Anecdotario Nª 8: Cuando escribí... El Témpano

Cuando lo terminé se me acabó con la última línea la furía que sentía.
La escribí en una cocina embrujada y lo mandé por carta para que lo grabe Baglietto.

Cuando lo anoté le agregué un título al azar, sin pensar en nada, solo por el gusto del absurdo: luego entendí que somos como los témpanos, por abajo, por dentro,somos más profundos y nos ocurren más cosas que las que dejamos ver.

Adrián Abonizio

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