Presentación del Nuevo Libro " Cuando llueve"
Se realizó en el Auditorio Rodolfo Shcoler de la Librería Homo Sapiens , Sarmiento 829 de la ciudad de Rosario, presentado por Marcelo Scalona, con entrada libre y gratuita, el Viernes 13 de Septiembre de 2013 a las 19 hs. Colección Ciudad y Orilla.
Luego de la lectura de un relato por MarceloScalona, Adrián Abonizio hizo una reflexión sobre el libro, la educación y la actualidad de los escritores.
Los oficios religiosos
Sensaciones encontradas. En el paisaje de mi amor adolescente, de mi escuela nocturna Zona Parque Comercial que de día es la Bolivia, No 610, Francia y La Paz, voy a votar. Sufragio. Sufrir al agio. Juegos de palabras de un lejano surrealismo que jugábamos en la nocturnidad de los recreos spinetteanos. Atracción con unas gotas de indiferencia. Brebaje disuelto en el mate primerizo y el olor cordial de las tostadas. En la calle que no termina de otoñizarse, el pasto irregular, las banderolas entornadas de las casas, la gente en las incipientes filas, el sol mediano aureolado de llovizna.
Ya soy un hombre maduro, democratizado, expectante y decepcionado. Sensaciones encontradas en la vereda que alguien perdió y resulta ser un sujeto igual a mí, el de la anterior votación que hoy vuelve a corporizarse físicamente como un vampiro que estuviera de vacaciones lejos de su cuerpo y regresa a la cueva de arterias. Vuelvo a sentir lo mismo: una vacuidad enturbiada con una sed religiosa, un fervor patrio con ganas de faltar, todo disimulado entre las arrugas de mi frente malhumorada y en mis ojos con gafas oscuras, allí, en el café solitario de calle Lagos donde bebo esquinado en un bar de tahúres que aún no se anotició que esta mañana hay votaciones y la patria espera. Las caras de los candidatos me persiguen hasta en sueños y me hostigan. Patéticos, serios como enterradores, sonrientes, anhelantes como novias antiguas, variados, desde chicas bonitas a cataduras espeluznantes.
Son como los semblantes de los destrozos que aterrizan en las vedettes mayorcitas: todas con el mismo modelo de boca y nariz; rictus replicados como si el Cirujano del Tiempo o el Publicista Divino les hubiese ordenado el gesto: denotar confianza, miradas brillantes, semisonrisas de comodidad, sin tensiones, mirando al futuro con optimismo en el irremediable paisaje de nubes detrás. "¿Todos tus muertos?", me digo, pero es el aire matinal como en un Amarcord de confesión en la iglesia, el hormigueo en el estómago, la sensación de culpa, castigo, redención y salvataje lo que promueve mi clima de creencia primitiva. Ellos, ellas. Son la promesa, son lo que vendrá. Se ofrecen, dan garantías, se nos acercan, quieren mostrarnos un edifico sólido con andamios fuertes y vigas poderosas. Honradez. Lealtad. Fe. Son así de olímpicos burladores de la duda; inexcrutables y raros; como especies extrañas, igual al original vino escanciado, como el olor del río: iguales a sí mismos, por ende, todos iguales, más allá de sprays, maquillajes, pelos o calvicies, sexo o ropa nueva, deportiva, casual, atildada. ¿Qué quieren de nosotros? ¿Por qué nos buscan? ¿Por qué raspan nuestros oídos con cumbias y abrazan niños en los spots? ¿Por qué, por qué lo hacen y lo vuelven a hacer? ¿De qué se ríen? ¿Por qué están tan serios? Me he preguntado en esta mañana incierta y ferviente como cuando antaño, confiado pero con un resquemor en las tripas, entraba a misa, atontado de religiosidad y de las lágrimas de la Virgen Mamá allí arriba mientras que en el atrio un desconocido casual cura ya momificado nos prometía cielos redentores y nos santiguaba y ofrecía, de paso, nuestros cuerpos y almas en sacrificio a la divinidad que reinaba, cruel, en algún Cielo distante augurándonos tanto paraísos como las coronas de espinas. Dios, me digo. ¿Dónde estás? Dios mío, mi Dios antiguo, poderoso, libre.
El diosito que abandoné dentro de la iglesia y encontré luego tirado en los campitos. El de mi instinto y mi rebeldía adolescente. El de Spinettalandia. ¿Guiarás esta mañana la mano errante de mi voto para que triunfe alguien digno? ¿U ofenderé tu corazón estropeado a stents con mi recelo, más por temor al castigo que por la honra de creer? Oh, Dios, debo repetírtelo porque te suelo encontrar algo sordo: algunas caras me dan pena, risa, miedo, indiferencia y hasta repugnancia. ¿Cuántos kilómetros de árboles fenecidos para la voracidad de papelería de campaña los candidatos han tumbado? ¿Lo advertirán, Dios mío?
Me escucho pensar como un profeta antiguo, anquilosado, verborrágico e improcedente. Y que si bien es cierto que muchos políticos respiran honradez, la mayoría son asmáticos. Ni exprimiendo todos los políticos se saca un caudillo. La política suele ser el arte de obtener la plata de los ricos y los votos de los pobres. En política nadie muere del todo. Los candidatos no nacen, se hacen. Frases, frases. Soy el que no guía, el que no ha visto emerger a candidato alguno con una oración feliz, una metáfora que libere una poética viva. Toda gramática usual, estigmatizada en sus vísceras de frankensteins criollos; espíritus temerosos de la voz del pueblo, almas que serían capaces de regalar pesados tornillos para construir el arca sin medir el peso de la barcaza, la calidad de la madera, la tempestad oceánica. ¿Pido demasiado?
Pido calidad no cifras: exijo belleza, no palabras. Pido remolinos, no certezas. Necesito dudas, no exactitud. Pido permiso, no garantías. Quiero la nada y por ende el todo, un todo para moldear como la plastilina. Pido una figura que se irradie de luz y se haga génesis de algo que ignoramos pero presentimos delante de nuestros ojos: pido humanos suprahumanos. No las calamidades.
Pido que entiendan que las penas son enormes y no pasan por el hueco de las cloacas nunca abiertas. Pido un milagro. Pido pan no me dan. Pido queso me dan hueso. Pienso en un viejo cuento: "Estaba el mago y desapareció el hambre, hizo otro gesto y desapareció la injusticia, hizo otro gesto y desapareció el racionamiento. El político, en cambio, hizo un gesto y lo que desapareció fue el mago". ¿Magia en estado puro, el paraíso perdido, el país soñado estoy pidiendo? ¿La manzana encantada o la cruda realidad de los codazos para salir airoso de las contradicciones?
Oh, Dios, he cometido el pecado de leer demasiado y desear mucho, de denostar a quien no vuela en las alturas sin photoshop, al que huelo temeroso de vivir y recubierto con una corteza de barniz dulce cual torta empalagosa. Voto, luego bebo, harto de tanto menjunje tempranero de sortilegio, superstición, la didáctica ecuánime y que ruego me devuelva a tierra: que si no te ocupás de política la política se ocupará de vos.
Y al despedirme de mis rezos advierto que a pesar de no entenderme, o que descalificarán esta nota por absurda, ellos, los que hemos elegido, se han convertido en nuestras caras, a imagen y semejanza, de nosotros los pecadores y los confesores, los dominadores y los dominados; los errantes y los iluminados. Aquellos que seremos tratados como dioses hasta que cierre la última urna el domingo veintidós, para luego volver a ser mortales, numerales, ceros, enigmas que nadie conoce hasta que nos vuelvan a necesitar para el próximo oficio religioso. O que nosotros podamos cambiar de caras.
Adrián Abonizio presenta "Tangolpeando"
http://www.laarena.com.ar/culturales-adrian_abonizio_presenta__tangolpeando_-93129-118.html
Con el doble fin de recaudar fondos y simultáneamente ofrecer un espectáculo de jerarquía, la Fundación Vidanimal junto al auspicio de LA ARENA, presentarán un concierto del cantautor y escritor rosarino Adrián Abonizio. La actuación será mañana a las 21.30 en el Teatro Español de Santa Rosa y forma parte de la gira durante la cual el músico presenta los temas de su nuevo disco de tangos llamado "Tangolpeando", con canciones donde, entre el humor y la mirada de cronista de estos tiempos, Abonizio ratifica su condición de gran letrista de canciones argentinas.
El grupo que lo acompaña está integrado por Rodrigo Aberastegui en guitarra y piano, Sergio "Muerto" Sainz en contrabajo, Luciano Jazmín en violín y Martín Carr en bandoneón.
El rosarino es el autor de reconocidas canciones como "Mirta de regreso", "El témpano", "Dios y el diablo en el taller", y fundador de la Trova Rosarina junto a Juan Carlos Baglietto, Fito Páez, Silvina Garré, Rubén Goldín y Jorge Fandermole.
Músicos como Litto Nebbia, Joaquín Sabina, Raúl Carnota, Lucho González, Lito Vitale, Amelita Baltar y el propio Baglietto, entre tantos otros, han grabado algunas de sus canciones.
A manera de grupo telonero, actuará el local "Revirados", integrado por Roberto Palomeque en dirección y arreglos, Verónica Baraybar en piano, Santiago Morete en viola, Enzo Ludueña en violín, Darío Gigena en corno francés, Camilo Sánchez en clarinete, Silvano Fuentes en flauta traversa, Jorge Rodríguez en batería y Damián Gigena en contrabajo.
El disco.
"Tangolpeando" es el último trabajo discográfico de Adrián Abonizio y cuenta con doce canciones de autoría propia. El disco se presentó oficialmente el 8 de septiembre pasado en el Gran Salón, plataforma Lavardén de Rosario, como inicio de una gira nacional que emprenderá junto a su banda.
Reconocidos periodistas culturales han realizado apreciaciones sobre los trabajos de Abonizio, entre ellos profesionales de medios nacionales como la Revista Cultural Ñ o Sergio Pujol, escritor del libro "Canciones Argentinas (1910-2010)". Este último, periodista e investigador argentino, calificó a la canción "Mirta, de regreso" como una de las mejores letras del cancionero popular argentino en cien años. Además, agregó sobre el trabajo "Tangolpeando" que "tenemos al Abonizio de siempre: afinado en registro medio, de tonos un poco ásperos, cálido y confidente. Definitivamente, no impostó su voz para simular el cantor de tangos que no fue ni será. Curiosamente, esta ausencia o sustitución -un estilo de canto más moderno- termina acrecentando la credibilidad de canciones que, con toda seguridad, serán la delicia de los degustadores de tangos reos. Una voz coetánea, un sonido tradicional y un repertorio a estrenar".
El Diario . Paraná
Miembro fundamental de uno de los movimientos culturales más importantes que vio nacer Argentina hace 30 años: La Trova Rosarina. Hacedor de canciones de la memoria colectiva: “Mirta de regreso”, “El témpano”, “Dios y el Diablo en el taller”, entre otras.
Para renovarse en la expresión, Abonizio se lanzó hacia el tango y ahora escribe las crónicas modernas con un personal espíritu tanguero teñido de humor y tragedia cotidiana. Te invitamos a compartir la entrevista.
Tangolpeando es parte de una trilogía tanguera, ¿podrías contar sobre los otros dos discos que la componen?
Adrián Abonizio (AA): Fueron concebidos como un todo ascendente: el tango criollo, puro, luego el tango canción y por último el tango experimental, sicodélico con el que terminaremos la trilogía denominada Tricota. Claro que seguiremos con el tango en cualquiera de sus vertientes porque lo vamos a institucionalizar como parte de nuestro ADN. Siempre lo hicimos pero ahora sacamos carnet de autores y nos tenemos fe.
¿De qué manera empezaste a escribir y cantar tus propios tangos? ¿Cómo fue el proceso de composición junto a Rodrigo Aberastegui?
AA: Naturalmente, dándole temas a Amelita Baltar, el dúo Baglietto-Vitale, Gabriela Torres, Patricia Barone, San Telmo Lounge, entre otros. Luego supe que nadie mejor que yo para entender lo que escribía así que me largué contando con la ayuda de Rodrigo... el tango es una gran fábula que te permite ponerte mascaras diversas, versátiles... pero hay que actualizar el lenguaje, hay que ser uno mismo, poéticamente hablando, como uno es, como se sienten o se inventan las cosas. El tango es un guión siempre extraordinario de una película que siempre se está escribiendo.
¿Llegaste al tango por algún tipo de necesidad artística en particular?
AA: Estaba como ahogado: había historias que no podía contar más que desde la óptica tanguera, con humor negro, con melancolía, con la sensación definitiva de animarme a pertenecer a una región donde lo que se cuenta tiene que ver con lo que viví, con lo que veo.
¿Para vos qué es el tango canción? ¿Qué te moviliza para escribirlos?
AA: El tango es como respirar, como escribir una novela en tres minutos. Me mueve el deseo que arrimarme a los grandes letristas, aprender de ellos. Ser tanguero sin darme cuenta, con la sencillez de estar, de ser un punto en el planeta que apunta al cielo: espero que la gente sin importar la edad se identifique con nosotros.
¿Más allá de la música, la lectura también te acercó a este género?
AA: Si, claro. Nadie que no haya leído y mucho puede escribir tangos. Desde Ciorán hasta José Hernández, pasando por los chistes de bar hasta las narraciones deportivas, todo es tango, solo que hay que estar atento para filtrarlo y traducirlo en historias.
El tango es una música que sigue evolucionando, creciendo a qué se debe.
AA: Lo hace porque es un género inmortal, así de simple y va mutando sin perder su cascarón, su esencia milagrosa. El tango cantado es un hecho inédito donde la gente aplaude los finales tristes, es raro, pero contundente. Es extraño emocionarse, reírse, burlarse de la hipocresía del mundo, y enamorarse de la nostalgia a través de los tangos: es un género impresionante, es ciencia ficción.
Hace tres décadas eras parte de un movimiento que marcó la música de nuestro país, ¿hay una nueva trova rosarina según tu opinión?
AA: No creo, no la veo. Con humildad considero que hemos construido un castillo de maderas fuertes con portones abiertos. Que nadie se haya atrevido a entrar no es asunto nuestro. En todo caso han levantado sus propios fortines. Nosotros cumplimos 30 años y parece que aun no hubiésemos empezado: está todo por hacerse.
¿En esta etapa de tu vida te sentís cerca o lejos del rock?
AA: Ni cerca ni lejos, llevo al rock en la sangre y no me lo podré sacar. Lo contestatario ya fue enterrado con pompas fúnebres, ahora queda el ritmo, un juego de palabras, el recuerdo de algo, lo cercano como el amor a Spinetta, a Charly, Divididos, Sumo y listo. A otra cosa. Lo que me ayudó a liberarme hoy ya carece de fuego. Pero hay que ser agradecidos. Con Sainz y Aberasdtegui estamos por sacar Embarcaciones que se podría llamar un disco de rock o como se llame... es nuestra vida, nuestro latido, nuestra composición en trío lo que prevalece, el cariño a la música que nos ayudó tanto.
DIXIT
El tango es como respirar, como escribir una novela en tres minutos. Me mueve el deseo que arrimarme a los grandes letristas, aprender de ellos. Ser tanguero sin darme cuenta, con la sencillez de estar, de ser un punto en el planeta que apunta al cielo: espero que la gente sin importar la edad se identifique con nosotros.
CUADRO
Adrián Abonizio: Uno de los mayores emblemas de la trova rosarina presentará en Paraná su nuevo disco: “Tangolpeando.
Abonizio estará acompañado por Erica Di Salvo en violín (ex integrante de la banda de Charly García), Rodrigo Aberastegui en guitarra y piano y “Muerto” Sainz en contrabajo.
Agendá: Viernes 12 de octubre | 21hs | teatro municipal 3 de febrero. Plateas $60 - Tertulia $50 - Paraíso $40.
TANGOLPEANDO EN SANTA FE
13 DE OCTUBRE - 22 HS
SALA FOYER (PLANTA ALTA)-CAPACIDAD LIMITADA
- CENTRO CULTURAL PROVINCIAL -
JUNIN 2457- STA FE
"TANGOLPEANDO"
El nuevo disco de tangos de
ADRIÁN ABONIZIO
ENTRADAS ANTICIPADAS: $50
ENTRADAS DIA ESPECTACULO $60
En el marco de los 30 años del surgimiento de la Trova Rosarina, uno de sus fundadores, Adrián Abonizio, presenta su nuevo disco de tangos. Con el cd “Tangolpeando” (BlueArt Records, 2012), Abonizio ratifica por qué es uno de los grandes autores de canciones argentinas.
“Aquí tenemos al Abonizio de siempre: afinado en registro medio, de tonos un poco ásperos, cálido y confidente. Definitivamente, no impostó su voz para simular el cantor de tangos que no fue ni será. Curiosamente, esta ausencia o sustitución – una estilo de canto más moderno allí donde se esperaba la retórica del tango clásico – termina acrecentando la credibilidad de canciones que, con toda seguridad, serán la delicia de los degustadores de tangos reos. Una voz coetánea, un sonido tradicional y un repertorio a estrenar: ¿será esta la clave del tango canción del siglo XXI?”, escribió el periodista Sergio Pujol en las notas del disco.
Son 12 temas propios donde, entre el humor y la mirada de gran cronista de estos tiempos, Abonizio ratifica, sin dudas, su condición de gran letrista de canciones argentinas.
El disco se presentó oficialmente el 8 de setiembre en el Gran Salón, Plataforma Lavardén, de Rosario, como inicio de una gira nacional que emprenderá Abonizio junto su banda.
Abonizio es un hacedor de clásicos. Es autor de grandes títulos como “Mirta de regreso”, “El témpano”, “Dios y el Diablo en el taller”, y fundador junto a Juan Carlos Baglietto, Fito Páez, Silvina Garré, Rubén Goldín y Jorge Fandermole, de la Trova Rosarina.
Músicos como Litto Nebbia, Joaquín Sabina, Raúl Carnota, Lucho González, Lito Vitale, Amelita Baltar y el propio Baglietto, entre tantos otros, han grabado algunas de sus canciones.
A propósito de la edición de “Extraño Conocido” (BlueArt, 2006), disco que fue nominado a los Premios Gardel a la Música, la prestigiosa revista de cultura del diario Clarín, Ñ, señaló:
“Hay discos que tienen la virtud del poder acompañarnos ilimitadamente porque nos calzan siempre en la piel, como el espejo. Extraño Conocido nació así, con vocación de cd de cabecera. (…) Abonizio desgrana diez de los temas que lo han convertido, de los ´70 hasta aquí, en uno de los compositores que convierten en himno del corazón todo lo que tocan”.
El reconocido periodista e investigador argentino, Sergio Pujol, en su libro Canciones Argentinas(1910-2010), calificó al tema de Abonizio, “Mirta, de regreso” como una de las mejores letras del cancionero popular argentino en cien años.
Adrián Abonizio presentó su álbum "Tangolpeando" en la Plataforma Lavardén
Adrián Abonizio presentó "Tangolpeando", su nuevo álbum de tango, con un concierto que ofreció anoche en la Plataforma Lavardén, Sarmiento y Mendoza.
Abonizio aborda el tango con el primer disco de la serie "Tricota", que denominó "Tangolpeando" y reune 12 temas de su autoría con músicas de Rodrigo Aberastegui. (Foto: H.Río)
Por Marcelo Menichetti / La Capital
Abonizio aborda el tango con el primer disco de la serie "Tricota", que denominó "Tangolpeando" y reune 12 temas de su autoría con músicas de Rodrigo Aberastegui. (Foto: H.Río)
Adrián Abonizio presentó "Tangolpeando", su nuevo álbum de tango, con un concierto que ofreció anoche en la Plataforma Lavardén, Sarmiento y Mendoza. El compositor e intérprete rosarino actuó acompañado por Erica Di Salvo (violín), Rodrigo Aberastegui (guitarra y piano), el "Muerto" Sainz (contrabajo) y Federico Pereiro (bandoneón).
El artista aborda el tango con el primer disco de la serie "Tricota", que denominó "Tangolpeando" y reune 12 temas de su autoría con músicas de Rodrigo Aberastegui.
Como un equilibrista de la música, más acostumbrado al riesgo que al camino seguro, Abonizio justifica su incursión en el tango tras ser considerado uno de los mejores compositores argentinos de música urbana y de haber integrado la denominada Trova Rosarina. "Obviamente por nacer acá y con toda la influencia sanguínea, hormonal que uno tuvo, las resoluciones filosóficas, retóricas y poéticas van a estar vinculadas con el tango", reflexionó el músico en un diálogo que mantuvo con Escenario.
—¿Por eso hace tango?
—Es como un mal necesario. Es como la gripe: todos nos hemos engripado, todos hemos silbado un tango y todos hemos compuesto un tango. Un amigo de la Academia del Tango me dijo: «Bienvenido; ahora sos un hombre de tango». Para mí fue como que le digan a un chico «Vas a jugar a la pelota con los grandes».
—¿Antes no hacía tangos?
—Estoy seguro que no hacía tangos. Obviamente por nacer acá, con toda la influencia sanguínea, hormonal que uno tuvo, las resoluciones filosóficas, retóricas y poéticas van a estar vinculadas con el tango. Pero la forma no era tango, porque uno odiaba al tango en el sentido de que representaba todo eso que uno negaba. Y es bueno negar a la generación anterior, hasta que te vas avivando y tratás de modificar para bien. Entre Jimi Hendrix y Troilo, era más atractivo Jimi Hendrix. Pero uno también escuchaba a Troilo.
—A Pugliese le atribuyen la frase: "El tango te espera a la vuelta de los 30".
—Los encontronazos en la sociedad nutrían al compositor de tangos. Actualmente las cosas han cambiado. Hasta que no descubramos qué tango hay que contar vamos a estar a media agua, anhelando el pasado y con miedo por el futuro. Pero yo pienso en tango todo el tiempo.
—Mencionó la época en la que el rock se contraponía al tango cuando la expresión juvenil pasaba a través de ese género. ¿Hoy el tango podrá ocupar ese lugar?
—La respuesta musical ya la dio. Yo veía que muchos grupos sonaban tan bien como Piazzolla pero les daba vergüenza parecerse. El tango es un ambiente muy faccioso, muy pudoroso, entonces muchos pibes, instrumentalmente pasaron esa línea y empezaron a mezclar con cosas más bien del Río de la Plata. Por ese lado está bárbaro. Lo que no está bien equilibrado es por el lado de los letristas. Hay un montón de tipos sueltos —entre los que me incluyo—, que no nos decidimos formalmente porque es un desafío muy importante y por ahí te dicen: "Mirá que está Manzi....". El tango tiene que ver con el afecto y no con romper lo anterior. Todo lo contrario; se trata de mantener lo anterior, cuidarlo, entederlo y honrarlo, pero ser uno. Yo no sé si voy a escribir como Manzi o como Discépolo, pero no tengo porqué considerar que no voy a escribir como ellos.
—¿Entre los que le dieron la bienvenida al tango alguno lo recibió con una sonrisa sobradora, como diciendo: "En algún momento ibas a caer"?
—No. Desde los 20 años aclaré que siempre me gustó el tango. Mi entrada al tango fue espiritual, en la noche de Buenos Aires. Un día dije: "Soy un hombre de tango", porque estaba repitiendo los modismos, la forma de vivir de los tangueros que yo me imaginaba: la relación con la noche, la no relación con el día. El tango me penetró, con perdón de la palabra. Yo vivía en Buenos Aires, entonces me llaman de la Academia del Tango para hablar de las letras del tango. ¡Había tipos de la academia dispuestos a escucharme! Entonces dije: "No solamente soy un hombre de tango que anda en la noche, sino que también me escuchan". Me cayeron todas las fichas y sigo adelante tratando de generar la mayor cantidad de tangos posibles.
—¿Para hacer tangos cambió el método de trabajo?
—No. Lo que te permite el tango es abordar temáticas que en el rock no existen. Les paso una data a todos los escritores: "Escriban tangos, porque con el tango se van a permitir largar todas las miserias".
—¿El tango es más introspectivo que el rock?
—Sí. El tango te permite ser cruel, así no lo seas; te permite hablar de cómo es la relación con las mujeres. No hace falta ser políticamente correcto. Con el tema del lunfardo, del absurdo, uno puede darse el lujo de decir: "Soy el hijo de puta más grande del universo ¿Y qué pasa?". En el rock lo tenés que justificar.
—¿El tango es más marginal que el rock?
—Si uno lo toma así, sí. Para el tipo que escribe, te permite hacerlo desde un lugar como más oscuro, o más tragicómico, o más cómico.
—El tango puede interpretar un momento sentimental de alguien que lo escucha.
—El tango se anticipó mucho a los existencialistas franceses. El tango es lo que decía Camus del existencialismo: "Es vulnerable pero obstinado, injusto pero apasionado de la justicia, hace su trabajo sin vergüenza y con orgullo, a la vista de todos, siempre entre la pena y la belleza". El tango siempre está entre la pena y la belleza. La vida está entre la pena y la belleza.
—Hubo una conjunción de géneros musicales que tuvo que ver con la inmigración: desde el fado hasta la canzoneta.
—Al tango lo hemos matado con todos los cantantes llorones que hemos tenido. Hemos alejado a mucha gente. Yo me quedo con el tango canyengue y criollo de Rivero, y el tango canción de los 40 o 50. Es lo que yo escuchaba. Era como un torbellino de imágenes y cuando salís a la vida decís: "Puta, esto lo escuché en tal tango, pero tengo 18 años y me gusta Jimi Hendrix. Tengo que olvidarme". Tratás de olvidarte pero el tango es una maldición. Siempre te va a encontrar a los 30. Y esto es como un juego: soy un cantor de tangos que no usa gomina, no usa saco, ni corbata. Después de la secundaria ya cantaba tangos y quería cantar como Nino Bravo. Después vinieron Los Beatles y se mezcló todo. Después llegó la Trova Rosarina y uno se va olvidando hasta que llega un momento en que uno dice: "Voy a hacer tres discos de tango".
—¿Ya tiene el material para los otros dos discos?
—Sí. Este —el primero—, es de tango más criollo, súper simple: la voz y una guitarra o dos, que es lo que predomina. Tratamos de copiar el sonido de las guitarras de (Edmundo) Rivero: el guitarrón grave y las guitarras. Es muy despojado este disco. Después tenemos otro disco que es tango-canción y se llama "Tango en años luz" y el tercero es "Psicodelia Tango". La trilogía se llama "Tricota" y éste es el primer disco.
—¿De quién escucha consejos?
—De Rodrigo (Aberastegui). Lo encontré en la calle y es como mi hijo. Lo adopté, se fue a vivir conmigo y, como en las películas, fui como un gaucho que tenía un rancho, lo encontré por ahí y se fue a vivir a mi casa cuando tenía 18 años. La llamé a la madre para que se quedara tranquila ya que estaba viviendo conmigo. Después el tipo —como en las películas de Favio— hizo su vida. Tenemos una afinidad espiritual muy grande. Ahora que tiene 28 años le pregunto: "¿Dónde aprendiste a tocar tango?"."No sé", me dice. Sabe mucho y es un tipo a quien le rindo pleitesía. Con él somos los Batman y Robin de este disco.
—A cierta edad hay que utilizar el tiempo con sabiduría.
—Tengo más de 50 años y sigo corriendo más riesgos que un pibe que empieza en el rock.
—¿Por que no incluyó tangos ajenos?
—Porque quiero tener mi propia voz de tango. Dentro de mi pluma convergen todas las plumas que yo escuché. Yo quiero tener la mía. Quiero mi pluma dentro de los caciques del tango. Me quiero ganar una pequeña estrella en la constelación del tango. No persigo ni fama ni dinero. Quiero ser una pequeña estrellita que titile dentro del firmamento del tango.
Un rosarino en la transición del rock al tango
“Tangolpeando”, el nuevo disco de Adrián Abonizio es el primero de la serie “Tricota”, que continuará con “Tango en años luz” y “Psicodelia Tango”.
El nuevo álbum editado por el sello rosarino BlueArt Records, reune 12 temas compuestos por Abonizio con música de Rodrigo Aberastegui y evoca el estilo bien criollo de los tangos de Edmundo Rivero con acompañamiento de guitarras y un bandoneón que aporta las pinceladas sonoras que terminan de redondear las imágenes tangueras.
El repertorio grabado incluye “Mi flor querida”, “Un bosque en la frontera”, “Lo tuyo está al salir”, “Río Negro”, “Pata flaca”, “Constitución de noche”, “Dealer”, “Afuera”, “Luna de alpiste”, “Paranoia S.A.”, “Calamar” y “Cómplices”.
Todos los temas fueron compuestos sobre letras de Abonizio con músicas del autor y de Rodrigo Aberastegui.
El disco fue producido artísticamente por Abonizio y Aberastegui y se grabó en los Estudios Cuarzo y los Estudios Moebio, con las participaciones de los músicos Gabriel Rivano (bandoneón), Rodrigo Aberastegui (guitarra, contrabajo, acordeón y piano), Erica Di Salvo (violín), Horacio Hurtado (contrabajo) y Hugo Pico (bandoneón).
Por Marcelo Menichetti / La Capital
Próximo recital
Sábado 8, de Septiembre 21.30 hs. en Plataforma Lavardén , Sarmiento y Mendoza – Rosario
ADRIAN ABONIZIO presenta su CD “Tangolpeando”.
Acompañado por Erica Di Salvo en violín (ex integrante de la banda de Charly García), Rodrigo Aberastegui en guitarra y piano, Muerto Sainz en contrabajo y un bandoneonista invitado.
CANCIONES INSTANTÁNEAS
“Amigos: esto no es un recital, es un experimento. El texto de las canciones saldrán de vuestras iniciativas, escritas al pie y elegidas, luego, por el azar que todo lo sabe, pero no dice nada. Ustedes pondrán la temática narrativa que quieran oir y nosotros en el lapso razonable de 30 míseros segundos de interrogatorios con nuestras almas errantes, intentaremos complacerlos. Si no sale bien, el Azar tendrá la culpa, nunca nosotros.
La Piedad y la Ira irán juntas, amarraditas ambas en la barca que se llama Fortuna, Inspiración y también Naufragio.
Sed contemplativos. O sordos. O agradecidos por el intento.
Muchas gracias. Dejad si así lo quisierais vuestros correos en caso de juicios o demandas.
Se podrán oír, además, canciones ya grabadas, versionadas, conocidas, como para romper el hielo.” / Adrian Abonizio
La Piedad y la Ira irán juntas, amarraditas ambas en la barca que se llama Fortuna, Inspiración y también Naufragio.
Sed contemplativos. O sordos. O agradecidos por el intento.
Muchas gracias. Dejad si así lo quisierais vuestros correos en caso de juicios o demandas.
Se podrán oír, además, canciones ya grabadas, versionadas, conocidas, como para romper el hielo.” / Adrian Abonizio
Te asesino de placer
* En el baño de la terminal entra apurado a un retrete. En la puerta, del lado de adentro, bien grande en marcador alguien ha escrito: "Soy Johnny, recién llegado. Quiero amarte bajo la ducha. Te asesino de placer y me gusta que me filmen". Tanta explicitación y exactitud le parecen un hallazgo macabro.
*-Por día muchas mujeres están detrás mío y hasta me pagan en efectivo. Hace un silencio, bebe la cerveza y estira las piernas. Soy taxista, dice el tipo. Y cierra el primer chiste de su tarde libre.
* Ostentaba cara de enterrador y carácter mudo; se vestía como un granjero dark de las pelis yankis. Parecía un oscuro diácono de civil más que un joven argentino. Sufría de un amor imposible con el que nunca había hablado. Se anotó en un taller literario y creyó que las palabras se anticipaban o lo seguían. Lo consultó con el profesor. Dejá ese laburo que tenés, vas a sonreir de nuevo, le aconsejó. El tipo era notificador de desalojos domiciliarios pero aspiraba a ser poeta. Murió como corresponde: Baleado por un deudor enloquecido.
* Su papá lo boxeaba, reproduciendo un juego que decía practicar con su abuelo !Armá la defensa!, le increpaba en medio de resoplidos. Y la punta de sus dedos, infamantes, le rozaban la pera y los pómulos. Era una pelea encubierta de enseñanza. Entonces el chico bajaba la guardia. Aquello duró años. Una tarde, ya crecido durante un entredicho sucedió aquello de levantar a su viejo de la silla como una pluma y ponerlo contra la pared con su puño sobre la cara. Bueno, bueno, así me gusta, sorprendió el padre. Estaba gustoso: Su hijo lo había desafiado y vencido. Pero él se sintió triste por haberlo avasallado y por la rabia que había encontrado dentro suyo. A los días el padre lo invitó a ver una pelea de box juntos, pero le contestó: Eso es para los fracasados. Puede ser, pero soy yo quien te trajo al mundo, retrucó. El se sintió peor. El padre siempre parecía ganar el match.
* El viaja en un taxi a medianoche abstraído con la música de cumbia del taxista y de sus charlas. De pronto siente en la radiollamada la voz chispeante del operador: ¡Sánchez está tan enfermo que hasta el auto que maneja vive medicado!. Va a usar el chiste cuando se acuerde a la vez que se identifica en su hipocondría galopante.
* El pibe observa con detalle el mechón negro que flota en la pileta del campo. ¿Qué son papá?. El padre las mira entre sus dedos y dictamina. Pelos de caballo. ¿Y cómo vinieron a parar acá?. Se los cortaron y vinieron por el aire. Si los caballos no vuelan. Son las cerdas, hijo, son las cerdas que le cortan. Y ante la cara de asombro del hijo él entiende que ha de sobrevenir una larga charla acerca del juego de palabras y de la zoología.
* Lee en un arcaico libro con olores a humedad. "En el siglo XIX en USA se aplicaba la 'ley del pulgar' consistente en que el marido podía azotar a la mujer con una vara siempre y cuando ésta no superase el grosor del pulgar del golpeador". Se mira los dedos, imagina el cuadro: El tipo llevado al juzgado, apremiado y castigado porque sobrepasó el ancho. Soy corto de vista, imagina que argumenta. Y al instante lo dejan libre.
* Cuando el se sentía interrumpido bruscamente, ella decía que estaban intercambiando ideas. Cuando a él le empezaron a asquear ciertos olores o ruidos corporales ella retrucaba diciendo que la naturalidad es sana. Cuando confesaba ruindades con desconocidos ella afirmaba que no eran hipócritas. Cuando ella tuvo un amante y lo confesó argumentando que lo mejor era siempre la verdad, a él le pareció un naufragio. Pero siguieron. Una día ella cayó por toda la cuenta, sin arte y expuesta a su dolor y a su endeble entereza. No pudo más andar pero él la protegió, cobijó y trabajó mucho más para mantener a ambos. No admitió jamás una disculpa y se alejaba cada vez que ella pedía perdón. Todos los días ella lo hacía, por vez primera, sinceramente. El no oía. Ella creía que eso era amor: La venganza tiene formas sublimes.
* El taxista ve una dama pulposa en la vereda cuando él la descubre evanescente. Es una ternura de belleza. El que maneja, un gordito tatuado murmura: !Está tan buena que dan ganas de cagarla a trompadas!. No lo puede creer. Entiende en ese momento de fatal epifanía por qué el mundo se encuentra en guerra y sin poesía.
Figuritas
* "La difícil", conseguir "la difícil" a cambio de una pelota de fútbol. Harto de la búsqueda y sabiendo que la inhallable era un remoto DT de Racing, tomó una de Maschio y con birome Bic trazo grueso le dibujó un cuello de camisa y una corbata. Y mandó a un ignaro a recoger el botín fraudulento. Se sorprendió cuando su enviado fue echado del negocio como un ladrón. Su venganza posterior, con los años, fue falsificar dinero. Las figuritas y la desigual competencia urden delincuentes. Se decía esto, mientras esperaba la salida en Coronda en el pabellón de evangelistas. A ellos les había hecho creer que creía. Era mejor que estar con los "comunes". Y todo por una figu.
* Ella recuerda el Menemato con repugnancia. En enero del '96 se tiraron casillas de emergencia porque impedían la traza de autopistas. Vió por tevé que un morocho sostenía la bandera argentina como una garantía ante el arrollamiento. De nada le valió. Se lo llevaron puesto. -Macri es Menem pero sin peluquín. Y siente pena por los porteños que son arrasados a toda hora.
* "Un Rolex no cambiará el mundo, pero sí lo harán las personas que lo llevan", está escrito en letras grandes y azules en el copete de la publicidad de la revista que descansa en su falda. No hace nada, sólo decide ir hasta el baño y mear sobre ella. Se queda más tranquilo sabiendo que ha dejado al bodoque ilustrado goteándole las hojas
* Un jovato usa zapatillas negras con laterales y punteras de dibujos llameantes, como las de autos de competición, ultradeportivos y veloces. Pero el viejo casi se arrastra, bastón en mano. El lo mira avanzar y se pregunta si esas llamas no estarán antecediendo al Infierno que le depara al anciano en breve.
* Hay 200 millones de soles. Son las 20.15 y está en una urgencia, la paciente precisa que le abran la muela infectada. Irradia al hacerlo un olor a pantano que él conoce. Ella es delicada, hermosa. El piensa en los planetas mientras le mira las tetas y siente que puede curar, batallar contra el mal, sanar, dar amor como una galaxia plena. -¿Te duele?. No, ya no. ¿Y por que llorás? -De vergüenza.Entonces comprende que podría regalarle un universo, dejarlo a su pies como la mayor carie sanada y luminosa. Salvarla para salvarse el mismo de sus propias ignominias que a veces le suelen doler como si tuviese una muela rota.
* -Tengola, tengola, tengola, era la muletilla que se usaba cuando a uno le mostraban las figuritas para canjear. La tengo, la tengo, la tengo, significaba aquello. Porque había que abreviar, el mundo era insignificante al lado de hallar la figurita preciada, la difícil. Solo una vez la obtuvo y fue tras larga pelea, bajándola a piedrazos de una pilita sobre un paredón, derrotando a su adversario. Pero estaba rota y la cara de Tarabini apenas se notaba. La guardó bajo un vidrio, como una mariposa muerta. No servía para llenar álbum alguno, pero era suya, la había obtenido con puntería y sudor. Suya.
* Su abuelo tenía un cine en el pueblo. Y un jeep celeste y marrón con figuras de chapón de las siluetas de Laurel y Hardy. Por las tardes desde el micrófono anunciaba los estrenos. El lo recuerda en la cocina, dialogando con su socio. -Van una de acción, una de coboys y una de llorar. Ah, y por las dudas guardamos una de pensar. Evidentemente, antes, el mundo era más sencillo.
* Fue Marco Licinio Craso el gobernador de la ex provincia de Siria quien fuera derrotado en tierras de los persas, los partos más exactamente. Confiado excesivamente en sus fuerzas de legionarios romanos fue destruido. De 30.000 soldados sólo 500 se salvaron y se convirtieron en esclavos. Eso sí, el obtuvo el oro que buscaba de la peor forma: sus captores se lo derramaron, caliente, dentro de su garganta.
* Ella lo cuenta con un indeleble orgullo, cual viajera salvada del naufragio merced a sus brazadas. Estaba siendo capturada por la religión hasta que fue a confesarse: de entre la semipenumbra emergió una voz mezclada con olor pútrido quien la conminó a contar sus secretos y así salvar su alma. Dijo cualquier cosa y se retiró descompuesta. Ese olor era el aroma de lo que le iba a deparar el futuro si tomaba la comunión. Por eso abandonó al catecismo, aduciendo un mal nauseoso al que los doctores no encontraron explicación. Pero ella sí, reservándose hasta que creció del todo, el porqué de su malestar.
* A él, todo un hombrecito, le atraen las figuritas de hadas. No tanto por su matiz femenino sino por la delicadeza y el arte ingenioso de pegarles brillitos que él juzga sobrenaturales. Para emparejar sus pruritos, extrajo de unas figuritas de su hermana esos pequeños cristalitos y se los fue pegando a las de jugadores de fútbol. No era lo mismo porque cuando lo mostró en la barra le dijeron mariquita.
Toda esperanza resulta subversiva
* Jorge Cafrune tenía prohibida desde tiempos inmemoriales, ya sea en democracia o dictadura la Zamba de mi Esperanza, que no era de su autoría. Los censores arguían que con sólo mencionar la palabra esperanza se habría de activar un motor siniestro que promovería la sublevación, la lucha armada y el caos. Los fachos pueden ser imbéciles, calculadores, perversos pero fundamentalmente son muy supersticiosos.
* Su esposa con quien estaba casado hacía 40 años se estaba desnudando dándole la espalda. Tenía en sus nalgas una inconfundible marca del tiempo: La piel naranja. El recuerdo de los dichos de un verdulero amigo vinieron en su ayuda. Las mejores frutas son las que tienen picaduras de los pajaritos porque resultan las más dulces. Le dió una ternura infinita y se durmió envuelto en ese pensamiento amoroso.
* Son los rayos y su mutación. Suben impulsados por las torres de electricidad y en el cielo se abren como los dedos de una mano para caer con mayor furia sobre la tierra. Son engendros; Frankensteins creados artificialmente. Llevan un alma vengativa y detestan a la humanidad que los han hecho nacer sin ganas ni amor.
* El pibe lee en una revista: "Los romanos creían que Sirio, la estrella más brillante de la constelación del Can Mayor, agregaba mayor calor al sol en el verano, así fue quedando eso de 'días de perros' cuando los días son agobiantes". Mira hacia sus piernas, hacia Pingo su pichicho que luce echado junto al almohadón mientras el aire acondicionado lanza invisibles témpanos hacia ellos. Y le parece que la antigüedad era de un salvajismo sin igual, irrespetuosa y bruta. Acaricia al perro en la cabeza que ronronea asintiendo; cómodos los dos dentro la civilización que convierte a las mascotas en seres superiores.
* Hubo una leve incomodidad: Ella y el andaban mal como pareja. Era un cumpleaños. El se acercó al tipo y le dijo como advirtiendo: Ella es mi mujer. Claro, sabía que ella lo había tenido semidesnudo, en una camilla. Era masajista y el desconocido la estaba saludando como a una profesional cualquiera de la salud. Pero eso, para el doliente, creaba una intimidad abrumadora ya en pleno naufragio que él trataba de salvar como podía, aclarando cosas para oscurecer más aún el mar de fondo.
* El daba clases de ética y otras costumbres mezcladas con new age y perfomances cósmicas de salud, energía y espiritualidad: Pero era una fija que al hotel donde iba se llevaba de recuerdo una toalla, sin reparar que esa faltante la habría de reparar la chica encargada de la limpieza.
* Los amigos, igual de brutalmente honrados habían encontrado un cauce a su crueldad y acendrado machismo: Se juntaban a ver peleas de box femenino y disfrutaban de los tortazos como si fueran ellos mismos los propinadores.
* Había algo de indefinido en su alma que no podía soportar ni explicitar. El terapeuta la encrespaba: Obtenía un tema y pretendía encajonarla y así, miserablmente, tener material para meses. Su marido desocupado igual: La perseguía con mañas de acosador sentimental que la rebelaban, pero ella se inmovilizaba, no podía definir su encono. Un día los abandonó a la vez a los dos en el mismo día y se dedicó a jugar sin esas sombras chinescas y funestas a las que además había que pagarles por mes. Que se vayan a laburar, dijo apostando en la ruleta, vaso en mano.
* Tantas veces lo invitaron, tantas...el rechazaba el convite pues los consideraba tontos y antiguos. Una noche, atrapado entre fuegos dijo que sí y lejos de aburrirse la pasó de maravillas. Mucho mejor que con sus amigos del circulo áulico. En el nuevo espacio no había filmes, ni jazz, ni se debatía nada. Se comía, bebía y se hacían chistes. Sin darse cuenta llegó a una de las piezas donde terminó compartiendo el lecho con dos mujeres. Qué tarde me acordé, se dijo con el amanecer en la ventana, mientras ellas dormían entre sus piernas. Pero nunca más lo volvieron a invitar. Es extraña la gente, se dijo. Pero me lo debo merecer.
* Inglaterra envía menores de edad a combatir en Afganistán: perversiones de un imperio modelo que tiene reglamentado en las aulas el uso del puntero como elemento de castigo. Una pinturita coherente: todo pirata debe hacerse a la mar con alguna cicatriz que atestigue su sumisión a la Corona.
Ni noticias de la subversión
*Había hecho la colimba en dictadura por la zona portuaria. Recuerda haber visto todo cerrado, con alambradas y llevar siempre el dedo sobre el gatillo preocupado por la subversión. Muestra su trofeo: una libretita insignificante, negra y carente de insignias. Allí le habían indicado que estaban -a birome con letra de chimpancé- los teléfonos útiles que incluían los de la comisaría por si veía algo sospechoso. Y el del bailable Brasilia, por si algún marinero le preguntaba donde había chicas. -Girls, girls, se impacientaban y él acudía a su libretita mágica a cambio de cigarrillos importados. Los guerrilleros nunca se dejaban ver. Y menos para ir al Brasilia.
*Era chico y ya conocía algunos misterios de la naturaleza. Ahora estaba bajo la canilla del patio, su madre refrescándole la picadura de abeja. -Bueno, no llorés más, que ya pasa, lo consolaba. Pero ella ignoraba que su hijo estaba moqueando -y mucho- porque se había enterado en el Lo Sé Todo que el insecto tras dejarle su aguijón habría de morir. Por eso lagrimeaba. Más por ese dolor que por el otro.
*Ella viste de civil. Deja como todas las mañanas un billete a la señora que pide en la esquina de la zapatería. Sabe que es la madre del pibito que mató en un tiroteo de escruche. No siente culpa: sí un deber que no abandonará hasta que la trasladen o la vieja se vaya. Es dueña de su vida, ahora. Igual a los samurais, se sorprende leyendo en un libro.
*Se viste lo mejor que puede y se llega a las agencias donde venden autos importados. Por internet aprende todo lo que puede sobre modelos y cilindradas. Ante el vendedor luce como un experto. Luego, desdeñoso como cualquier rico de malhumor exige colores que no existen o modelos extraños y asegura estar dispuesto a llevarlo "cash". El vendedor consulta a la casa matriz. -Hay una demora de quince días. -¿Quince? En quince estoy afuera, en la nieve, che, se disgusta. Y se va, envuelto en la parodia, el rencor cordial y simulado. Cuando a los días lo llaman, finge extrañeza y responde que ya se compró otro modelo y que lo siente mucho, che.
*"Un delfín que estuvo en cautiverio al ser soltado mató a dos compañeros de manada. Se cree que la prisión incentiva este comportamiento", explican puerilmente en la tele. Ella la apaga, se sirve un café, mira a los edificios y parte al Juzgado de Menores, donde vive la llaga de su enigma, su sueldo y su ya casi indiferencia y pena mezclados por ser apenas una aliviadora; por no poder hacer nada.
*¡Mala farina! -mala cosa-, exclama la abuela cuando ve en tevé a la diva embarazada del ídolo de rock. -Ahora sí que lo enganché del todo, declara risueña la actriz. La ve también el Edu que está cenando. Risueña le suena a siniestra. -Eso mata al amor, alarga la abuela, mientras acaricia el gato en su falda. Al nieto le agarra un frío en el antebrazo. Piensa en su divorcio y deja de comer. La chica en la tele sonríe, no para de sonreír señalándose la panza.
*"Ya cuando nada soporte y vea unos ojos que no estime y por eso me levante de las mesas, solo para no mirarlos, tal vez empiece a ser feliz. Cuando aprenda a no sentarme en esas mesas fúnebres, ni celebrar Navidades huecas, ni saludar vecinos que ignoro, ni vacaciones inhóspitas, ni carne triste para no estar solo, a lo mejor empiece a ser feliz. Cuando abra el botiquín o lo cierre y me mire al espejo y ya no sienta el hastío de haberme equivocado y entonces deje de escribir y empiece el trajín de volver a caminar para aprender todo de nuevo, capaz que empiece a ser feliz. Como me merezco". Cierra el cuadernito con pudor: lo escribió hace unos años y desiste de hacer balances. Pide whisky doble para apurar de un trago.
*Papá viejo e hijo también. Lo espera a que salga, le ayuda con las valijas para subirlas al baúl del coche suntuoso que los llevará hasta el aeropuerto. Van de viaje juntos. Sin anhelos. Fríos, mutantes de la felicidad, residuales sombras de afecto no manifestado, fantasmones de igual sangre, callados, mustios, sin penas ni alegrías. Ambos comparten un secreto, la caja de acero que ninguno abrirá. El hijo sabe que su padre es un estafador y el padre sabe que su hijo se acuesta con jovencitos. A ambos le avergüenza la actividad del otro. Ambos sienten pavor de ser descubiertos. Por eso vacacionan juntos, para vigilarse, para desearle la muerte al otro, para olvidarse de ellos mismos.
*En el campo, las sierras o el mar uno se despierta por el silencio apabullante; en la ciudad por el ronquido de los aires acondicionados, las máquinas express o los frenos de los colectivos. Acostumbrado a la normalidad del estrépito, se ha desperezado en el medio de una paz sin ruidos sobresaltado, como en peligro. -Dios, que rara que es la naturaleza, se dice. Y enciende un cigarrillo antes de desayunar.
Torino para un obrero
* Era anarquista, como lo había sido su padre. Trabajaba en la fábrica y de tanto insistir con un número se ganó la grande. Siguió cumpliendo con marcar tarjeta para no vivir de rentas y cuando su hijo que despertaba a la adolescencia le pidió de comprar un auto, él le contestó enojado: ¿Cómo un obrero va a comprarse un Torino?. Y adquirieron un Merceditas usado para la familia y una moto flamante para el pibe. El resto del dinero se fue yendo producto de una especie de mutual de préstamo de palabra que el viejo había instalado en una mesa del Bar del Carmen. Se apellidaba Barrera. Nunca agregó intereses.
* En el bar la moza mete la mano debajo y de un frasco saca unas cascaritas blancas que vuelca en el exprimido. ¿Qué es eso?, interroga él en la barra y la sorprende Sh, son semillas para darle un toque de verdad al jugo. Comprende que las usa para el camouflage de líquido naranja concentrado que agrega a la fruta verdadera. Todo entra por los ojos, completa ella. El recuerda algunas noches pasadas junto a la dama y trata de reencontrarse con sus gemidos amatorios como quien recuerda con recelo las huellas de un asesino.
* Tiene cincuenta años que está cumpliendo en esta mañana de febrero. Sobre la mesa un jugador de metegol roto, un frasco de acrílico, un mate vencido y la dentadura de artificio de Drácula de su hijo, el menor. El caos lo sorprende pero ya es tarde: no tiene ganas de nada y lo ha invadido una tristeza infinita. Sólo hasta el lunes en que venga su mamá de visita y le ordene un poco mientras conversa. Le da un poco de pudor pensar que la extraña y necesita de ella como cuando debía hacer las tareas de la escuela y no quería. Sólo que ahora es adulto, se ha divorciado y no concurre más al colegio.
* El escudo tiene cinco rayas amarillas y cuatro azules. Y una planta de oro con un quinteto de estrellas. El otro, el de los adversarios es oscuro, nocturno y no le gusta la combinación de pigmentos. En los misterios evanescentes que el aire dispara, él entiende que la luz derrota a las sombras. Un pensamiento infantil pero sincero, que le ayuda. Si fuese DT no daría una charla sobre táctica: le trasmitiría a los jugadores esa inexplicable energía del sol.La táctica del espíritu iluminado, se dijo como para titular algo. No perderían jamás. Luego, persignándose encendió la radio: el partido estaba por empezar.
* Alguien lo llamó para actuar en un corto haciendo de inspector. Estuvo tranquilo y seguro durante todo el rodaje, como si supiera de antemano como era esto de filmar. El policía que llevaba dentro resultó mejor que él mismo, con mayor ética y bondad. Le dió vergüenza y se asustó tanto que se prometió no actuar nunca más.
* Ella evitaba sentir aquello pero desde que vivía en la Reserva a metros de la playa había empezado a sentir repugnancia por el malón que provenía de la ciudad. Le daba encono y pena. Dejaban restos de comida, tubos de bronceadores y ruidos. Después se iban afanosos y colorados. Le asqueaba entender que hasta el año pasado había sido una más de la piara.
* Don Adolfo tenía al gato en su falda y esperaba su serie policial con ansias -"Lo más importante de una casa no es la iluminación, ni los colores ni las habitaciones. Lo mejor de una casa es un buen sillón. Caro, a lo mejor, pero conviene invertir en salud. Un buen sillón es la base de la ventura, no obstante los humanos que andan dando vueltas tratando de impedirla". Sonó el timbre, estaba solo y por más que afuera voceaban su nombre no salió. El gato lo miró aprobatorio porque compartía su idea de la felicidad.
* La sensación era agradable. La jovencita se había dormido y en el asiento una parte de su cadera le rozaba el muslo. Pensó en despertarla para que no piense que estaba intentando una aproximación. Pero era la luz primera del día sobre el campo, estaba cómodo y sería peor si se movía. Tuvo un pensamiento: "Parecemos dos amantes que hubieran dormido juntos". A ese grado de confort extraño se llega cuando se viaja con perfectos desconocidos. A esa teatralidad amatoria.
* Ella pasó la noche con él en ese solo ambiente, tipo rancho. Lo más moderno que tenía era el agua corriente. Pobreza de fraile o de hippie. Cuando entró al baño, tras ser usado por él, y vió en el agua del inodoro dos fosforitos quemados para intentar tapar el olor, le entró una ternura enorme. De estos modos impensados suele comenzar el amor.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)