laguito, hay un enchufe en un árbol que lleva su carga por un cableado hasta la altura. Lo usan quienes cortan el pasto y el dueño del carrito de hamburguesas. Una vez vio caído cerca a un gran pájaro y constató que tenía el pico chamuscado, seguramente por querer quedarse con algo de aquella chispa invisible, con la energía articial que manaba desde aquel árbol eléctrico.

Les juro que puedo volar



Ocurrió en Córdoba. El loco del pueblo se había propuesto volar, definitivamente. Como en el lugar común de todas las poblaciones, siempre habrá uno que lo intente. Armó una mochila de maderas y dispositivos erróneos, unas alas de nylon, cosidas burdamente y subió en aquella mañana de domingo hasta El Nevado. Todo el pueblo lo seguía o esperaba a los costados de la pendiente, antes del precipicio. Ninguno lo detuvo. Ya era hora de que el tipo compruebe aquello. Sin más ceremonias tomó valor y se largó corriendo hacia abajo para lanzarse al vacío. No hizo más de veinte pasos que enredado en sus piolines, tropezó y llegó rodando hasta la base de lanzamiento, hecho un despojo de sangre, tela y plástico. El detalle fue que de la perrada que ladraba enervaba surgió su pichicho y al no reconocer que aquello era su dueño lo mordió. -﷓Soy yo Boby, tranquilo, fueron sus últimas palabras.
 Le trajeron un reloj de New York comprado en el barrio chino, muy berreta. Impresionaba de lejos. De cerca un pedacito de plástico bien dispuesto. La perillita se falseó, la malla de descascaró pero le quedó adentro la magia oriental. Descubrió que al detenerse, trabado en sí mismo, las agujas quedaron marcando una hora que invertida era igual: las 20.10 -﷓al revés serían las 13.40 o las 20.10 si uno no mide el tamaño de las agujas--. Es como el amor, donde no hay ley aunque todo es circular y según se mire.
Son feas pero sonríen: pasean, recorren el circuito deportivo con una fe que las hace victoriosas.Y se tornan lindas porque tienen ganas de serlo. Para él, que se encuentra deprimido, aquello es una epifanía, un mensaje de que todo no está perdido. Pasa y las piropea como lo haría si se encontrara con la mismísima Pampita.
 Ya divorciado trajo a vivir a su hijo adolescente con él. Por la privacidad es que ha hecho un despliegue único; concederle una entrada aparte con un tabique y de un viejo garage hacer la habitación para el pibe. En algunos sábados siente las llaves, murmullos y luego una risa de mujer, siempre distinta. El intenta concentrarse en la película. Cada vez las voces y los gemidos amatorios van subiendo en calidad y cantidad. Una noche se descubrió con el oído en la mampara e imaginándosela, pues la había espiado cuando bajaron del taxi. -﷓Una bestia hermosa, se dijo. Avergonzado, se sentó a ver 2001, Odisea del Espacio con una mezcla de orgullosa envidia.
 "¿Cuando una ropa de salir se hace para todos los días? ¿Cuando una zapatilla se torna chancleta?". En estos detalles ella piensa regando las plantas, mientras coteja que ya no la piropean o la miran con estudiada concentración y nada más. Entonces sin resentimiento tira a la basura algunos adornos que la acompañaron por siglos cree ella. Se desnuda frente al espejo, oye a Serrat, se sirve un té frío con vodka y se acaricia intuyendo que ya deben ser las siete y su novia está por visitarla.
 Aquí, comida al paso, parecen decir los autos estacionados, porque los gorriones dan vuelta y vueltas sobre la trompa y el parabrisas del Citroen azul. A él le encanta la coincidencia, mirando el sitio donde han quedado impregnados los insectos de la ruta. -﷓Parrilla a la parrilla sería ¿no? --le cuenta a la moza, quien apurada por los pedidos le dispensa una sonrisa, pero sabe que no entendió.
 En la calle en una esquina de viento, huyendo de un conteiner abierto empiezan a escapar hojas y mas hojas de cuaderno. Ella las recoge por su instinto profesional de maestra. Son de una nena y le impresiona como si tuviera en sus manos restos de mortaja. Junto al caparazón verde de la basura empieza el reguero de dibujitos, oraciones, escrituras. Se le pone la piel de gallina. Parece tener en sus manos la marcas inocentes de una muertita.
 Los restaurants al paso en las inmediaciones de la zona bancaria y cerca del mediodía le dan arcadas: ve en lugar de gente, pollos sentados, comiendo granza en un criadero
 "Dios no es perfecto: muchos no creen en él". Y este pensamiento pueril lo deja a mano con quien hasta hacía poco había sido su guía, protector y amigo. Su perfección empieza desde el momento en que dejamos de adorarlo, lee. Pero todo se desarma, se torna áspero, legítimo y bélico cuando enciende la tevé y ruega o increpa a su dios para su equipo no pierda.