Caballos de carrera de Adrián Abonizio

CABALLOS DE CARRERA

Me imagino a la Luna sentada
Y parece que no importa nada
Me imagino a las fieras del circo
Y yo mismo en un preso de chico

Porque el mundo parece de apuestas
De caballos de carrera
Del que tiene un corazón que le hable
Y que aprenda a jugarlo en la calle.

Tengo un oficio mudo
Tengo un oficio vivo
Con una magia en cuotas
Y la fé de lo querido
El hambre te mantiene,
Solo lo necesario,
Hay quién apuesta su sangre
A la sangre del diablo

Y así pasan los días, pidiendo permiso,
Como si no quisieran darse cuenta,
Que uno mismo va, tentando a la suerte,
Como un mazo de barajas prestadas,
Hay que hacer la de uno, y si no Nada.

Fabricante de la Luna alta,
Cuando todos duermen,
voy imaginando países,
y los ato a mi suerte.
Un amor verdadero, el olor de la tormenta,
somos caballos corriendo, y alguien hace las apuestas.

Tengo un oficio mudo
Tengo un oficio vivo
Con una magia en cuotas
Y la fé de lo querido
El hambre te mantiene,
Solo lo necesario,
Hay quién apuesta su sangre
A la sangre del diablo

Y así pasan los días, pidiendo permiso,
Como si no quisieran darse cuenta,
Que uno mismo va, tentando a la suerte,
Como un mazo de barajas prestadas,
Hay que hacer la de uno, y si no Nada.

Autor: Adrián Abonizio (1984)

Letra de : Plantas Argentinas

Pan de los días, luz de mercurio,
En la noche alta, nadie descansa,
Por los halcones, hijos sin madres,
Dueños de la oscuridad,
Acá con cada pan que falte completar,
Es una vida menos, y una deuda más.
Canto en sangre, luz Argentina,
Llevo encendido tu olor de mujer,
Cada mañana, busco en tus rastros,
Y comprendo que hicieron con tú juventud,
Acá con cada sueño, que quede por soñar,
Habrá que hacer soñando, lo que estaba y no está más.
Edificios, papeles viejos,
Todos mis amigos están resucitando,
En una calle sentados a la sombra,
Una sombra de amor, les da reposo,
Acá con cada libro, que guarden en el pecho,
Hay palabras vivas, y una vuelta al cielo.
Como banderas, de otras naciones,
En las terrazas el viento empuja las camisas,
Yo sigo vivo, y es suficiente,
Cantando los versos, del sobreviviente
Acá con cada canto que uno tire al cielo,
Habrá una bienvenida y un recibimiento,
Habrá una bienvenida y una muerte menos.
Y veo a la gente buscando en la arena,
Resto de lo que quedó,
Y en un teatro abandonado,
Un actor pinta el mundo verde claro,
El Mundo es verde claro, como esas plantas,
Salvadas del incendio, en que crecieron,
Son plantas con espinas,
Son ARGENTINAS, y las quiero.

Autor: Adrián Abonizio


Democracia recién nacida y una visión un tanto inocente del mundo. Quería sacarme el dolor y escribía por eso. Quería un testimonio, me sentía en la obligación cuando aún era virgen en grabaciones y tenía pavor de no poder dedicarme a la composición de canciones.

Pintar la sangre de Adrián Abonizio

Cuando la necesidad venga a pintarme las horas,
Entonces estaré tranquilo, sentado a la sombra,
Sin mucho que decir, o con mucho presiento,
Que lo no se dice, se lo huele por dentro,
Me puedo quedar tranquilo, sin pedir limosna,
Lo que quiero decir, está esperándome en la boca.

Una pareja pasa, se prende una luz cuadrada,
Y en las panaderías, hay olor a orina quemada,
Éstos son como cuadros, se abren como abanicos,
Y yo mismo me pierdo, en mis propios laberintos,
Me puedo quedar tranquilo, metido en éste momento,
Por debajo del sueño, va la sangre en movimiento.

Y vale por lo que no fui, y lo que me dijeron,
De eso no me arrepiento, eso es cosa de ellos,
Vale por los inviernos que pasé a la intemperie,
Vale por los infiernos, y por no hablar de frente
Con alguna melodía dando vuelta en la cabeza,
La vida me empujaba, a tirarme en una pieza,
Y mirar con cariño el filo de los cuchillos,
Siempre hay gente que no quiere,
Que todavía estemos vivos.

Por más vuelta que la luna, pegue alrededor del Mundo,
Lo que no cambia en un siglo, siempre cambia en un segundo,
Todo cambia, nada cambia,
Todo cambia por arriba,
Pero el cambio de fondo, vendrá seguro algún día,
Me puedo quedar tranquilo, metido en éste momento,
Por debajo del sueño va la sangre en movimiento.

Se van pintando los días,
Tienen color las semanas,
Y uno no se da cuenta como cambia la casa,
La pintura de la sangre, es roja verde amarilla,
Son los colores primarios y es la primera medida,
Con que uno se mancha los dedos, a través de la existencia,
Y no hay lienzo que alcance, ni pincel ni la paleta,
Para pintar la sangre, solo basta con sentirla,
Cuando bulle en la mañana,
Y cuando duerme, también pinta.....laralaaaa....
Autor: Adrián Abonizio

Anecdotario: Nº 2 - Años pesados

No siempre íbamos presos pero de vez en cuando pasábamos una tardecita.La que más recuerdo es una de septiembre-pelo largo, pantalón de bambula, colita en el pelo y una carterita que contenía mis documentos, unas letras de temas y un grabador con temas registrados en ensayos-Me cerraron el paso en una esquina de Echesortu como si fuese el mismísimo Camilo Cienfuegos.-Hijo de puta, me repetía un morocho alto.-Hablá, decime una sola cosa y sos boleta, hijo de puta.Empeñado como estaba en dedicarle esas frases a mi mamá, no advirtió que otro, un policía viejo, lo retiraba de su apremio verbal hacia mi persona y ordenaba que me metieran en el Falcon por averiguación de intereses.Luego en la comisaría, revisado y dado vuelta como una media y tras ser interrogado a cerca de mi trabajo, profesión, dedicación, ideario político, inclinaciòn sexual y religiosa y comprendido que era inocente de la hoguera me dejaron salir.-El grabador, reclamé al morocho que había ofendido a mi santa madre.-Devuélvamelo.Le dije imperioso.El policía viejo se lo quitó no sin antes por curiosidad depositarlo en un escritorio y apretar el botón anaranjado para comprobar que habia.Tras escuchar algo de la maraña de sonidos que pomposamente denominábamos temas, sencillamente le susurró al morocho agresivo.-Viste, pelotudo que no valía la pena quedártelo!
Y me dejaron ir.

Letra de : Cantándole a los vivos

CANTANDOLE A LOS VIVOS

Que difícil es mirar arriba
Cuando la luz se escapa,
Y la costumbre de esos días,
Pedir permiso para entrar en nuestra casa

Qué difícil es vivir sereno
Cuando el castigo es agrio con los buenos
Y no hace falta ni nombrarlos,
A los que ayudan a cerrarte el corazón con barro

Cae desde el cielo, una lluvia de venenos,
Siempre fue así, y así lo será,
Quiero seguir en una tierra donde el cielo
Se mantenga por estar,
Cantándole a los vivos...

Una guitarra al mediodía,
Los chicos que juegan arriba,
Que difícil es tener oficios,
Éste oficio flaco como el pan de la alegría

Llegaron barcos con negros,
A ésta tierra de cazadores,
Yo en mi rutina no me lamento,
De perseguir todavía años con flores,

Cae desde el cielo, una lluvia de venenos,
Siempre fue así, y así lo será,
Quiero seguir en una tierra donde el cielo
Se mantenga por estar,
Cantándole a los vivos...


Autor: Adrián Abonizio (1984)

Escribí ésta canción en la misma època que Plantas. Un casado joven , primera convivencia femenina, enamoramiento y el recuerdo de largas siestas sin dormir trabajando en otra cosa, mirando el mundo desde un oficio ajeno , odioso.

Letra de : Corazón del Milagro

CORAZÓN DEL MILAGRO

Abre corazón del milagro, ésta tarde,
Quiero tener un lugar donde mirarme,
Y las horas no pasen largas,
Como el cielo en la niñez
Como el cielo en la niñez.

Una cuchilla trae las tormentas,
Están lloviendo las catedrales,
Todo huele a menta en las calles,
Como el cielo en la niñez.

Hay una película vieja que habla de vos,
Todavía no conocías la desnudez,
En la pieza está tronando mi sangre,
Éste debe ser mi oficio, he de creerte, he de creer

Abre corazón de milagro, ésta tarde,
Quiero tener un lugar donde mirarme,
Y las horas no pasen largas,
Como el cielo en la niñez
Como el cielo en la niñez.

Entre los pliegues de tu vestido,
Debe de haber un invierno justo,
Fantasmas de lo perdido, cielo y sombra,
Para éste hombre.

Hay una película vieja que habla de vos,
Todavía no conocías la desnudez,
En la pieza está tronando mi sangre,
Éste debe ser mi oficio, he de creerte, he de creer

Autor: Adrián Abonizio

Letra de : Mi dulce Señorita de Adrián Abonizio

Mi dulce Señorita (1988 )

Señorita,
no toda la verdad viene escrita
Señorita, el mundo elige sus victimas
pobrecita,
junto al mástil en mañanitas,
parecías una congelada estampita
En los mapas
calcados con papel y tinta china
flaca estaba la sombra de tus pantorrillas
Fuimos parte,
de tu soledad, tus buenos días
pero no te dabas cuenta que nos envenenaron la comida
En los actos
a veces tu voz los presidía
Y yo actuaba como el cantor de la partida
viejo cine
entrada por la calle Alsina
perdí la inocencia, escapando de la justicia divina.
Señorita
el mundo elige sus víctimas,
Si acá me ve usted, con el revólver ganándome la vida

Autor: Adrián Abonizio

Letra de : Beso tu dolor de Adrián Abonizio

BESO TU DOLOR (1989)

Cuando el viento hace sus valijas
Y los ves pasar
Los ojos de tu compañera
Dicen que te vas
Te baten te vas
Buscando excusas
¿Quién pagará la luz?
Recorriendo esquinas
Tomando en algún club
No llores más
Que no vale la pena
No llores más
Nunca vale la pena
Cada vez que pido pan
Piedra libre de tu voz
Para que pintar un cuadro
Si soñarlo es mejor.


Autor: Adrián Abonizio

Letra de: Haciendo falta de Adrián Abonizio

HACIENDO FALTA (1985)

Sé que con canciones sólo invento sueños
Apenas un puente para hablar mejor,
Pero voy haciendo falta donde creo
Y siempre me parece estar en la mitad.

Me salvé de estar en frentes de batallas,
De estar encerrado por pintar mi corazón,
No hay justicia ya lo sé para nosotros,
Depende como la suerte talle la ocasión,
Talle la ocasión.

Si embargo la gente sigue estando,
Cargando hijos y trabajo,
Como si se abriera algo,
Una luz de primavera,
El sol de cada mañana,
Me parece que no pega

Yo sigo estando sordo por explosiones,
La presión de mi sangre me hace ver aviones,
Miro aquellos 20 años,
El país me acompañaba
Hoy lo único que está cerca
Es la canción que me falta
Para hacerla linda y que se me salve
Y que me ayude a comprender
Que la industria de la luna
Con su línea imaginaria
Eran palabras ajenas
Metidas en mi propia casa.

Sé que con canciones no construyo nada
Apenas un puente para hablar mejor
Pero voy haciendo falta donde creo
Y siempre me parece estar en la midad

Me salvé de estar en frentes de batallas
De estar encerrado por pintar mi corazón
No hay justicia ya lo sé para nosotros
Depende como la suerte talle la ocasión,
Talle la ocasión.

Autor: Adrián Abonizio

Letra de : La Marca de Septiembre de Adrián Abonizio

LA MARCA DE SEPTIEMBRE

Septiembre mes de vino
Por el agua viaja un estandarte
Banderas de guerra
Pide guerra a la sangre
Corazón submarino
Vendrá por mí
Por el vino que no te ofrecí.

Septiembre se extiende
Países dormidos
Yo viaje parado
Al sol agradecido
No cambia la marca
De lo comprendido
Yo llevo tus cartas
Septiembre mes de vino
Me vino a salvar
Me vino a salvar
Me vino a salvar.

Autor: Adrián Abonizio

Letra de: Los Años Felices de Adrián Abonizio

Los años felices (1988)

Cuando decís que el corazón
Es un cazador solitario
Y que se muere de sed
Si no lo regamos
Es la tuya, la nuestra, la mía.

Donde manda capitán,
Como un mal necesario,
Es costumbre elegir,
De lo peor lo menos malo
Es la tuya, la mía, la nuestra.

Hay una niña, un rufián,
Un Falso Caballero,
Un Cantante Genial,
Y un Soberbio Usurero,
No es la nuestra, es de ellos, nunca es nuestra

Y Dios para completar,
Te manda los voltajes,
Y para cuenta de tu mal,
La luz hay que pagarle
No es la nuestra, es de ellos, siempre es de otros.

Autor: Adrián Abonizio

Letra de: Miedo del Miedo por Adrián Abonizio

MIEDO DEL MIEDO (1983)

Tiene el gesto sereno de los inválidos
Pero una tormenta le cruza entre las piernas
Tiene miedo del miedo y de las culpas ajenas

El llora por lo que no lloraron
Pero no mata porque es pecado
Una tormenta le cruza entre las piernas
Y está lejos de lo humano
De lo humano.

Tiene un miedo secreto de los secretos
Y los que hablan del tiempo nuestro
El habla por los que se cayeron
Y dejaron como clavos, en canciones
Otro secreto.

Escucha en esa calle como nombras cosas
Pero nadie nombra noche de rondas
Volvió a pesar suyo tiene todo en contra
Lo encontraran abrazado
Pecho a pecho, de una sombra.

Si se equivoca el mismo se dice
El barco quieto en aguas se rinde
La vida pasa como una ceguera
Y se alumbra o no alumbra
Es cosa nuestra.

Si el mar queda lejos a él le da lo mismo
Son tantos los puentes, tanta la noche
Corre la persiana, buscando en el aire
En la gente que no se rinde,
Buscando una lluvia que lo alivie.

Los que ganan premios y tienen amores
Los que se dicen son los mejores
Las que con el pelo tiñen las sonrisas,
Compañero, éste viaje son quien los mira
Y como él tienen miedo.

Letra de : Santo y Ladrón

SANTO Y LADRÓN (1985)

A Moreira

Alguien en silencio recoge sus nombres
mastica su rabia en la amargura del anonimato
sólo su color de piel, sus facciones de su rostro,
flores velas y ofrendas en la creencia del santificado

“Un gaucho como yo no se rinde a la policía
si tengo que morir que sea con el fierro encima
todos contra uno
así mata cualquiera
me voy para los bañados
para preparar la guerra”

Sólo un crucifijo, medalla , escapulario,
50 centavos y un cartel con orden de captura.
Un recuerdo y un poema que está en todas las ranchadas
Si la ley me ha sido injusta morir por todos no me cuesta nada.

Autor: Adrián Abonizio

Letra de : Palestinos de Adrián Abonizio

PALESTINOS ( 1988)

La luna me pone nervioso
El cielo un escándalo azul
Y hay una canción de amor en el aire

Escucho la radio temblando
La sangre me corre en el dial
En Beirut nadie mata por matar, por matar

El pecado no es hablar, es caer,
El pecado no es hablar, es caer
Estrella azul sobre el fondo blanco
Palestina que hora es
Palestina que hora es

Autor: Adrián Abonizio

Campeonatos de barrio por Adrìan Abonizio

Siempre había campeonatos en mi barrio. Por qué ocurrían, no se lo preguntaba uno, pequeño eslabón en la cadena. Sencillamente sucedían y hacia allí íbamos, atraídos por ese imán de jugar a reglamento como una postal anticipada de los partidos reales. En miniatura se reproducía lo que acontecía, allá en la altura, donde héroes y villanos batallaban todos los domingos y que la radio reproducía con denuedo. He aquí un listado:
* Campeonatos religiosos. Eran organizados por parroquia con canchita propia y muy cuidada. Anteponían la civilización a la barbarie, con premios santificados, vigilados desde la altura. Un ángel de pantalones cortos, espada contra los dragones y limpieza de pecados a través del sudor. Estaban prohibidas las malas artes, las puteadas y los apellidos judíos. Todo olía a sacro y los organizadores eran, por lo general, laicos entusiastas chupacirios gozosos en observar que, mediante el deporte, se llegaba a Dios. Intervenían colegios de nombres exóticos y casi siempre ganaban los más fervorosamente cristianos. Al final, se repartían premios, se comulgaba y se ofrecía chocolate y medallita para la indiada catequizada.
* Campeonatos malevos. En una cancha rasa, con peladuras y cascotes en las áreas. Los equipos no respetaban edades y se podía observar a pibes con barba junto a párvulos. El asunto era ganar, las patadas estaban permitidas y eran consentidas por los mayores. El árbitro, era por lo general, algún mamado que apenas caminaba y que donaba penales al local. Terminaban en batahola con intervención de adultos y el premio jamás se pudo observar, porque nunca existió y el juego de camisetas puesto de señuelo consistía en dos o tres dadas a los caciques. Tardíamente, llegaba la policía para suspender la lidia, cuando todo había pasado y la pelota estaba desaparecida.
* Ínter colegios. Sin bravura, pasión ni arte. Se armaban con lo que había, no se entrenaba y eran una buena excusa para lucirse ante alguna damita del colegio. A veces se castigaba con media falta la inasistencia si no se completaban los siete. Uno se maceraba las piernas jugando pero nadie atendía el juego: Las maestras miraban todo de lejos, el profe de Educación Física intentaba darle filo a alguna profesora y todo culminaba con algún hurra. Si se perdía, el lunes, los que habían quedado marginados por troncos tenían su venganza en la burla comadrona durante el recreo. Los que estábamos para más, veíamos a esos campeonatitos como un entrenamiento. Además, los partidos eran sobre piso embaldosado roto y las rodillas sufrían como en una guerra. Nadie ganaba y tampoco importaba. Olvidables.
* Campeonatos "Desafíos". Eran los anticipos de los partidos "chivos". Había cuatro bravos y los demás acompañaban. Se sabía de antemano la semifinal entre el cuarteto y para eso se preparaban desde ventas de choripanes hasta apuestas. Los grandes, haciendo gala de la estupidez y la codicia y algún velado fracaso sentimental, hablaban con los pibes, los arengaban como una final y terminaban patéticos, sudados: los boys solo trataban de jugar bien, divertirse. Ajenos a la timba. Corría una leyenda; siempre en esos partidos se rumoreaba que vendría alguien, de algún club grande. Cualquier intruso de sobretodo pasaba a ser el espía próspero. Se ponía garra, tesón y de ser posible, arte. Los viejos, aspiraban a algún pase suculento, salvarse de sus vidas tristes con batacazo infantil. Nunca ocurrió nada.
* Campeonatos familiares. Eran entre vecinos sin afrentas ni odios antiguos. Se hacía para confraternizar, coronando un onomástico, un homenaje y se proponía el fair play, la comida rica y el buen romance entre el día de sol peronista y las manadas reunidas: no importaba el ganador y la idea pretendía descender como un hálito hacia las camisetas jóvenes. Lo sentíamos como un insulto y solo los contagiados de este imbecilidad sin competencia, se desconcentraban y perdían. El guerrero se llevaba el premio, mordiendo aún cuando le pidieran condescendencia. Por lo general en estos encuentros, aprovechaban para hacer jugar a los relegados; un hijo del presidente del club o del bazar mayorista que había expuesto unas ollas de premio o el pibe de la tienda que daba crédito a todo el barrio.Reunión sin estirpe de lucha, solo aire familiar .Volvía uno vacío de esos sitios, por más que se trajese un trofeo envuelto en papel strassa. Se lo ocultaba detrás de los otros, los que aún destilaban a sangre fresca.
Recuerdo que los partidos importantes se charlaban, se estudiaba al rival y hasta llegué a ver una pizarra de colegio en manos de un improvisado Dt. Era como en las películas de circo romano, pibes en pugna y la noche anterior, si la confrontación lo ameritaba, ya se sentían las temidas pirañas en la panza. El insomnio, la ausencia de masturbación y el despertar de un salto dos horas antes, para hacer el bolso, esperando con impaciencia que toquen el timbre era el bagaje obligado, pues, dado que uno era un jugador de fuste, te pasaban a buscar, privilegiándote.
Hoy, en algunos domingos, mientras me preparo para salir a correr en soledad, intentando curar al sol mis dolencias, me digo que daría lo que me queda en salud, por un timbrazo corto y mi salida a la calle, donde ya me habría de estar esperando, un Ford cascarudo negro o una Estanciera con cuatro o cinco pibes dispuestos a pelear y un chofer bien dispuesto, orgulloso en su tarea de chofer de gladiadores.

Letra de : Cambios de Adrián Abonizio


No hay un cambio si fueron disueltos
y dejaron los estados desiertos
la tecnología europea
se rompe en la cordillera.
y conejitos de indias somos
por suerte no hay otra vida
como nos promete el cura.
No hay un mango en las arcas del cielo
se robaron los diez mandamientos
un video clip neoyorquino
vale menos que un vaso
ser de esta tierra es pecado
y ser fieles al pasado,nos convierte en esclavos.
Cuanto duras, cuanto deseas
el deseo de desear
el deseo de cambiar,esta tierra colombina
te embriaga pero te quita
un poco de alegría
por que todavía te duelen las heridas.
Disculpame no quiero cantarte mas
los soldados se pintan como tu mamá
y hay un señor elegido que a todos pide permiso
Menos a vos que viste la vida
por una consigna y hoy no vale cinco guitas
marihuana entre rejas hoy corres la coneja
como el ciego del subte que canta villancicos
aunque no sea navidad.
Cuanto duras, cuanto…


Autor: Adrián Abonizio

Letra de: Postales del Alma mía

Nací de noche casi maullando
como los gatos del arrabal.
La luna en fuego y las tres Marías
que me cantaban " no llores mas”.
El sueño grande, la casa chica
bramaba cerca el ferrocarril.
Grillos y sapos, lechuzas tuertas
fueron la orquesta que dirigí.
Cayeron lluvias de agua y de balas
salvé la vida porque hubo un dios.
Silbé las letras y a mi guitarra
el encordado se le enlutó.
Hoy canto algunas cantando aquellas
Canto por nadie, canto por vos.
Postales mías del alma viva
fotografiando lo que yo soy.
Una canción de cuna a transistores
folclore, tango y el locutor.
Mitad " Spiker" y mitad fantasma
una postal del alma era su voz.
Pero un sonido alucinatorio
mi dormitorio electrificó.
Y el barrio entero bailó esa noche
la chacarera de otra nación.
Y en esa esquina de nombre antiguo
mi luna silba en el callejón.
Las tres Marías ya se casaron
y oyen por radio la evocación.
Tienen maridos con vías lácteas
y una familia tan estelar.
Polvo de estrellas que hoy me titila
sobre el costado de esta postal.
Mezclamos vino en un mismo vaso
mi hijo hoy canta como un violín.
Nana de cuna sin transistores
es la mejor canción que escribí.
Autor: Adrián Abonizio

Letra de: La villa de los Milagros de Adrián Abonizio

Soy campeón de las cosas olvidadas
tengo una virgen prestada
y la foto del matador
Un cowboy como un lobo solitario
dominando el escenario
con la foto de new york
Soy el rey de los elegidos
de la virgen soy marido
por el voto popular
Es mi novia la mas linda de la villa
la robe de una capilla
en la fiesta de guardar
Porque dicen
que sabe hacer milagros
viene Laura que trabaja de copera
se santigua mientras ruega
por mas clientes y mas coñac
Viene Juarez correntino de los mares
perdió un brazo en el "Antares"
y ya no sale a pescar
Y Lucía la mas mia, la lejana nada dice,
solo lava mis pies con resignación
Todo el barrio
incluso Aldo el policía
piden cosas a María
la mas virgen del amor
Porque dicen que sabe hacer milagros
Madre santa virgen de la cicatrices
reina de los infelices
secos de tanto llorar
Concedeles aunque sea un vuelto chico
un humilde milagrito para que puedan zafar
Mi casilla convertida en una iglesia
cobra milagro en especias y no obliga a confesar
Puse un toco de monedita en el banco
por cuidar de este santuario
ya no salgo ni a apretar
Y eso es el mejor de lo milagros
Soy campeón de las cosas olvidadas
tengo una virgen prestada
por el voto popular
Te prometo esposa absurda, novia mía
casarme ante Dios un día
devolviendote a tu altar
Concedeles aunque sea un vuelto chico
un humilde milagrito para que puedan zafar
Es mi novia la mas linda de la villa
te robé de una capilla
en la fiesta de guardar
Es mi novia la mas linda de la villa
te devuelvo a la capilla
si algún milagro nos das
Porque dicen que sabe hacer milagros
Porque dicenque hace los milagros
Porque todos precisamos un milagro

Letra de: Mirta de Regreso por Adrián Abonizio

De regreso, Mirta
ya sabes tres años a la sombra
no quiero saber si me fuiste fiel
yo se que una mujer valiente se inclina igual,
para el lado de la sed
Servime algo, Mirta
parece mentira el verte como antes
pero para el que vuelve del infierno
ya no hay mas fantasias,
solo quiere un tiempo blando
pero esto mirta nunca lo sabras
No es nesesario que estes alegre
ni que prendas la luz
entre despacio sin que me vea nadie
la noche se abre como un abrigo, Mirta
y es un sabado mas, como dice el tango
Mirta contame como andas
Hace de cuenta que estuve navegando
es casi lo mismo, solo cambia el paisaje
abajo el mar, que nunca se vea
arriba el cielo, el cielo raso
y tu foto en la pared
La moda a cambiado un poco, Mirta
ya no hay ni un pelo largo
todos parecen soldados
me siento parado en un cementerio
me recibio el frio y un nuevo gobierno
Mirta no recuerdo ni tu cuerpo
Y ahora me voy, Mirta
para vos soy un extraño conocido
si no estoy llorando,
no ves como me la aguanto
debajo de la cama asoman sus zapatos
Mirta gracias por todo
Salgo a la verja, parece que ha llovido,
en la estacion retumba el 'Extrella del Norte''
veni a verme cuando salgas' me dijo el Turco,
comes todos los dias y no hay problemas de laburo
Solo algunas noches,
solo algunas noches,
salis a trabajar.

Reflexiones: Plaza del Santísimo Rosario por Adrián Abonizio

Jueves, 03 de febrero de 2005
Camino junto a los bordes de esta plaza con mi hijo, quien no logra dormirse en la sobre siesta veraniega atenuada por un airecito de sudestada reconfortante. Aparento guiarlo, pero es él quien me lleva a mi, ya que su voluntad es férrea y sus mandatos irrenunciables. Los parientes viven magnificado sus talentos de tirano. ¡Con que poco tiene al pueblo cautivo!: solo reír, dormir, balbucear cosas incomprensibles le ha bastado para esclavizarme en la casa y convertirme en su ama de llaves, cochero, cocinero de palacio y madre de leche.

Lo conduzco con la delicadeza que se le debe prodigar a una Majestad, pero él ni me mira, abstraído como está en el cielo rectangular delineado de hojas que enmarca el panorama de su auriga de plata. Al llegar, unas chicas pasan dejando una estela de hormonas, perfume y bullicio: son preciosas, lo saben y yo las he descubierto sin voltearme para verlas. Saco la cuenta y me sonrojo: las tres suman mi edad.

En un rincón con penumbras de ligustro, un jovencito medita como un Cristo en extramuros: de él, de muchos como él yo admiro el tezón para seguir viviendo en un país que no los quiere. Admiro sus inocencias vestidas de rock y cerveza. Tiene a sus pies una botella vacía y quien pasase y lo contemplase admonitorio vería solamente a un pibe borrachín. Yo miro en él a millares de argentinitos fabulosos. Que trabajan de lo que pueden, que han sido echados de los colegios y a fuerza de golpes han aprendido a pensar solos, espiando entre los ligustros el rayo de sol que parece esconderse siempre en otra parte.

No somos mejor que él, me digo. Mi generación ha sido hambreada en las trincheras, aterrorizada por razzias, desaparecida en salamancas, pero también ha traicionado, especulado, digeridos fondos públicos y decapitado ideales que cuando mozos decían defender. Estos pibes no tienen nada que defender ya que nada les pertenece que valga la pena. Algunos sacan de una cajita de madera cohetes baratos para hacer ruido y algunos porros. Una mujer muy delgada pasa trotando y su perrito, una réplica, le copia el paso.

Mi hijo no se queja: el trato preferencial más la velocidad de crucero parecen agradarle. Sigue perplejo, emborrachado con luz y sombras verdes, negras, doradas, que fabrican las hojas de los plátanos. Allí hay un árbol que desentona; es un nogal gigante bajo el cual un grupito de gente está formada en arco. Me acerco y descubro que son fieles orando y que junto a ellos una virgencita del Rosario refulge presa en su jaulita de vidrio. No la ven, no ven nada más que lo que evocan sus abluciones: "...llena eres de gracia y bendito es el fruto de tu vientre Jesús".

Ahora han aparecido Las Amazonas del Espacio. Son tres hermanas en edad madura, abundantes de vida y humor negro, quienes han resuelto verse todos dos los días durante décadas. Mi admiración es por su fraternal obstinación y su leyenda. Integraron un club secreto de ocultismo denominado El Club de las Niñas Pasco y ahora, jubiladas de la magia, transfieren sus poderes a los nietos. Las han visto disfrazadas de clowns en hospitales, tomando mates con los travestís atardecidos, financiando rifas para empresas perdidas. Se admiran de la belleza real de mi Príncipe al que le auguran, luego de sondear en sus ojos grises, salud y amores varios. Alguna vez, alguien las reconocerá en la adustez de una placa de bronce que diga: "Por aquí pasó la Alegría".

Nunca será tarde, me digo, aunque siempre parece estar a punto de serlo. El príncipe de orejas de Buda me sonríe por vez primera en la tarde y se deshacen de golpe todos los pesares. Estoy sin trabajo, su madre alimenta a ambos. Ya es casi noche. Los patos en la hondura del cielo pasan en formación; mi hijo les susurra gouuuuuuuuuigiiiiiiii, que debe significar algo así como "Yo también voy a volar un día como ustedes. Mi papá antes volaba pero de a ratos parece olvidarse. No me hace faltar nada pero tiene los ojos tristes".

Ahora, ya anochecidos del todo, los fieles suman once: podrían armar el cuadro para un amistoso nocturno en cancha grande si así lo quisieran. Se van, ignorando que dejan a la virgencita tan sola como nunca a merced del Diablo del Saladillo quien, como sabemos, se aparece ni bien se pone oscuro aquí, en esta plaza al sur de la ciudad del Santísimo Rosario.