Letra de : Canción esdrújula de Adrián Abonizio

Pibes escuálidos
rubias histéricas
perros nostálgicos
y focas antárticas
lunas fatídicas
gordos palúdicos
sexo inalámbrico
y goles estrábicos
en horas buenas
los buenos parásitos
en horas malas
los malos arácnidos
venenos fálicos
que entran en pánico
viendo al tráfico
del beto mársico
alma escolástica
y ángel potásico
leyes impúdicas
jefes afásicos
viudas hipnóticas,
falsos agnósticos
tortura fóbica
error de diagnóstico ay!
Magos misóginos
falsos metódicos
madres voltaicas
y bodas católicas
sangre antirrábica
y bombas satánicas
almuerzo escuércico
y muertes fantásticas
aves marías criadas a plástico
tangueros cómicos
y besos cáusticos
concursos mágicos
balazos prácticos
novias sarcásticas
hechas a máquina
pugliese único limpio y onírico
brillos de túnicas lifting lunáticos
crazys macáyicos,gatillo islámico
ratas asiáticas comidas rápidas ay!.
Tengo una ciática de tanto ácido
un sueldo único y un hijo póstumo
ningún monómico
me otorga un préstamo
preso del próximo
programa hipócrita
frics terroríficos
venden pacífico
culos estrábicos y patria monárquica
un abuelito del paleolítico
con un acrílicomata a un político
y mis pronósticos
sin mis mayúsculas
un sueño náutico el alma reumática
rubias histéricas ,fé de fanáticos
rayos catódicos
canción esdrújula ay!



Fiesta de pobres por Adrián Abonizio

Jueves, 30 de diciembre de 2004
Fiesta de pobres

Ignoro cómo serán las fiestas actuales en un lugar donde abundan el hambre y la desazón. Imagino el calor y el olor, el espacio hostigado, la alegría exorbitante y rabiosa del que no tiene nada y nada espera, la conmoción de ver un cielo lleno de fuegos artificiales ajenos disparados por quienes se dan el lujo de gastar en eso.

Mis fiestas de pobre fueron hace tiempo e ignorábamos que lo éramos. Solo sabíamos que no andábamos por pisos de tierra y el destino podía ser mejor. No éramos "negros", ninguno cirujeaba y había honrados padres de familia con un crédito en el lomo, casa propia y un lujo extra como el tomarse vacaciones en Soldini, qué tanto. Supe que éramos pobres más tarde, en comparación y en retrospectiva. Hablo de mi familia y la de tantos que espiábamos tras los tapiales. Aquí va una reseña para identificarme: flotaba en el aire una expectación inusual, una urgencia por algo que no sabíamos pero tenía que suceder antes o después de las fiestas, como un fin del mundo en miniatura. La heladera lucía repleta de manjares nunca vistos y pesaba la pena de muerte sobre el que desarmara un plato. Nuestros padres discutían de economía airadamente como si se avecinara una guerra. Se extraía el arbolito del ropero y el pesebre, ambos cada vez más raídos. La carta a Papá Noel o Reyes era desviada en el camino o adulterada por espías: en lugar de un fuerte o un robot a pilas, llegaban una docena de soldaditos o un humillante calzoncillo. Santa Claus era un gordo farsante y el trío más mentado siempre estaba endeudado. El Niño Dios constituía un bonus track, hasta que entendimos que el premio venía unificado. Las gaseosas se racionaban con logística militar y constituían un tesoro. Al champán se lo mencionaba con un respeto hasta supersticioso y para consolarse exaltaban las virtudes de la sidra, más sana y más nuestra. Las mesas eran tablones, los cubiertos rejuntados, los vasos desiguales y no había detalles de ikebana navideña: nos lo hubiésemos comido. Las mujeres sudadas como mulas de arreo revolvían el fuego o fregaban en la pileta, mientras que los hombres venían de cazar en la selva y entraban con animales muertos sobre sus espaldas, hielos gigantescos y una transpiración con vapor de yetis. En el camino alguno de nosotros "cobraba" por el malhumor y flotaba en el aire más que un clima de celebración y concordia, uno de tribal matanza, un halo de asesinatos. Los enjuages se exponían en sordina o explotaban en burlas siempre al borde del crimen. Los buenos vecinos, juiciosos y callados, sufrían las provocaciones de algún pariente que les vociferaba su condición de patio a patio. Alguna novia de un primo mayor era acosada por algún tío bebido y no se pasaba a mayores por distracción más que por respeto.

Dos o tres hombres llegaban sobre el filo de la medianoche o bien se iban con ella: eran policías que tomarían la guardia y mandarían saludos a algún pariente infortunado que estaba entre rejas. A veces, contrariando el reglamento, disparaban al aire, feroces, contentos. Con la certeza prosaica de un tango, regresaba a la familia alguna mujer descarriada con el perdón en las manos y acompañada siempre por algún morocho adusto con cara de cafiolo. Repartía besos, nosotros le espiábamos el escote, nos llenaba las mejillas con un rouge pecaminoso y en la siesta del otro día la habríamos de evocar en grupo en la terraza mientras oíamos de fondo el parte médico de un pariente que había sido internado, sin gracias ni gloria alguna, por la comilona nocturna.

Algún pariente de sexualidad distinta sufría las mofas baratas de la mayoría, mientras que una tía vieja lo protegía; otra tía no bebía alcohol porque estaba medicada ya que sufría "de los nervios" y una tercera había enviudado recientemente por lo que vestía de negro y sonreía detrás de una máscara kabuki. Le daban el pésame y el saludo de Año Nuevo todo junto. Salíamos a ver el auto flamante de un pariente próspero, de quienes todos desconfiaban por el modo de obtenerlo: era el que "andaba en la política". Y cascoteábamos perros y abollábamos portones y sangrábamos y nos enloquecíamos y estábamos felices de esa hermandad salvaje donde todo se exponía en una noche como si fuese la última en el mundo. Se nos mezclaban los significados. ¿Qué hacía un Papá Noel congelado llegando a estas barriadas de calor africano y mosquitos? ¿El era también el Niño Dios o lo traía en una bolsa? ¿Qué papel jugaba Cristo en todo esto?

Como fuera, todo servía para embucharnos toneladas de carne y turrones de mármol, beber alcohol por vez primera en el centro de un galpón con un único ventilador que giraba esquelético derramando en el aire olores a colonia, pólvora quemada, música de cumbias, estampidos de corchos y una melancolía indefinible de estar festejando algo incierto en el lugar equivocado. Luego, con la luz de un sol de lava, todo se amainaba y se barrían a baldazos los cohetes extintos como cadáveres. Estas fueron mis fiestas pobres y, pese a todo, no las cambiaría por ninguna.

No hay Dios por Adrián Abonizio




Jueves, 16 de diciembre de 2004
En mi barrio había abrumadora mayoría católica. A los judíos los llamaban "el pueblo hebreo", que era una forma elegante de no nombrarlos. Un eufemismo piadoso que usaban los que se consideraban mejores. A los fallecidos les llamaban "disidentes" con tono neutro. Admiraban, eso sí, los jardines floridos, la pulcritud de sus lápidas y el heroísmo propagado por la radio en algún aniversario de guerra. Los judíos que yo conocía eran relojeros, fotógrafos y tenderos. Especialmente estos últimos eran gente amorosa y entrañable que me acariciaba la cabeza al verme y descubrían en mí un parecido con Tony Curtis. Mi madre sólo tenía algunas veladas quejas cuando le pagaban por el trabajo que ella hacía como costurera, pero se resarcían con un cariño inmenso hacia su hijo. Mi padre reparaba la escena diciendo que todos pagaban mal pero que los peores eran los italianos y que ya van a ver cuando vuelva Perón.

Los católicos de mi barrio parecían tener la contienda asegurada: contaban con una maquinaria bélica poderosa basada en la propaganda y en sus agentes laicos. La Iglesia estaba presente en las campanadas del disco en los domingos de mañana y en los azulejos santos o en alguna virgen tutora del hogar. En los talleres mecánicos, en el tablero de los colectivos y sobre el lecho de los esposos. Yo jugaba a la pelota en la cancha trasera de la parroquia, frente a los enfermos de tuberculosis. Se me ocurrió preguntar si alguno de ellos era judío. "Ellos van a otro lado a enfermarse", me contestó el curita que nos dirigía. Era malísimo jugando, pero sermoneaba como si fuese hábil y encima otorgaba tarjetas amarillas invisibles para todo aquel que blasfemara. En el mercado de la vuelta escuché hablar de los judíos, de sus guetos y martirios. La vereda estaba manchada con sangre bovina y unos peces de plata me miraban desde sus cajones funerarios con ojos de ahogados. Me pareció muy triste la historia aquella, pero ni en la escuela ni en catecismo se hacía mención alguna. Un compañero avanzado que esperaba el 8 de diciembre para ganar unos pesos me advirtió que a Cristo lo habían matado ellos, los judíos. Que también ellos tenían su infierno y sus leyes sagradas, pero para entrar a su religión había que tener plata y que si habían hecho tamaña salvajada eran capaces de muchas otras cosas peores. Que habían perdido con los alemanes porque no tenían patria ni ejército y que salían en todas las películas sufriendo. "Nosotros somos mejores", concluyó señalándose el pecho. "Tenemos un infierno alegre: es como un cabaret lleno de chicas desnudas". Estábamos en la entrada principal de la iglesia presidida por una deidad sobre el túmulo de piedras y coronada de espinas eléctricas que se encendían por la noche. "Mirá, hasta la virgen nuestra es linda, en cambio ellos no tienen a nadie", concluyó.

Tomé la comunión sin fervor y al recorrer la parentela disfrazado con un saco gris que picaba con el calor, repletos los bolsillos de monedas, comprendí que mi amigo tenía razón. Nuestra religión era buenísima; te dejaba una renta sin hacer nada. Ahora era libre: nunca más andaría en esos pasillos plagados de imágenes monstruosas del pecado con demonios obscenos pinchando con tridentes los trastes de los santos y aguantando a esos curitas sin oficio que te retaban pero no sabían ni pegarle de punta. Absorbido por la pasión futbolera imaginé un picado de católicos versus judíos; el que perdiera descrucificaba al Nazareno y de paso le daba una mano de pintura al madero de la nave principal. ¿Y que ganaban los judíos en la lidia?, me dije. Ya sé, me respondí: me hago del cuadro de ellos si ganan, pero primero le tienen que subir el sueldo a mi mamá. Y así transcurrían mis días bajo el cielo admonitorio y práctico del catolicismo. Me fui del club avergonzado por tanta sangre derramada, pero al otro no lo comprendía intuyendo que portaba una barbarie parecida. Ellos, los judíos, eran los contrarios, pero mi equipo era impresentable. No creí perder cuando abandoné el traje de impostor: ya no sentía nada por nada sobrenatural y la cuestión judía me apareció más clara cuando accedí a algunas lecturas políticas sobre las barbaries sobre ellos derramadas y las que luego volcaron sobre los demás. El judaísmo y el catolicismo cabeza a cabeza en la tabla, mientras que abajo estaban los cuadritos sin figuras emblemáticas y que jamás saldrían campeones de nada, con sus iglesias donde tocaban panderetas y sus rubios foráneos en bicicletas. Y lo peor es que nadie, ni aun los clubes chicos, se iban al descenso.

Toda la literatura religiosa estaba plagada de carnicerías, paranoia, hermetismo y conspiración. El verdadero amor, el amor infinito vivía en otros libros, más heréticos pero más humanos. Estaba en otro lado, en la música, en las ideas, en el fin de la esclavitud de bolsillo y de alma. Estaba en el aire, no en sus templos. Estaba en mí, que ahora había alcanzado un dios cotidiano y propio, sin tierra prometida ni ruega por nosotros pecadores. Movía montañas y era capaz de andar por el desierto para llegar a mi felicidad. El más allá en el más acá. No es fácil: es sacrificado no anestesiarse con dardos divinos ni salvaciones a medida. Si quieren de mí un creyente o un converso o lo que fuera, sólo deben demostrarme que están a la altura del Dios que dicen defender. Aún sigo esperando.

Letra de: Todo a mi favor de Adrían Abonizio

Siempre preocupado, como sin destino
igual que un marinero recién embarcado
siento como cantan el Ave María
las viejas del barrio allá en las casillas
cara de ladrón, ropa muy antigua
como un extranjero en su propia quinta
abre la ventana la rubia ligera
pero ella solo invita a los que tienen tela
perdedor por muchas cabezas,
ganador de la sutileza
mientras que otros persiguen el oro
solo me contento por durar un poco
sé que esta no es forma ni filosofía
solo la defensa de mi pobre vida
tengo esperanzas, no las pierdo
porque soy un ganador
pero creo que este año me irá peor.
Por eso la otra tarde
con ánimo de lucha
yo me fui p'al centro como quien disfruta
pero en el 59 aunque iba muy atento
una mano amiga me rapiñó el vento
no importa me dijo, vamos pa' adelante
sin tener en cuenta que andaba cesante
y por andar pensando en esas cosas distraído
no vi ni la sombra de ese colectivo.
Perdedor por muchas cabezas
ganador de la sutileza
mientras que los otros persiguen el oro
solo me contento por durar un poco
sé que esta no es forma ni filosofía
solo la defensa cuando estaba en vida
ahora vivo en una nube que no para de llover
pago al día mis impuestos más el alquiler
los diarios de aquí arriba son todos oficialistas
traen las hojas en blanco con la cara del barbita
aquí arriba se comenta
que hasta el cielo está empeñado
que levanten ese muerto, San Pedro y sus asociados
tengo esperanza, no las pierdo
porque soy un ganador
pero creo que este año me irá peor.

Crónica de un viernes marplatense por Ramiro Bibiloni


Este viernes 26/09/08 se presentò en Mar del Plata , el maestro Adriàn Abonizio en el complejo del teatro provincial auditorium , en la nave llamada "Bodega del Auditorium" .

Este pequeño lugar ,fuè el escenario ideal para contactarse con el maestro .
Esta vez se presentò solo ,guitarra española en mano y su inquebrantable voz .
Abrìo con "Cuando" y llamativamente para mì , continuò con "Basura en Colores"
versiòn que jamàs habìa escuchado por èl . Seguidamente sus obras dijeron presente
Desde Corazòn de barco hasta La Villa de los Milagros...y esta canciòn , yo sin saberlo ,se la escrbiò a Joaquìn Sabina en una especie de desafìo español-rosarino , textual de Abonizio ,en donde en repetidas veces contò que Sabina le decìa: tu Abonizio...eres un pelotudo...
Si,si dijo Adrìan , pero el partido lo ganè yo...

Y hablando de partidos , toda la noche estuvo pendiente del resultado canalla , que segùn los espectadores resultò 1 a 1 .-

Tambièn me enterè de la musa inspiradora de su obra cumbre para quien escribe , "Prìcipe del manicomio"...
Para quienes no conocemos Rosario , la anècdota fuè por demàs emotiva...como la describiò...creì haber vivido ese momento con Adriàn .-

Nos adelantò 3 tangos muy graciosos e irònicos de su trabajo Tangolpeando...y se despidiò desde El tempano pero dandose la mano con Dios y el Diablo en el Taller....

El bis , muy particular por cierto , sorprendiò a Abonizio buscando en sus carpetas una nueva canciòn , inèdita aùn que me dejò "patinando..." como muchas canciones de èl que tardè 10 años en entender...

Para los casi 30 espectadores que estuvimos en el Auditorium saboreando al maestro...una vez màs...el autor en carne hueso , nos ofreciò sus frutos...su trabajo...y su legado.-


Ramiro Bibiloni

Letra de: Fuí mujer de Adrián Abonizio

Dificil olvidar
todo lo que perdí
eso no es para mi
material de vida,
botellas y almas queridas
que la noche sublima
en su medialuz.
Antes de ser varón
yo se que fui mujer
lo siento al recordar
algunos tramos
cuando me miro las manos
y son de un lejano
país de otra piel.

Nostalgia de otra vida
carbón que da la mina
la fuerza necesaria para arder
y en los ojos del espacio
va silbándome despacio
que soy trigo
pa' que otros puedan comer,
esto no termina nunca
el amor es la pregunta
y si estuve en otra vida fui mujer.
Conozco la canción
falsia del querer
la trágica comedia de la hombría
creen que llorar afemina
y el dolor los obliga
a llorar como mujer.

Ramiro y Adrián en Mar del Plata - 26/09/08

Letra de : Amor siciliano de Adrián Abonizio


Aprendiste las palabras prohibidas
porque nunca consultaste al diccionario
de acero inoxidable eran tus tripas
para bancarte a un país tan sanguinario.
Con una mano encima de la otra,
y el surco de la guerra en los bolsillos,
estabas en la foto de familia
desafiando el aire de los conventillos.
Ni bueno, ni malo, ni sueño prestado
lejos del lirismo afila el cuchillo
para cortar en dos la luna llena
y alimentar al mundo de posguerra.
Y una noche de julio en medio del campo
al borde de un camino empantanado
se apareció el demonio y lo corriste
con la estampita de San Cayetano.
Fundaste un sindicato clandestino
hecho de sudor y de destierro
Perón los hizo suyos y argentinos
con una mano dulce como el hierro.

Ni bueno, ni malo, amor siciliano
dolce farniente, vendetta caliente
buscando el sueño de la juventud
te convertiste en un fantasma, a plena luz.

Letra de : Constitución de noche de Adrián Abonizio

La noche en Constitución
tiene un aire particular
la lleva la brisa del rio
la trae los autos al clarear.
Nunca andes solo por ahi
que te roban el corazón
las brujas del tráfico pintarrajeadas
con algo tan oscuro.
Y hay quien ve la luna
como por primera vez
enganchada en un cartel que dice: "No habrá mas
penas"
Enganchada en un cartel que dice: "No habrá mas
penas".
La botella calma su dolor
de Santiago bajo y bajo
lustro tan tiempo que si pagaran por metro
el tendría un continente de cuero.
Como la capa de un torero
roja y roja es Constitución
la viven gastando las balas del diablo
la sangre del alcohol.
Y hay quien ve la luna...
Enganchada en un cartel que dice : "Síganme".

Letra de : Mami de Adrián Abonizio

Mami,
que lástima no pueda llorar
me enseñaron que la tristeza
no hay que mostrar
Mami.
Que lástima no pueda cantar,
cantando uno aleja la locura de los otros
los que te enseñan sin saber.

Mami
que lástima la lástima del fin
debe haber una medida que soporte el corazón
y no tengamos que esperar.
Mami, te enseñaron con sentencias, coordenadas,
ordenadas
con florcitas dibujadas en cuadernos Rivadavia
Mami, ya no creo en nada.

Mami,
hubo una luna de invierno, la gomina para el pelo,
las escarchas en el cielo y la noche el misterio
de unos cuerpos.
Mami,
te trajeron de una isla, te educaron bajo el sol
luego el mundo se complica y ya nadie te lo explica,
por eso es que algunas noches
yo te escucho murmurar
por eso es que algunas noches
yo te escucho que rezas
diciendo Mami.

Letra de: Alguien que ve más lejos

Sirena del río, te busco
andando en la noche, te siento.
Sirena de luna
vos estás antes que todo.
Te pido una cosa, hacé que te vea
antes de que me vaya
antes de que me muera.
Sirena del faro, tu luna
no es la misma luna de los mortales.
Perdí las estrellas, jugando a los dados
y en la mesa del Diablo y ahora no tengo nada.
Sirena del tiempo, tu tiempo
es cosa en el agua, se escapa.
Atále un dorado, un hilo de tanza
a mi corazón, él no sabe nada,
menos de guerra, mi corazón es de playa.
Mi corazón solitario.
Sirena, sirena, mi mamá
dejó su atadura, hace poco.
Guiala en la noche
sílbale bajito, ayúdale.
Es como una niña, le basta el reflejo
para levantar vuelo y allá nos encontramos.
Sirena del río, te busco
andando en la noche, te siento.
Sirena de luna
vos estabas antes de todo
te pido una cosa, hacé que te vea
antes de que me vaya
antes de que me muera.
Mi corazón es de playa
y ahora no veo nada
y allá nos encontraremos
que allá nos encontraremos
que allá nos encontraremos.

Letra de : Te hablo de Adrián Abonizio

Te hablo desde el corazón
yo se lo que es vivir en las tinieblas
parece que el alma se queda
sin salir a escena.
Te hablo desde mas aca
sigo buscando lo imposible
hacer que la vida sea vivible
y no engañar.

Habra pasado mucho tiempo largo
habra quedado tanto en el costado
habra llegado un tiempo tan distinto
seguro te habras enamorado.
Si esto es la vida
no se que hacer para que creas,
te han confinado te han lastimado con mentiras,
no puedo prometerte nada
no puedo decirte nada
mas que vivas.

Te hablo desde el corazón
no vale ya vivir arrepentido
no hay deudas posibles, ni culpas
te matan pero te dejan vivo.
Habra pasado ...
Si esto es la v ida ...
mas que vivas.
mas que sigas,
mas que vivas,
mas que sigas.

Archivo; de un recital de Rosarinos

Diario vespertino digital de Mar del Plata



22-09-2008 16:09 Espectáculos
De regreso, Adrián Abonizio


Este viernes a las 21.30 horas en la Bodega del Auditorium donde cantará canciones y éxitos como “Mirta de regreso”, “El témpano”, “Historias de Mate Cocido”, entre otras.



ADRIÁN ABONIZIO, COMO MÚSICO

Adrián pertenece a lo que la historia de la música denominó “Trova rosarina” quien en conjunto, grabara, cerca de 150 discos aproximadamente.

Inicialmente trabajó junto a Jorge Fandermole para luego derivar en Juan Carlos Baglietto como compositor de temas emblemáticos.”Mirta, de regreso”, “El témpano”, ”Dios y el Diablo en el taller” son de aquella época.

Es coautor de canciones junto a Lucho González, Raúl Carnota, Lito Vitale, Lito Nebbia y Joaquín Sabina. Y músicos tales como Santiago Feliú, Amelita Baltar, o Fito Páez han grabado o interpretado sus trabajos.

Tiene seis discos propios, dos de ellos junto a Sergio Sainz, ex bajista de Baglietto y con el desaparecido Lalo de los Santos, Jorge Fandermole, Rubén Goldín (“Rosarinos”). En el 2008 estrenará “Tangolpeando”( música de tango) y “Embarcaciones” junto a Sainz y Rodrigo Aberastegui. También está “Batallas” otro disco solista.

Ganó con su tema “Postales del Alma” el Grammy Latino junto a Vitale y Baglietto y fue reiteradas veces candidateado a los premios Gardel. Compuso y aún lo hace música para films y obras de teatro. Obtuvo la beca Fondo Nacional de las Artes. Grabó en Cuba junto músicos locales.



ADRIÁN ABONIZIO, COMO MAESTRO

Adrián, integró diversas escuelas de música de Rosario, el Rojas de Bs.As, y múltiples extensiones universitarias del país donde dictó su curso “Hacer canciones”, a lo largo de quince años.



ADRIÁN ABONIZIO, COMO PERIODISTA Y ESCRITOR

Trabajó un año en Página/12, dos en Rosario/12 (suplemento diario de Página/12), Diario Sur, Perfil y siete años en el Diario La Capital de Rosario. Colaboró en infinidad de medios gráficos y revistas locales.

Lleva publicados “Casa de fieras”, poemas y “Aguafuertes del paraíso rosarino”, relatos. Actualmente prepara “Jueves”, relatos, “Poesía ultraincompleta” , la novela “Tristes lobizones” y “¡No se juega a la pelota en el patio de la iglesia!”, relatos de fútbol.


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AUTOR / FUENTE: www.0223.com.ar

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Foto de Archivo personal de Abonizio



Allá a lo lejos

Recortes varios - cedido por Adrián Abonizio

Revista Crater - Año 1982

Recital en Casa Discepolín - Enero de 1983

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Fauna Marina por Adrián Abonizio


Soy como el Tiburón
Ando solo en la oscuridad
Soy como el yacaré
Ando solo en la oscuridad
Y si alguna vez me quieres
No me des tu amor de superficie
Y si alguna vez me quieres
Evita que el aire me asfixie
Soy como un gran narval
Que nadie lo ha visto pero saben que está
Soy como una estrella de mar
No sirvo para iluminar
Y si alguna vez me quieres
No mires al cielo no me has de encontrar
Y si alguna vez me quieres
procura que nadie te enseñe a pescar
No soy como ese delfin
que vive que come en un lago artificial
Soy como el calamar
la tinta me sirve para despistar
Y si alguna vez me quieres
No anotes mi nombre en ningun memorial
Y si alguna vez me quieres
No escribas diciendo sos mi felicidad
Soy como un animal
que nada que moja su espina dorsal
Soy alegre en mi hábitat
Las penas me sirven para navegar
Y si alguna vez me extrañas
Las lágrimas tienen océano y sal
Y si alguna vez te pierdes
Busca la gente con salida al mar
No uses tu pecho de anzuelo fatal
Y si aluna vez me quieres
Derrumba los puertos que encierran al mar
No busquez no estoy en ningún manual
La tinta me sirve para despistar.

Letra de: El Témpano de Adrián Abonizio


A veces cuando pienso que todo esta perdido
voy hacia algunas formas de la muerte,
me pego un tiro con una palabra
que alguna vez me fue tan transparente.
En la ternura del agua que corre
me recuerdan la llegada de unos trenes,
sales de los mares, curvas de los puertos,
con mujeres descalzas en el verde.
Voy hacia el fuego como la mariposa
y no hay rima que rime con vivir,
no te pares, no te mates,
sólo es una forma más de demorarte.
En las tardes tranquilas cuando extraño todo
pienso que todo no es lo que perdí,
una rosa de feria y aún a costa de perder,
se pierde pero se gana.
La lucha es de igual a igual contra uno mismo
y eso es ganarla,
no te pares, no te mates,
sólo es una forma de más de demorarse.
Recuerdo la quietud de la tierra, la quietud de estar adentro,
se cree más en los milagros a la hora del entierro.
Este hombre trabajó, quién escribirá su historia.
La cal reseca, la viuda que sueña,
los amigos que siguen igual.
La gloria en zapatillas, el florero vacío,
quién sabe si se puso a pensar “para que vivo”;
vivo para no perder.
Voy hacia el fuego como la mariposa
y no hay rima que rime con vivir,
no te pares, no te mates,
sólo es una forma más de demorarse,
sólo es una forma más de demorarse,
sólo es una forma más de demorarse

Primer Recital en Televisión



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Letra de : Amor de la bruma


Yo me fijo a tu amor
Aunque somos tan distintos
No soy quien para juzgar
Lo que la gente decente llama vicios
Cada cual combate como puede
Si te han herido

Yo me fijo a tu amor
Morada fruta amplia
Y es una luna mojada
Y le creo su olor femenino cuando me ama
Como una boca de puerto
Peligroso pero me llama

Que voy a hacer si esta cantado
Que yo cante para ella
Cantando alejo los puñales
Para acariciar sus piernas
Que voy a hacer si cantando
Yo soy flojo de la zurda
Me falla a veces la nota, el acorde
Y no lo encontramos nunca

Yo me fijo a tu amor
Sueño claro de heroína
Y en el nido del ángel
Me duermo con una guitarra tan querida
Cada cual combate como puede
Sus brumas en estos días

No debo decir nada
De la boca para afuera
Yo que llevo a los trenes
Y a los barcos siempre al borde de la lengua
Hoy no tengo quien me viaje
Me quiera o me contenga

Que voy a hacer….

Anecdotario Nº1 : Debút de barrio por Adrián Abonizio

El primer grupo que formamos en nuestro barrio Echesortu se llamó El Principio.Eramos cuatro.Cusumano, los hnos.García y yo.Compramos tres guitarras: alli nos enteramos de la presencia necesaria de un bajo.Devolvimos una y me mandaron a mi a tocarlo, puesto que era el menos ducho en tocar un instrumento.Daniel consiguió su batería comprándola a un módico precio a !un basurero que pasó por la puerta!.Yo pasé a la guitarra con serio riesgo de contraer tétanos puesto que nunca cambiaba las cuerdas y mi correa lo constituía un cable de luz grueso.Ensábamos los sábados, mientras los papás de los García demostraban una paciencia infinita:uno dormía la siesta sin q molestarse por los ruidos molestos y la mamá atendía pared de por medio a atribuladas clientas de peluquería. Nuestro debut, ya con Chianelli en órgano fue en la fábrica Ebonitt de su papá ante obreros condescendientes que aplaudieron piadosamente-Yo era el cantante del grupo, al estilo Morrison, patillas, jopo suelto, camisa ranchera y gamulán.Una chica se me acercó y me felicitó emocionada-Cantás muy bien, lástima que lo hacés en inglés!.Evidentemente mi dicción y los equipos cosntituían una mezcla terrible.Disolvimos el grupo y lo cambiamos por Irreal, donde si se quiere, empezó una carrerita ascendente que fuera semillero de canciones,solistas y nos otorgara la formación de convertirnos es espiritu y materia de lo que seríamos en el futuro inmediato: músicos que vivieran de sus trabajos.
Pero eso ya es otra historia, en donde se acumulan sustos policiales, grabaciones primerizas y recitales donde perder la virginidad.
!Proximamente la siguiente entrega!
por Adrián Abonizio

Reflexiones : Gracias no bailo

Jueves, 10 de febrero de 2005




No me avergüenza, amigos, confesar que no sé bailar. Que las fiestas, las dances y hasta los cumpleaños de quince son mis adversarios. Que si me quieren ver palidecer, estrujarme en disimulos o ponerme tieso como ante un animal feroz, sabrán que estoy palpitando la cercanía con una pista de baile y que mi fobia se hace más honda. ¿Quieren verme con arritmia? ¿Temblarme los labios, el mentón, las rodillas y correrme un sudor frío en las mejillas? ¿Quieren asistir al espectáculo de un descarado empequeñecerse? Pues invítenme a bailar, amigos, y podrán humillarme si lo quieren. Es que me avergüenza ser un bailarín anorgásmico puesto que el baile es, desde los inicios de la vida, sangre en movimiento, ritual de libertad, cortesía, disgregación de vanidades, amor de estar vivos. Me creo imposible de armar una humilde coreografía, algo hormigueante que me recorra las arterias y ponga en mi cara algo luminoso.

Yo he visto cómo la gente se embellece bailando: gorditos insignificantes se tornan atractivos con la danza; chicas más bien feas se hacen lindas con un buen movimiento que las resuma. Eso quieto que son los cuerpos nada dicen en quietud. Yo he develado incógnitas degradadas por todos, tales como el caso de una dama bellísima en compañía de un tipo feo, puesto que los descubrí bailando en las pistas de aserrín, embriagados como en estado de narcolepsia pura y así comprendí lo que los demás no pudieron: eran una pareja bailarina que no advertían los espejos ni los reglamentos, sólo se miraban en esa danza que los tenía cautivos y los tornaba superlativos. En un pueblo chico una pequeña diferencia te convierte en un sospechoso, así que siendo un tierno lobizoncito de esquina empecé a bailar para que nadie advirtiera mi secreto. Repetía lo que otros hacían y sentía una rabia sobrehumana al ver que esos desgraciados horripilantes, invisibles para las chicas siempre, adquirían ante ellas una iridiscencia de astros, un magnetismo alucinatorio. ¿A las mujeres no les importaba mi oscuridad de vate en sombras? ¿No comprendían que no quería ser Travolta sino Edgar Allan Poe? ¿Qué fuerza monstruosa me borró la alegría de un buen baile? ¿Por qué bailaba solo para proseguir con la llamada hormonal de la especie? ¿Por qué todo me hastiaba? ¿Por qué todo era un tedio y una desazón donde otros encontraban la radiante fórmula divertida?

La lectura de textos iniciáticos o la escucha de músicas exóticas trataron de justificarme: yo no bailaba porque estaba en "otra", porque era profundo y especial, porque oía a King Crimson y no a los Rolling, porque veía otras barcas en el horizontes y turbias lejanías. Porque era un pelotudo para muchos y un poco para mí también. Hubiera dado todos los Hermann Hesse y sus lobos esteparios; todos los discos de jazz, todas las pipas cortazarianas y los paseos artaudianos de manicomios, todas las chicas oscuras y fumadoras, todos los pichones montoneros y las aves spinetteanas, todas las poesías surrealistas y los realismos mágicos, a cambio de una larga noche de baile en Unión y Progreso abrazando a una morocha. Yo envidiaba a esos galanes que llegaban al boliche sabiendo quiénes eran y a lo que venían. Pelo largo ensortijado, o lacio o planchado, camisa abierta, chuequera, pantalones como otra piel y unas ganas de bailar que eran un portento. Eso que yo percibía, estoy seguro, lo habrían de olfatear las damas y en ello residían sus triunfos. Como animalitas del celo que eran, percibirían en mi el pánico de solitario sin danza y eso, que yo sabía que ellas sabían, me alejó de las pistas espantado de que me descubrieran y me abofetearan, por ejemplo. O que empezaran a gritar mi nombre y me sacaran a manotazos la remera para observar las escaras, mi epidermis de monstruo, el comienzo de unas piernas galvanizadas. Y que los galanes, para rematarme, me patearan en el piso con sus zapatos de plataforma. Esos machos que se paseaban dejando tras de sí una estela de hormonas "crandall" por siempre amarrados a una tigrecita barrial de pantalones blancos, labios estridentes y mirada somnolienta.

Había un solo islote que me hacía esperanzadora la noche: los "lentos". Allí no era tan difícil el desafío, a pesar de mi terror por que advirtieran que no sabía "llevar" y me dejaran en medio de un tema, como se abandona a una mala bestia en el monte. Yo he contestado ante una invitación femenina y en alguna fiesta con un patético "gracias, no bailo" para desconcierto de la dama y el festejo por mi transgresión, que no era otra cosa que pánico total. Me hice observador; si no bailaba observaría; luego, algún día; pasaría en limpio, me haría músico, escribiría como una dulce venganza hacia ellos, hacia mi tortura. Solo yo sé cuánto llegué a odiar con furia a los bailarines de tango, a los tíos ebrios en la Navidad, a las comparsas, a los rockanroleros. Hoy mi estigma continúa con los bailadores tropicales y hasta con los jugadores que festejan con gracia sus goles. Les pido piedad. Soy enfermo de algo imperceptible que no sé qué es. Algo melancólico y con pies de plomo. Propongo la creación de un club de patas duras, un club de fóbicos y de tímidos, una reunión periódica de solos y solas, ampollados de tanto "planchar". Por favor, créanme, se sufre mucho. Me podrán decir: hay academias que enseñan. Sí, claro, como si fuese fácil desnudar nuestra patología: la torpeza de un cuerpo castigado, dos zapallos en los pies y la sangre de plomo. Necesitamos un centro de rehabilitación, un hospital del alma para las bestias que hemos sido heridas en la confrontación por movernos tratando de obtener felicidad y no lo hemos logrado. Créanme, seguiré inválido hasta que alguien, algo, me impacte en el centro de mi locura y me libere. Hasta tanto, le estoy debiendo a la vida el baile nuestro de cada noche.

OH ! Melancolía .


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Hojas de paradojas por Adrián Abonizio

Jueves, 17 de marzo de 2005


El tipo construye canchas de tenis. Apisona los cascotes molidos, marca los límites, observa los desniveles del terreno. Sus ancestros edificaron terrazas imperiales allá en el Cuzco; él plancha la tierra hasta dejarla lisita. En sus uñas hay un depósito terroso y colorado que vive quieto desde siempre. Hace esta labor de jovencito y lo hará hasta su muerte: nunca jugó ni jugará al tenis.

Las salinas son un espejo envenenado. El sol allí se agranda y enceguece las córneas; la luna parece enfriar el sopor de ese doble fuego multiplicado. Trabajar allí es fatigoso y mal pago. Tanto que a veces falta la sal en sus mesas y se abstienen del condimento. Encuentran caracoles de cuando este piso de sal era mar. Caminan en el océano invisible y suelen ahogarse no por el agua, sino por la falta de ella.

El tipo trabaja en pompas fúnebres y ha ido construyendo un futuro trabajando para el pasado. Sus cimientos son el escombro de las vidas y el los mezcla con pasión artesanal; tanto que parece un gusto estar fallecido entre sus manos. Los cambios climáticos lo ponen de buen humor: habrá más ancianos dispuestos a partir y más niños en desventaja. Es una buena persona, pero vive la vida pensando en la muerte.

Matices de un mundo de sobrevivientes que van pisando sus sombras y tal vez no vean que la alocada brújula de las paradojas los ha llevado a ser centro de un absurdo. La sombra de una sombra. Agua en el agua y contrafuego en el incendio. Cristo, hijo de un carpintero, terminó su vida clavado sobre un madero. Ernesto Guevara fue declarado no apto para el servicio militar. Y a Da Vinci le auguraron un mal futuro como dibujante. El fuego es una rápida oxidación y la oxidación es una combustión gradual. Un escándalo que da notoriedad es una caída para arriba y el beso de la mafia sella la suerte de la víctima. Hay gente bonita con el alma descompuesta y horripilantes capaces de un acto poético tan sublime como anónimo. Me encanta esto de insistir buscando lo inverosímil que no sobresale, enquistado en las costumbres. En muchísimas terminales de este país, sitio simbólico del Viaje y el Tiempo, sus relojes o funcionan mal o brillan por su ausencia. Hay pescadores alérgicos a lo que sacan en sus redes y prostitutas que desconocen el orgasmo. Llaman "madre" a las superioras de los internados o congregaciones, justo allí donde la maternidad ha sido proscripta. Un pediatra atiende, amonesta y aconseja a los padres primerizos, pero no tiene hijos. En Auschwitz había un cartel a la entrada que rezaba: el trabajo os hará libres. Los religiosos trabajan de ello: obedecen y hacen obedecer un mandato que han obtenido cual franquicia comercial. Dicen recibir órdenes de un jefe que nunca verán. Dicen dialogar con él en el colmo de la paradoja: un enunciado que otorga jerarquía y poder a la invisibilidad. Hablan por Uno que nadie ha visto y sin embargo alegan ser sus ojos y sus oídos. El ginecólogo que trabaja donde otros se divierten; el cómico que vive amargado cuando está bajo el escenario, el meteorólogo que no lava su auto a pesar que ha pronosticado sol, la chica que limpia casas y que en el fin de semana se dedica a limpiar la suya como tarea lúdica, el boxeador al que le asusta ver sangre, todas son ramitas paradojales en el árbol de los malentendidos, en la enredadera surrealista que está en nuestras vidas asombrándonos, regalándonos una dimensión de asombro. Finalmente está la gente como este oscuro escriba, que escribe leyendo párrafos ajenos de buena pluma; lo que se dice palabra sobre palabra; componer en caliente, robar sin delatarse demasiado. Puede ser una hoja de paradojas si se lo mira magnánimamente, mas creo que es llanamente, hay que decirlo, envidia. Y de la hay que deducir en su favor que encierra una buena acción también: sirve para despertar la luz del movimiento en almas dormidas a pesar de ser un sentimiento mal nacido y en las sombras. Les dejo la última con respecto a los políticos: la gente pidió el "que se vayan todos" y de a uno están regresando. Constituye una mínima paradoja y una gran vergüenza.

Un discepolín sin arrabal - Lalo de los Santos - Abonizio


Una tarde al fin
Cargo sus trastos viejos y el rodes para Rosario norte
Como un camarín las luces encendidas del taxi recortaban la noche
Fumando en el coche comedor
mirando por las ventanillas
Se dijo: 'así es mejor son tristes las despedidas'
Rana del amanecer
saltando por los charcos porteños
Nunca sabias en que cama dormir y te caías de sueño
Paso el carnaval el invierno
ya te perdono
Un cuerpo de cartones
la luna en los telones
Fuiste sin saber un discepolín sin arrabal
Dibujando en un piano
las brujas de algún barrio
El viejo bar triste el ancho mundo hizo explosión
Y un ángel impedía
la letra para hacer un tango.
Llora una mujer, Y en los perfumes de las naranjas
se hizo junio de nuevo
Central fue campeón,
y en los titulares nocturnos tu alma dejo el cuerpo entero
Viste a la parca entre las luces de una estación de servicio
Se te acerco y te dijo en un desliz
Mi amor ya no hay paraíso.
Huesos sin arma atados con cuatro cables
Oculto en un 'clandestino corazón'
tus teclas silban de hambre
Paso el carnaval el invierno ya te perdono
Un cuerpo de cartones la luna en los telones
Fuiste sin saber un discepolín sin arrabal
Dibujando en un piano las brujas de algún barrio
El viejo bar triste el ancho mundo hizo explosión
Y en la vuelta de Rocha allá empezó otra historia
Repite todo el estribillo con nara na
Na ri na na ni ra ni ra…ra ra la la la la raaaah

Homenaje a LALO en el Teatro La Comedia




Entrevista de Diario Clarin a Adrian Abonizio


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Grandes misterios del mundo adulto


Jueves, 10 de marzo de 2005
¿A quién le importan los pequeños misterios? ¿Quién se interesa por los enigmas devaluados? ¿Qué tienen de atractivo hoy la maldición de Tutankamón, el Triángulo de las Bermudas o la vida sexual del Yeti? Pavadas de la historia. Nomenclatura barata de mitos sin estirpe. Relatos de náufragos aburridos en bibliotecas con aromas a orines de roedores y papeles amarillentos. Ya se sabe hasta cómo pateó Cristo su primer penal, quién fue el arquero y si tomó carrera. Misterios quedan pocos y encima irrumpen en casa desde una pantalla.

Los míos son difíciles de sobrellevar en la adultez sin exponerlos al escarnio de la burla. Aquí empiezo: los jugadores en las canchas se ven chiquitos como hormigas, no obstante los relatores los reconocen en milésimas a pesar que nunca antes los habían visto. ¿Cómo diablos hacen? Los religiosos que aparecen en la medianoche seguramente grabarán sus programas todos en un mismo día; luego, al verse, ¿no les dará impresión esa ristra fatigosa de máximas y pasajes bíblicos? Yo aún me quedo absorto deduciendo por dónde entran los bichitos que yacen momificados dentro de los globos de luz. O que nunca sorprenda a los que escriben los graffitis. No poder comprobar la efectividad de esas botellas dispuestas en las veredas para que los pichichos no orinen. Ignorar si algunos policías ya nacieron con esa pinta de guardianes o el trajín los fue torneando. No encontrar el porqué de las curanderas cuando el empacho hace que la cinta métrica cada vez se acorte más. El misterio de algún artefacto que en la caja se veía esplendoroso y una vez abierto imposible de armar. Desconocer qué mecanismo mágico crece dentro del pabellón del oído de algunos mecánicos para que determinen que achaques tiene el auto con solo oírlo ronronear. Uno se golpea y le crece un chichón, ¿es el hueso que se hincha?. Uno mira la ciudad y tiene un pensamiento extraño: ¿cuántas muertes, cuántos nacimientos y orgasmos simultáneos se estarán produciendo? ¿Habrá alguna máquina para comprobarlo? ¿Por qué parece que la gente buena se muere antes que la dañina? ¿Qué significa ese cartel que nos anuncia que estamos siendo filmados para nuestra seguridad? ¿Será para identificar mejor a los cadáveres en caso de un robo violento? ¿Por qué en las tragedias viales los accidentados pierden sus zapatos? ¿Habrá que entrar a la eternidad descalzos? Debemos ser serios y no pensar en abstracciones. Debemos silenciar al pibe que se pregunta cosas, porque por algo crecimos y nuestras conversaciones deben versar ahora sobre los motores diesel o la consabida frigidez femenina. Sería suicida entrar a un bolichón de extramuros con tauras y asesinos en donde uno, además de ser un extraño, empiece a cuestionarse estos tópicos y provocando a los señores con acertijos, pullas y pedorreos. ¿Le parece peligroso? Mucho más lo es ir tapiando los enigmas, sintiéndonos mayores sólo porque nos aburrimos como ostras. Lo insano no está en exponerlo en sitios inconvenientes, sino en esconderlos en lugares convenientes. Por eso, amigos, yo ando con mi candidez ilustrada siempre a mano. Alguna noche pretendí sacar a bailar a la musa de los misterios para develar bajo su máscara de rouge la verdad de las verdades, pero tras mis pisotones me invitó a que no entre más a una milonga donde acceden sólo los buenos bailarines. ¿No son esas obras de arte modernas similares a las que realizan sin saberlo los albañiles en los laterales de edificios reparando la gusanera de la humedad, o los chapistas torciendo el metal? Hay mujeres que al besarlas evocan el gusto a malvón en sus labios y a animal marino en su sexo, y hombres que huelen a las cebollas crudas en su axila y a bosques quemados en su aliento ¿No seremos naturaleza plena y no lo admitimos? ¿No será el misterio mucho más sencillo de lo que parece pero que no conviene explicar? Yo admiro muchas cosas como un chico: el políglota es para mí un poseído; el que derrama una estrategia de ajedrez con eficacia un médium, y un semidiós al que dibuja una carambola de billar un gol prodigioso. Debo ser un imbécil que quiere creer en magias. Un bicho exótico que no encaja en el manicomio. Soy capaz de ver bella a una mujer sin fortuna ni gracia por el sólo hecho de haberme mirado de alguna forma particular. Soy capaz de admirar el sonido sinfónico que despide un matricero trabajando en una pieza. Y no crean que finjo ser un sensible permanente, amigos. Todo esto lo mastico en silencio. No me creo nada, pero creo en todo. No soy nadie porque soy muchos. Veo cosas que son sagradas y gratuitas sin pagar entrada. Oigo el mar o el viento sin salir de playa ni internarme en los bosques. Aprendí a ser callado y a disimular. Es que muchos me han llamado idiota por esto o impostor o aficionado a los brebajes alucinógenos. Sepan disculparme la arrogancia pero prefiero ser un boludo alegre a un inteligente triste.

Secretos bien guardados


Jueves, 27 de enero de 2005
Los secretos representan el arcón en cuyo fondo pueden mezclarse los vientos amables junto al olor de los antros sulfurosos. Todo secreto es un imán para la curiosidad y un enigma enterrado. Por la codicia y en su nombre se han derramado sangres inocentes, sucumbido estados, vulnerado doncellas. Por constituir una puerta al oro se han asesinado reyes, comprado voluntades, incendiado ejércitos, traicionado acuerdos. En fin, que los secretos son pesados de llevar. "Tengo un secreto que te quiero contar", me dijo un amigo. ¡Entonces no es un verdadero secreto, le retruqué!, que he sacrificado la audición de escenas tapiadas por el silencio a cambio del fundamentalismo de mi ética trasnochada. Un secreto es un secreto. Y es sagrado. Una tía mía, muy viejita y muy astuta decía conocer los misterios de una larga vida; al llegar a los cien años le empezaron a creer. Ya en el lecho de muerte, muchos interesados se acercaron para que les confesara su verdad. "No guardo ningún secreto, pero el creérmelo me hizo llegar a esta edad", dijo y se despidió.

El poder secreto del secreto, a veces, es ser ni más ni menos que una cosa que no existe. Hay algunos que abatirían un Estado o una religión y otros apenas ocultan cómo obtener el permiso ilegal para abrir un kiosco. Ignoro las dimensiones; sólo quiero repasar aquí algunos que me ha sido visto intuir, merced a la confianza exótica que inspiro en algunos que se abren como flores y vomitan los suyos. O si no lo hacen, me los imagino. Por ejemplo, ¿quién no tiene el secreto de haber votado a alguna ruina humana, algún pusilánime y nunca decirlo? ¿O quién no tuvo agachadas, o "fue para atrás" con uno mismo? ¿O quién no desconfió de alguien solo por su aspecto reconociéndose luego como una bestia montaraz y reaccionaria donde uno creía que habitaba una eminencia iluminada por la conciencia de clase y la bonhomía?

Todos tenemos algo que ocultar entre las ropas, bajo ellas, en el forro, en las manchas que el tintorero borra, anónimo y cómplice. Un sujeto ha sido ferviente católico, simpatizante de la Inquisición, el potro y la caza de brujas; ahora es agnóstico, librepensador y critica con fiereza a la señora que va a misa los domingos. Otro fue el tonto de la clase y hoy es un dirigente exitoso. Otro ha trabajado como ingeniero de la industria alimenticia y sólo él sabe lo que lleva dentro una inocente hamburguesa o dice ni ha dicho ni dirá nada, pero prohíbe a sus hijos comerlas. Secretos como raíces de yuyos que crecen dentro de nuestro vivero. Secretos como barcos muertos en el fondo del océano de nuestra almita perturbada. Secretos de moribundos y cartas quemadas; secretos de pasadizos inundados y mapas de un tesoro que no se puede nombrar.

Yo mismo amigos he decidido no tener cada vez menos: me pesan como torres de acero en mi conciencia. Yo he temblado de miedo viendo El Exorcista y mi novia quinceañera ha salido del cine envuelta en risas. Yo he dado una vuelta en círculos alrededor de cinco manzanas para evitar pasar frente a esa barra que me pronosticaba el escarnio y algún chichón. He transpirado frío en las cercanías de un cuzquito insignificante al que veía como un tirano saurio rex. Yo he debutado sexualmente tarde y mal. Yo me he desgraciado de los esfínteres en una primera cita: solo la dama y yo sabemos lo sucedido en ese noviazgo de una hora. He negado por tres veces y más mi amistad con un sujeto más valiente e idealista que yo por pánico a la cárcel. He distraído vueltos públicos y pasiones privadas. He fraguado la firma de mis padres en el boletín. Inventé una rifa fraudulenta. Falsifiqué un poema adjudicándomelo. He mirado a algunos hombres con deseo y me he acostado con mujeres indebidas. En mi adolescencia hambreada, a una de ellas hasta le robé el jornal y otras la confianza. Me dirán: no es grave. Para todo esto existe la confesión anochecida ante algún amigo, una noviecita comprensiva que nos absuelva con besos, la hipnosis de la religión o de la terapia. No me alcanza, amigos. Ahora que he volcado mis secretos reconozco que no me siento más liviano por ello. Al contrario, claudiqué en mis fuerzas y ya no tendré motivo para sentirme aprisionado en el mundo y convertirme así en un nostálgico cantor de tangos, en un escritor nocturno apesadumbrado. Llevo ahora algo peor, una paradoja. No conviene contar cosas escondidas pues podrán decir como yo: tengo el peor de los secretos, hago que tengo muchos pero ya no me queda ninguno.

Y no tener nada que mostrar es peor que esconder, créanme.

Letra de: Amigos de lo ajeno - (Todo es humo 2002)



Amanece en la ruta dicen las putas de esta canción
Yo que fui camionero conozco el quiero truco sin flor
Me echaron del paraíso por un petiso hincha e Colón
Me sorprendió en una playa con su Canalla novia de Unión
Y a quien voy a convencer con mi forma de querer
Siempre lo ajeno, me pagaron por bueno,
y no hay devolución
Me llamaban el cuervo en el recuerdo del pre-escolar
Le robaba a un gordito hijo querido de un concejal
Hoy lo he visto en los diarios con su prontuario de funcionario
Eran tantas macanas que el mismo diablo se persignaba
Y a quien van a convencer con su forma de querer
Siempre lo ajeno, les pagamos por buenos,
y no hay devolución
Amanece en la ruta oyen las putas mi confesión
Le he robado a los grandes pa’segurarme cien años de perdón
Me quede con el vuelto de un viaje incierto al Paraguay
Y en la fonda de Marga vendí la carga aun sacristán
Y a quien voy a convencer con mi forma de querer
Siempre lo ajeno, nos pagaron por buenos y no hay devolución
Amanece en la ruta veo tu foto sobre el tablero
Para cuando te encuentre no habrá perdón ni siquiera del cielo
Te me fuiste en la mitad de una noche en navidad
Con mi dinero, en el bolso de cuero iba mi corazón
Te me fuiste en la mitad…Amigos de lo ajeno pierden el corazón
Te me fuiste en la mitad…Esta es la ley del juego y no hay devolución

Y a quien voy a convencer…Y no hay devolución…

Letra de : Cuerdas Auriazules



Tengo sangre de Central
Auriazules son mis venas
En mi vida paralela al convertirme en artista
Pesaron más sus conquistas que mi triunfo personal
Me pasaban a buscarLos muchachos de la esquina
Fue bohemia mi rutina acostarme con los gallos
Dormía tan solo un rato todo por ver a Central
Nunca es magra la semilla
Si crecen los corazones
La riegan las emociones
Que pueblan los arrabales
Todas mis cuerdas vocales
Son azules y amarillas
En mi oficio de cantor
En distintos escenarios
Al recordar a Rosario yo extrañaba ese calor
Que me dormía abrazado a las diez del matador
Nunca es magra la semilla...

Autor: Adrián Abonizio

Recital en Café Cultura Nación


Carnet de prensa para ver a los Canallas!!


Cuenta Adrián que cuando más jovén y nadie lo reconocía,
su pasión por los canallas lo llevó a hacer cualquier cosa.
Entre ellas un amigo, le hizo un carnet de periodista para que él pueda entrar todos
los domingos a para ver al equipo de sus amores sin tener que pagar, pero sentado
al lado de un montón de periodistas que no tenían mucha pasión por Rosario Central, je!
Y bueno, que no haría uno por ver a su equipo favorito ?

Nominado a los Premios Gardel


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Letra de : Club de Almas


ESCRIBO ESTA CANCION COMO UNA MAS
SIN SABER DONDE IR, SIN CONTINUAR
LA ESCRIBO PARA MI MIRANDO EL RIO,
TAN NEGRO, TAN NOCHE
PRENDE LA CATEDRAL SU LUZ DIVINA
Y UN ALMA PIDE PISTA EN UN CAFE
SE QUE ENLOQUECERE SIENDO EXTRANJERO,
DESEANDO TU CUERPO
ROSARIO SE DURMIO DE HAMBRE Y SUEÑO
LE DIERON DE COMER SOLO UN RECUERDO
DIFICIL ES VOLVER SIN HABERSE IDO
ESTRIBILLO
CADA VEZ QUE PISO ALGUN LADRILLO HAY UNA SOMBRA
QUE ME DICE POR FAVOR YA QUEDATE
ES MEJOR BESAR LA BOCA QUE UNO QUIERE
CON LA BOCA DE LA RABIA Y DE LA FE
CLUB DE ALMAS
RONDEAU ES PURA LUZ PARECEN LLAMAS
RECIBE A UN CHEVALLIER MOSTRANDO UN ALMA
CLUB DE ALMAS QUE ESTAN SIN PARAISO,
TAN NEGRO, TAN NOCHE
ROSARIO SE DURMIO........

Letra de: Camarines


Cara de mujer, enamorada
un vacío de rubor no dice nada
Estás con un reflejo, un torbellino con un lápiz de escribir
La dirección para el ángel que no encuentra la casita
la ciudad,donde nunca más se sufre
Me serviste un tinto y un jazmín del aire
me manché en el camarín
con rouge del traje
Estabas reflejada y enmarcada
en una luz de festival que no culmina
y la luz voltaica te devora
y son horas de partir lejos de este perro mundo
La luz se fue y empezé a soñar
y yo canté hasta no dar más
una vez más pedían más
y los odié y odié el lugar
y cuando abrí los ojos ya no estabas más.

Letra de: Príncipe del manicomio


Soy el rey , de la charca más sudaca
comprendí que no se ataca la mano que da’ e comer
me contaron me bajaron de la rama
me marearon en la cama
de este barco japonés,
en un hueco , de electrodo y pis de gato
desayuno, asesinatos con fondo de Luis Miguel
me nombraron príncipe del manicomio
de tanto ver al demonio en la borra del café.
Por eso amor te pido , no me olvides.

Siempre creímos que lo cerca estaba lejos que lo blanco del espejo
era polvo del común activistas para un mundo estrafalario
marionetas sin salario manejadas al tun-tun
hoy soy héroe de un electro medicado un cobayo transtornado
por la granza del doctór tanto tiempo abonado a este abismo
me hice guía de turismo recorriendo el pabellón.

Por eso amor te pido, no me olvides.
por la noche desvelados enfermeros
me dicen “sos el primero que se va a tomar el tren”,
en papel de medicamento antes de que me haga efecto
la redonda que tome , ya es de noche las estrellas en el frasco
sobre el hospital Carrasco simulan amanecer
y te escribo calladito y tan contento
hoy por fin al fin recuerdo tu nombre que olvidé.

Por eso amor te pido, no me olvides
por eso amor te pido
querida Inés
por eso amor te pido Ester
por eso amor te pido Grisel
Por eso amor te pido Mariel
por eso amor te pido Raquel
por eso amor te pido como te llames,
yo grabé nombres que quiero
yo grabé nombres que quiero.

Por eso amor te pido...

Letra de : Y Ahora


YO SE QUE TE MARCO, LA LUZ DE LAS ESQUINAS
Y EL OLOR DEL TALLER, Y EL DOLOR DE ESA VECINA
QUE UNA NOCHE, ... SE OLVIDO DE RESPIRAR
TU MAMA ESTA BIEN, VENDE LIBROS DE COCINA
TU PAPA NO ESTA BIEN, LO ECHARON DE SOMIZA
Y SE LA PASA,... EN LOS BILLARES TODO EL DIA
Y AHORA TE TOCA A VOS, Y AHORA TE TOCA A VOS
SER UNO EN UN MILLON
ESTO ES ARGENTINA, CAMBALACHE DE OCACIONDO
TURISMO DE AVENTURA PARA TU CORAZON
PORQUE......
TU VECINO SE FUE, A TRABAJAR DE UNIFORME
DICE ES PARA COMER, NO ES QUE LE GUSTEN LOS BOTONES
PERO LO MANDAN,... A VIGILAR A TUS AMIGOS
LA LUNA YA SALIO, EN ESTE BARRIO PERDIDO
PARECE UNA PASTILLA, DENTRO DE UN VASO DE VINO
CON ESTA MEZCLA MI AMOR,... LA NOCHE YA ESTA EN PELIGRO
DECIS QUE ME QUERES, PERO QUERERME TE ASUSTA
LA CULPA ES DE LA TV, VES DEMASIADAS PELICULAS
VOY A QUEMARLA UNA NOCHE, ... ASI TERMINA TU ANGUSTIA

Letra de: Rieles de San Pedro

Que me importaba el tiempo
que había entre tren y tren
una ciudad descascarada, ciudad siempre lloviendo
Languida voz de la tarde
por la noche duele más
en los kioscos venden siluetas
Irene Paraná
Tristeza de los rieles
tristeza la de tu ca aaa aaa sa
y tu ge-eee-eente
Aprovecha ahora que te vas
vas al único vas hacia el único lugar
la tristeza que veses la tristeza que traes
prende una luz mojada
que no es ta-a-aaaaaaarde
Como se levanta el polvo
allí en la terminal
y en que lugar de esta provincia
sin tomarme una copa ire e-e-eeee!!!

Autor: Adrián Abonizio

Letra de: Te hablo


Te hablo desde el corazón
yo se lo que es vivir en las tinieblas
parece que el alma se queda
sin salir a escena
Te hablo desde más acá
sigo buscando lo imposible
hacer qu la vida sea vivible
y no engañar
Habrá pasado mucho tiempo largo
habrá quedado tanto en el costado
habrá llegado un tiempo tan distinto
seguro te habrás enamorado
Si esto es la vida
no se que hacer para que creas
te han confinado te han lastimado con mentiras
no puedo prometerte nada
no puedo decirte nada
más que vivas
Te hablo desde el corazón
no vala ya vivir arrepentido
no hay deudas posibles,ni culpas
te matean pero te dejan vivo
Habrá pasado...
Si esto es la vida... más que vivas, más que sigas, más que vivas, más que sigas.