Reflexiones : Gracias no bailo

Jueves, 10 de febrero de 2005




No me avergüenza, amigos, confesar que no sé bailar. Que las fiestas, las dances y hasta los cumpleaños de quince son mis adversarios. Que si me quieren ver palidecer, estrujarme en disimulos o ponerme tieso como ante un animal feroz, sabrán que estoy palpitando la cercanía con una pista de baile y que mi fobia se hace más honda. ¿Quieren verme con arritmia? ¿Temblarme los labios, el mentón, las rodillas y correrme un sudor frío en las mejillas? ¿Quieren asistir al espectáculo de un descarado empequeñecerse? Pues invítenme a bailar, amigos, y podrán humillarme si lo quieren. Es que me avergüenza ser un bailarín anorgásmico puesto que el baile es, desde los inicios de la vida, sangre en movimiento, ritual de libertad, cortesía, disgregación de vanidades, amor de estar vivos. Me creo imposible de armar una humilde coreografía, algo hormigueante que me recorra las arterias y ponga en mi cara algo luminoso.

Yo he visto cómo la gente se embellece bailando: gorditos insignificantes se tornan atractivos con la danza; chicas más bien feas se hacen lindas con un buen movimiento que las resuma. Eso quieto que son los cuerpos nada dicen en quietud. Yo he develado incógnitas degradadas por todos, tales como el caso de una dama bellísima en compañía de un tipo feo, puesto que los descubrí bailando en las pistas de aserrín, embriagados como en estado de narcolepsia pura y así comprendí lo que los demás no pudieron: eran una pareja bailarina que no advertían los espejos ni los reglamentos, sólo se miraban en esa danza que los tenía cautivos y los tornaba superlativos. En un pueblo chico una pequeña diferencia te convierte en un sospechoso, así que siendo un tierno lobizoncito de esquina empecé a bailar para que nadie advirtiera mi secreto. Repetía lo que otros hacían y sentía una rabia sobrehumana al ver que esos desgraciados horripilantes, invisibles para las chicas siempre, adquirían ante ellas una iridiscencia de astros, un magnetismo alucinatorio. ¿A las mujeres no les importaba mi oscuridad de vate en sombras? ¿No comprendían que no quería ser Travolta sino Edgar Allan Poe? ¿Qué fuerza monstruosa me borró la alegría de un buen baile? ¿Por qué bailaba solo para proseguir con la llamada hormonal de la especie? ¿Por qué todo me hastiaba? ¿Por qué todo era un tedio y una desazón donde otros encontraban la radiante fórmula divertida?

La lectura de textos iniciáticos o la escucha de músicas exóticas trataron de justificarme: yo no bailaba porque estaba en "otra", porque era profundo y especial, porque oía a King Crimson y no a los Rolling, porque veía otras barcas en el horizontes y turbias lejanías. Porque era un pelotudo para muchos y un poco para mí también. Hubiera dado todos los Hermann Hesse y sus lobos esteparios; todos los discos de jazz, todas las pipas cortazarianas y los paseos artaudianos de manicomios, todas las chicas oscuras y fumadoras, todos los pichones montoneros y las aves spinetteanas, todas las poesías surrealistas y los realismos mágicos, a cambio de una larga noche de baile en Unión y Progreso abrazando a una morocha. Yo envidiaba a esos galanes que llegaban al boliche sabiendo quiénes eran y a lo que venían. Pelo largo ensortijado, o lacio o planchado, camisa abierta, chuequera, pantalones como otra piel y unas ganas de bailar que eran un portento. Eso que yo percibía, estoy seguro, lo habrían de olfatear las damas y en ello residían sus triunfos. Como animalitas del celo que eran, percibirían en mi el pánico de solitario sin danza y eso, que yo sabía que ellas sabían, me alejó de las pistas espantado de que me descubrieran y me abofetearan, por ejemplo. O que empezaran a gritar mi nombre y me sacaran a manotazos la remera para observar las escaras, mi epidermis de monstruo, el comienzo de unas piernas galvanizadas. Y que los galanes, para rematarme, me patearan en el piso con sus zapatos de plataforma. Esos machos que se paseaban dejando tras de sí una estela de hormonas "crandall" por siempre amarrados a una tigrecita barrial de pantalones blancos, labios estridentes y mirada somnolienta.

Había un solo islote que me hacía esperanzadora la noche: los "lentos". Allí no era tan difícil el desafío, a pesar de mi terror por que advirtieran que no sabía "llevar" y me dejaran en medio de un tema, como se abandona a una mala bestia en el monte. Yo he contestado ante una invitación femenina y en alguna fiesta con un patético "gracias, no bailo" para desconcierto de la dama y el festejo por mi transgresión, que no era otra cosa que pánico total. Me hice observador; si no bailaba observaría; luego, algún día; pasaría en limpio, me haría músico, escribiría como una dulce venganza hacia ellos, hacia mi tortura. Solo yo sé cuánto llegué a odiar con furia a los bailarines de tango, a los tíos ebrios en la Navidad, a las comparsas, a los rockanroleros. Hoy mi estigma continúa con los bailadores tropicales y hasta con los jugadores que festejan con gracia sus goles. Les pido piedad. Soy enfermo de algo imperceptible que no sé qué es. Algo melancólico y con pies de plomo. Propongo la creación de un club de patas duras, un club de fóbicos y de tímidos, una reunión periódica de solos y solas, ampollados de tanto "planchar". Por favor, créanme, se sufre mucho. Me podrán decir: hay academias que enseñan. Sí, claro, como si fuese fácil desnudar nuestra patología: la torpeza de un cuerpo castigado, dos zapallos en los pies y la sangre de plomo. Necesitamos un centro de rehabilitación, un hospital del alma para las bestias que hemos sido heridas en la confrontación por movernos tratando de obtener felicidad y no lo hemos logrado. Créanme, seguiré inválido hasta que alguien, algo, me impacte en el centro de mi locura y me libere. Hasta tanto, le estoy debiendo a la vida el baile nuestro de cada noche.

OH ! Melancolía .


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Hojas de paradojas por Adrián Abonizio

Jueves, 17 de marzo de 2005


El tipo construye canchas de tenis. Apisona los cascotes molidos, marca los límites, observa los desniveles del terreno. Sus ancestros edificaron terrazas imperiales allá en el Cuzco; él plancha la tierra hasta dejarla lisita. En sus uñas hay un depósito terroso y colorado que vive quieto desde siempre. Hace esta labor de jovencito y lo hará hasta su muerte: nunca jugó ni jugará al tenis.

Las salinas son un espejo envenenado. El sol allí se agranda y enceguece las córneas; la luna parece enfriar el sopor de ese doble fuego multiplicado. Trabajar allí es fatigoso y mal pago. Tanto que a veces falta la sal en sus mesas y se abstienen del condimento. Encuentran caracoles de cuando este piso de sal era mar. Caminan en el océano invisible y suelen ahogarse no por el agua, sino por la falta de ella.

El tipo trabaja en pompas fúnebres y ha ido construyendo un futuro trabajando para el pasado. Sus cimientos son el escombro de las vidas y el los mezcla con pasión artesanal; tanto que parece un gusto estar fallecido entre sus manos. Los cambios climáticos lo ponen de buen humor: habrá más ancianos dispuestos a partir y más niños en desventaja. Es una buena persona, pero vive la vida pensando en la muerte.

Matices de un mundo de sobrevivientes que van pisando sus sombras y tal vez no vean que la alocada brújula de las paradojas los ha llevado a ser centro de un absurdo. La sombra de una sombra. Agua en el agua y contrafuego en el incendio. Cristo, hijo de un carpintero, terminó su vida clavado sobre un madero. Ernesto Guevara fue declarado no apto para el servicio militar. Y a Da Vinci le auguraron un mal futuro como dibujante. El fuego es una rápida oxidación y la oxidación es una combustión gradual. Un escándalo que da notoriedad es una caída para arriba y el beso de la mafia sella la suerte de la víctima. Hay gente bonita con el alma descompuesta y horripilantes capaces de un acto poético tan sublime como anónimo. Me encanta esto de insistir buscando lo inverosímil que no sobresale, enquistado en las costumbres. En muchísimas terminales de este país, sitio simbólico del Viaje y el Tiempo, sus relojes o funcionan mal o brillan por su ausencia. Hay pescadores alérgicos a lo que sacan en sus redes y prostitutas que desconocen el orgasmo. Llaman "madre" a las superioras de los internados o congregaciones, justo allí donde la maternidad ha sido proscripta. Un pediatra atiende, amonesta y aconseja a los padres primerizos, pero no tiene hijos. En Auschwitz había un cartel a la entrada que rezaba: el trabajo os hará libres. Los religiosos trabajan de ello: obedecen y hacen obedecer un mandato que han obtenido cual franquicia comercial. Dicen recibir órdenes de un jefe que nunca verán. Dicen dialogar con él en el colmo de la paradoja: un enunciado que otorga jerarquía y poder a la invisibilidad. Hablan por Uno que nadie ha visto y sin embargo alegan ser sus ojos y sus oídos. El ginecólogo que trabaja donde otros se divierten; el cómico que vive amargado cuando está bajo el escenario, el meteorólogo que no lava su auto a pesar que ha pronosticado sol, la chica que limpia casas y que en el fin de semana se dedica a limpiar la suya como tarea lúdica, el boxeador al que le asusta ver sangre, todas son ramitas paradojales en el árbol de los malentendidos, en la enredadera surrealista que está en nuestras vidas asombrándonos, regalándonos una dimensión de asombro. Finalmente está la gente como este oscuro escriba, que escribe leyendo párrafos ajenos de buena pluma; lo que se dice palabra sobre palabra; componer en caliente, robar sin delatarse demasiado. Puede ser una hoja de paradojas si se lo mira magnánimamente, mas creo que es llanamente, hay que decirlo, envidia. Y de la hay que deducir en su favor que encierra una buena acción también: sirve para despertar la luz del movimiento en almas dormidas a pesar de ser un sentimiento mal nacido y en las sombras. Les dejo la última con respecto a los políticos: la gente pidió el "que se vayan todos" y de a uno están regresando. Constituye una mínima paradoja y una gran vergüenza.

Un discepolín sin arrabal - Lalo de los Santos - Abonizio


Una tarde al fin
Cargo sus trastos viejos y el rodes para Rosario norte
Como un camarín las luces encendidas del taxi recortaban la noche
Fumando en el coche comedor
mirando por las ventanillas
Se dijo: 'así es mejor son tristes las despedidas'
Rana del amanecer
saltando por los charcos porteños
Nunca sabias en que cama dormir y te caías de sueño
Paso el carnaval el invierno
ya te perdono
Un cuerpo de cartones
la luna en los telones
Fuiste sin saber un discepolín sin arrabal
Dibujando en un piano
las brujas de algún barrio
El viejo bar triste el ancho mundo hizo explosión
Y un ángel impedía
la letra para hacer un tango.
Llora una mujer, Y en los perfumes de las naranjas
se hizo junio de nuevo
Central fue campeón,
y en los titulares nocturnos tu alma dejo el cuerpo entero
Viste a la parca entre las luces de una estación de servicio
Se te acerco y te dijo en un desliz
Mi amor ya no hay paraíso.
Huesos sin arma atados con cuatro cables
Oculto en un 'clandestino corazón'
tus teclas silban de hambre
Paso el carnaval el invierno ya te perdono
Un cuerpo de cartones la luna en los telones
Fuiste sin saber un discepolín sin arrabal
Dibujando en un piano las brujas de algún barrio
El viejo bar triste el ancho mundo hizo explosión
Y en la vuelta de Rocha allá empezó otra historia
Repite todo el estribillo con nara na
Na ri na na ni ra ni ra…ra ra la la la la raaaah

Homenaje a LALO en el Teatro La Comedia




Entrevista de Diario Clarin a Adrian Abonizio


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Grandes misterios del mundo adulto


Jueves, 10 de marzo de 2005
¿A quién le importan los pequeños misterios? ¿Quién se interesa por los enigmas devaluados? ¿Qué tienen de atractivo hoy la maldición de Tutankamón, el Triángulo de las Bermudas o la vida sexual del Yeti? Pavadas de la historia. Nomenclatura barata de mitos sin estirpe. Relatos de náufragos aburridos en bibliotecas con aromas a orines de roedores y papeles amarillentos. Ya se sabe hasta cómo pateó Cristo su primer penal, quién fue el arquero y si tomó carrera. Misterios quedan pocos y encima irrumpen en casa desde una pantalla.

Los míos son difíciles de sobrellevar en la adultez sin exponerlos al escarnio de la burla. Aquí empiezo: los jugadores en las canchas se ven chiquitos como hormigas, no obstante los relatores los reconocen en milésimas a pesar que nunca antes los habían visto. ¿Cómo diablos hacen? Los religiosos que aparecen en la medianoche seguramente grabarán sus programas todos en un mismo día; luego, al verse, ¿no les dará impresión esa ristra fatigosa de máximas y pasajes bíblicos? Yo aún me quedo absorto deduciendo por dónde entran los bichitos que yacen momificados dentro de los globos de luz. O que nunca sorprenda a los que escriben los graffitis. No poder comprobar la efectividad de esas botellas dispuestas en las veredas para que los pichichos no orinen. Ignorar si algunos policías ya nacieron con esa pinta de guardianes o el trajín los fue torneando. No encontrar el porqué de las curanderas cuando el empacho hace que la cinta métrica cada vez se acorte más. El misterio de algún artefacto que en la caja se veía esplendoroso y una vez abierto imposible de armar. Desconocer qué mecanismo mágico crece dentro del pabellón del oído de algunos mecánicos para que determinen que achaques tiene el auto con solo oírlo ronronear. Uno se golpea y le crece un chichón, ¿es el hueso que se hincha?. Uno mira la ciudad y tiene un pensamiento extraño: ¿cuántas muertes, cuántos nacimientos y orgasmos simultáneos se estarán produciendo? ¿Habrá alguna máquina para comprobarlo? ¿Por qué parece que la gente buena se muere antes que la dañina? ¿Qué significa ese cartel que nos anuncia que estamos siendo filmados para nuestra seguridad? ¿Será para identificar mejor a los cadáveres en caso de un robo violento? ¿Por qué en las tragedias viales los accidentados pierden sus zapatos? ¿Habrá que entrar a la eternidad descalzos? Debemos ser serios y no pensar en abstracciones. Debemos silenciar al pibe que se pregunta cosas, porque por algo crecimos y nuestras conversaciones deben versar ahora sobre los motores diesel o la consabida frigidez femenina. Sería suicida entrar a un bolichón de extramuros con tauras y asesinos en donde uno, además de ser un extraño, empiece a cuestionarse estos tópicos y provocando a los señores con acertijos, pullas y pedorreos. ¿Le parece peligroso? Mucho más lo es ir tapiando los enigmas, sintiéndonos mayores sólo porque nos aburrimos como ostras. Lo insano no está en exponerlo en sitios inconvenientes, sino en esconderlos en lugares convenientes. Por eso, amigos, yo ando con mi candidez ilustrada siempre a mano. Alguna noche pretendí sacar a bailar a la musa de los misterios para develar bajo su máscara de rouge la verdad de las verdades, pero tras mis pisotones me invitó a que no entre más a una milonga donde acceden sólo los buenos bailarines. ¿No son esas obras de arte modernas similares a las que realizan sin saberlo los albañiles en los laterales de edificios reparando la gusanera de la humedad, o los chapistas torciendo el metal? Hay mujeres que al besarlas evocan el gusto a malvón en sus labios y a animal marino en su sexo, y hombres que huelen a las cebollas crudas en su axila y a bosques quemados en su aliento ¿No seremos naturaleza plena y no lo admitimos? ¿No será el misterio mucho más sencillo de lo que parece pero que no conviene explicar? Yo admiro muchas cosas como un chico: el políglota es para mí un poseído; el que derrama una estrategia de ajedrez con eficacia un médium, y un semidiós al que dibuja una carambola de billar un gol prodigioso. Debo ser un imbécil que quiere creer en magias. Un bicho exótico que no encaja en el manicomio. Soy capaz de ver bella a una mujer sin fortuna ni gracia por el sólo hecho de haberme mirado de alguna forma particular. Soy capaz de admirar el sonido sinfónico que despide un matricero trabajando en una pieza. Y no crean que finjo ser un sensible permanente, amigos. Todo esto lo mastico en silencio. No me creo nada, pero creo en todo. No soy nadie porque soy muchos. Veo cosas que son sagradas y gratuitas sin pagar entrada. Oigo el mar o el viento sin salir de playa ni internarme en los bosques. Aprendí a ser callado y a disimular. Es que muchos me han llamado idiota por esto o impostor o aficionado a los brebajes alucinógenos. Sepan disculparme la arrogancia pero prefiero ser un boludo alegre a un inteligente triste.

Secretos bien guardados


Jueves, 27 de enero de 2005
Los secretos representan el arcón en cuyo fondo pueden mezclarse los vientos amables junto al olor de los antros sulfurosos. Todo secreto es un imán para la curiosidad y un enigma enterrado. Por la codicia y en su nombre se han derramado sangres inocentes, sucumbido estados, vulnerado doncellas. Por constituir una puerta al oro se han asesinado reyes, comprado voluntades, incendiado ejércitos, traicionado acuerdos. En fin, que los secretos son pesados de llevar. "Tengo un secreto que te quiero contar", me dijo un amigo. ¡Entonces no es un verdadero secreto, le retruqué!, que he sacrificado la audición de escenas tapiadas por el silencio a cambio del fundamentalismo de mi ética trasnochada. Un secreto es un secreto. Y es sagrado. Una tía mía, muy viejita y muy astuta decía conocer los misterios de una larga vida; al llegar a los cien años le empezaron a creer. Ya en el lecho de muerte, muchos interesados se acercaron para que les confesara su verdad. "No guardo ningún secreto, pero el creérmelo me hizo llegar a esta edad", dijo y se despidió.

El poder secreto del secreto, a veces, es ser ni más ni menos que una cosa que no existe. Hay algunos que abatirían un Estado o una religión y otros apenas ocultan cómo obtener el permiso ilegal para abrir un kiosco. Ignoro las dimensiones; sólo quiero repasar aquí algunos que me ha sido visto intuir, merced a la confianza exótica que inspiro en algunos que se abren como flores y vomitan los suyos. O si no lo hacen, me los imagino. Por ejemplo, ¿quién no tiene el secreto de haber votado a alguna ruina humana, algún pusilánime y nunca decirlo? ¿O quién no tuvo agachadas, o "fue para atrás" con uno mismo? ¿O quién no desconfió de alguien solo por su aspecto reconociéndose luego como una bestia montaraz y reaccionaria donde uno creía que habitaba una eminencia iluminada por la conciencia de clase y la bonhomía?

Todos tenemos algo que ocultar entre las ropas, bajo ellas, en el forro, en las manchas que el tintorero borra, anónimo y cómplice. Un sujeto ha sido ferviente católico, simpatizante de la Inquisición, el potro y la caza de brujas; ahora es agnóstico, librepensador y critica con fiereza a la señora que va a misa los domingos. Otro fue el tonto de la clase y hoy es un dirigente exitoso. Otro ha trabajado como ingeniero de la industria alimenticia y sólo él sabe lo que lleva dentro una inocente hamburguesa o dice ni ha dicho ni dirá nada, pero prohíbe a sus hijos comerlas. Secretos como raíces de yuyos que crecen dentro de nuestro vivero. Secretos como barcos muertos en el fondo del océano de nuestra almita perturbada. Secretos de moribundos y cartas quemadas; secretos de pasadizos inundados y mapas de un tesoro que no se puede nombrar.

Yo mismo amigos he decidido no tener cada vez menos: me pesan como torres de acero en mi conciencia. Yo he temblado de miedo viendo El Exorcista y mi novia quinceañera ha salido del cine envuelta en risas. Yo he dado una vuelta en círculos alrededor de cinco manzanas para evitar pasar frente a esa barra que me pronosticaba el escarnio y algún chichón. He transpirado frío en las cercanías de un cuzquito insignificante al que veía como un tirano saurio rex. Yo he debutado sexualmente tarde y mal. Yo me he desgraciado de los esfínteres en una primera cita: solo la dama y yo sabemos lo sucedido en ese noviazgo de una hora. He negado por tres veces y más mi amistad con un sujeto más valiente e idealista que yo por pánico a la cárcel. He distraído vueltos públicos y pasiones privadas. He fraguado la firma de mis padres en el boletín. Inventé una rifa fraudulenta. Falsifiqué un poema adjudicándomelo. He mirado a algunos hombres con deseo y me he acostado con mujeres indebidas. En mi adolescencia hambreada, a una de ellas hasta le robé el jornal y otras la confianza. Me dirán: no es grave. Para todo esto existe la confesión anochecida ante algún amigo, una noviecita comprensiva que nos absuelva con besos, la hipnosis de la religión o de la terapia. No me alcanza, amigos. Ahora que he volcado mis secretos reconozco que no me siento más liviano por ello. Al contrario, claudiqué en mis fuerzas y ya no tendré motivo para sentirme aprisionado en el mundo y convertirme así en un nostálgico cantor de tangos, en un escritor nocturno apesadumbrado. Llevo ahora algo peor, una paradoja. No conviene contar cosas escondidas pues podrán decir como yo: tengo el peor de los secretos, hago que tengo muchos pero ya no me queda ninguno.

Y no tener nada que mostrar es peor que esconder, créanme.

Letra de: Amigos de lo ajeno - (Todo es humo 2002)



Amanece en la ruta dicen las putas de esta canción
Yo que fui camionero conozco el quiero truco sin flor
Me echaron del paraíso por un petiso hincha e Colón
Me sorprendió en una playa con su Canalla novia de Unión
Y a quien voy a convencer con mi forma de querer
Siempre lo ajeno, me pagaron por bueno,
y no hay devolución
Me llamaban el cuervo en el recuerdo del pre-escolar
Le robaba a un gordito hijo querido de un concejal
Hoy lo he visto en los diarios con su prontuario de funcionario
Eran tantas macanas que el mismo diablo se persignaba
Y a quien van a convencer con su forma de querer
Siempre lo ajeno, les pagamos por buenos,
y no hay devolución
Amanece en la ruta oyen las putas mi confesión
Le he robado a los grandes pa’segurarme cien años de perdón
Me quede con el vuelto de un viaje incierto al Paraguay
Y en la fonda de Marga vendí la carga aun sacristán
Y a quien voy a convencer con mi forma de querer
Siempre lo ajeno, nos pagaron por buenos y no hay devolución
Amanece en la ruta veo tu foto sobre el tablero
Para cuando te encuentre no habrá perdón ni siquiera del cielo
Te me fuiste en la mitad de una noche en navidad
Con mi dinero, en el bolso de cuero iba mi corazón
Te me fuiste en la mitad…Amigos de lo ajeno pierden el corazón
Te me fuiste en la mitad…Esta es la ley del juego y no hay devolución

Y a quien voy a convencer…Y no hay devolución…

Letra de : Cuerdas Auriazules



Tengo sangre de Central
Auriazules son mis venas
En mi vida paralela al convertirme en artista
Pesaron más sus conquistas que mi triunfo personal
Me pasaban a buscarLos muchachos de la esquina
Fue bohemia mi rutina acostarme con los gallos
Dormía tan solo un rato todo por ver a Central
Nunca es magra la semilla
Si crecen los corazones
La riegan las emociones
Que pueblan los arrabales
Todas mis cuerdas vocales
Son azules y amarillas
En mi oficio de cantor
En distintos escenarios
Al recordar a Rosario yo extrañaba ese calor
Que me dormía abrazado a las diez del matador
Nunca es magra la semilla...

Autor: Adrián Abonizio

Recital en Café Cultura Nación


Carnet de prensa para ver a los Canallas!!


Cuenta Adrián que cuando más jovén y nadie lo reconocía,
su pasión por los canallas lo llevó a hacer cualquier cosa.
Entre ellas un amigo, le hizo un carnet de periodista para que él pueda entrar todos
los domingos a para ver al equipo de sus amores sin tener que pagar, pero sentado
al lado de un montón de periodistas que no tenían mucha pasión por Rosario Central, je!
Y bueno, que no haría uno por ver a su equipo favorito ?

Nominado a los Premios Gardel


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Letra de : Club de Almas


ESCRIBO ESTA CANCION COMO UNA MAS
SIN SABER DONDE IR, SIN CONTINUAR
LA ESCRIBO PARA MI MIRANDO EL RIO,
TAN NEGRO, TAN NOCHE
PRENDE LA CATEDRAL SU LUZ DIVINA
Y UN ALMA PIDE PISTA EN UN CAFE
SE QUE ENLOQUECERE SIENDO EXTRANJERO,
DESEANDO TU CUERPO
ROSARIO SE DURMIO DE HAMBRE Y SUEÑO
LE DIERON DE COMER SOLO UN RECUERDO
DIFICIL ES VOLVER SIN HABERSE IDO
ESTRIBILLO
CADA VEZ QUE PISO ALGUN LADRILLO HAY UNA SOMBRA
QUE ME DICE POR FAVOR YA QUEDATE
ES MEJOR BESAR LA BOCA QUE UNO QUIERE
CON LA BOCA DE LA RABIA Y DE LA FE
CLUB DE ALMAS
RONDEAU ES PURA LUZ PARECEN LLAMAS
RECIBE A UN CHEVALLIER MOSTRANDO UN ALMA
CLUB DE ALMAS QUE ESTAN SIN PARAISO,
TAN NEGRO, TAN NOCHE
ROSARIO SE DURMIO........

Letra de: Camarines


Cara de mujer, enamorada
un vacío de rubor no dice nada
Estás con un reflejo, un torbellino con un lápiz de escribir
La dirección para el ángel que no encuentra la casita
la ciudad,donde nunca más se sufre
Me serviste un tinto y un jazmín del aire
me manché en el camarín
con rouge del traje
Estabas reflejada y enmarcada
en una luz de festival que no culmina
y la luz voltaica te devora
y son horas de partir lejos de este perro mundo
La luz se fue y empezé a soñar
y yo canté hasta no dar más
una vez más pedían más
y los odié y odié el lugar
y cuando abrí los ojos ya no estabas más.

Letra de: Príncipe del manicomio


Soy el rey , de la charca más sudaca
comprendí que no se ataca la mano que da’ e comer
me contaron me bajaron de la rama
me marearon en la cama
de este barco japonés,
en un hueco , de electrodo y pis de gato
desayuno, asesinatos con fondo de Luis Miguel
me nombraron príncipe del manicomio
de tanto ver al demonio en la borra del café.
Por eso amor te pido , no me olvides.

Siempre creímos que lo cerca estaba lejos que lo blanco del espejo
era polvo del común activistas para un mundo estrafalario
marionetas sin salario manejadas al tun-tun
hoy soy héroe de un electro medicado un cobayo transtornado
por la granza del doctór tanto tiempo abonado a este abismo
me hice guía de turismo recorriendo el pabellón.

Por eso amor te pido, no me olvides.
por la noche desvelados enfermeros
me dicen “sos el primero que se va a tomar el tren”,
en papel de medicamento antes de que me haga efecto
la redonda que tome , ya es de noche las estrellas en el frasco
sobre el hospital Carrasco simulan amanecer
y te escribo calladito y tan contento
hoy por fin al fin recuerdo tu nombre que olvidé.

Por eso amor te pido, no me olvides
por eso amor te pido
querida Inés
por eso amor te pido Ester
por eso amor te pido Grisel
Por eso amor te pido Mariel
por eso amor te pido Raquel
por eso amor te pido como te llames,
yo grabé nombres que quiero
yo grabé nombres que quiero.

Por eso amor te pido...

Letra de : Y Ahora


YO SE QUE TE MARCO, LA LUZ DE LAS ESQUINAS
Y EL OLOR DEL TALLER, Y EL DOLOR DE ESA VECINA
QUE UNA NOCHE, ... SE OLVIDO DE RESPIRAR
TU MAMA ESTA BIEN, VENDE LIBROS DE COCINA
TU PAPA NO ESTA BIEN, LO ECHARON DE SOMIZA
Y SE LA PASA,... EN LOS BILLARES TODO EL DIA
Y AHORA TE TOCA A VOS, Y AHORA TE TOCA A VOS
SER UNO EN UN MILLON
ESTO ES ARGENTINA, CAMBALACHE DE OCACIONDO
TURISMO DE AVENTURA PARA TU CORAZON
PORQUE......
TU VECINO SE FUE, A TRABAJAR DE UNIFORME
DICE ES PARA COMER, NO ES QUE LE GUSTEN LOS BOTONES
PERO LO MANDAN,... A VIGILAR A TUS AMIGOS
LA LUNA YA SALIO, EN ESTE BARRIO PERDIDO
PARECE UNA PASTILLA, DENTRO DE UN VASO DE VINO
CON ESTA MEZCLA MI AMOR,... LA NOCHE YA ESTA EN PELIGRO
DECIS QUE ME QUERES, PERO QUERERME TE ASUSTA
LA CULPA ES DE LA TV, VES DEMASIADAS PELICULAS
VOY A QUEMARLA UNA NOCHE, ... ASI TERMINA TU ANGUSTIA

Letra de: Rieles de San Pedro

Que me importaba el tiempo
que había entre tren y tren
una ciudad descascarada, ciudad siempre lloviendo
Languida voz de la tarde
por la noche duele más
en los kioscos venden siluetas
Irene Paraná
Tristeza de los rieles
tristeza la de tu ca aaa aaa sa
y tu ge-eee-eente
Aprovecha ahora que te vas
vas al único vas hacia el único lugar
la tristeza que veses la tristeza que traes
prende una luz mojada
que no es ta-a-aaaaaaarde
Como se levanta el polvo
allí en la terminal
y en que lugar de esta provincia
sin tomarme una copa ire e-e-eeee!!!

Autor: Adrián Abonizio

Letra de: Te hablo


Te hablo desde el corazón
yo se lo que es vivir en las tinieblas
parece que el alma se queda
sin salir a escena
Te hablo desde más acá
sigo buscando lo imposible
hacer qu la vida sea vivible
y no engañar
Habrá pasado mucho tiempo largo
habrá quedado tanto en el costado
habrá llegado un tiempo tan distinto
seguro te habrás enamorado
Si esto es la vida
no se que hacer para que creas
te han confinado te han lastimado con mentiras
no puedo prometerte nada
no puedo decirte nada
más que vivas
Te hablo desde el corazón
no vala ya vivir arrepentido
no hay deudas posibles,ni culpas
te matean pero te dejan vivo
Habrá pasado...
Si esto es la vida... más que vivas, más que sigas, más que vivas, más que sigas.