Miedo del miedo - Adrián Abonizio

En el año 1983, Adrián Abonizio participa de un proyecto maravilloso llamado Rock Rosario 83, donde interpretes rosarinos incluían un tema de su autoría, con la llegada de la democracia y el olvido de los momentos de años de plomo.
Hoy gracias a la tecnología, a andar preguntando y metiendome en páginas para poder digitalizar éstas reliquias, puedo compartir con un ustedes uno de los temas que durante mi adolecencia me acompañaron y ayudaron a entender lo que vivieron mucho de mis amigos que fueron a Malvinas.
Ojalá les guste, tanto como a mí y disculpen el sonido que no lo he podido mejorar más.

Daniel Mura

http://www.hotlinkfiles.com/files/2146719_g9gjo/iedodelmiedo-Adri__nAbonizio.mp3

Anticipo "Trinidad" - Abonizio - Bandera

Hoy miércoles 17 de Diciembre, Adrián Abonizio participó de un programa de Radio , la Rock & Pop , donde luego de cuentos, risas, anécdotas y otras yerbas, Adrián dió un anticipo de un tema que sin duda alguna será un exito más , llamado Trinidad , a duó con el músico Bandera.
Aquí va éste pequeño anticipo para todos los fans de Adrián.





http://www.hotlinkfiles.com/files/2146693_peovo/Trinidad-AbonizioyBandera.mp3

Espero que les guste. Me pueden dejar sus comentarios aquí abajo. Será recompensado mi trabajo.

Anecdotario Nª 10: Cuando escribí... Dios y el Diablo

Dios y el Diablo en el taller: el Bien y el Mal , según me lo habían enseñado en el catecismo, pero en versión criolla.
Hambre de boemia, amigos que proveían de comer y el empecinamiento de fumar, y escribir toda la noche.

Adrián Abonizio .

Anecdotario Nª 9: Cuando escribí... Rieles

Rieles de San Pedro: Mi papá , gran fabulador, me hizo creer por sus relatos que San Pedro era una ciudad mística, poblada de mujeres bellas, naranjas de diez kilos y trenes que doblegaban la velocidad de la luz.
Inventé una historia de amor en esos años repletos de melancolía por un país que había sido roto.
Adrián Abonizio

Anecdotario Nª 8: Cuando escribí... El Témpano

Cuando lo terminé se me acabó con la última línea la furía que sentía.
La escribí en una cocina embrujada y lo mandé por carta para que lo grabe Baglietto.

Cuando lo anoté le agregué un título al azar, sin pensar en nada, solo por el gusto del absurdo: luego entendí que somos como los témpanos, por abajo, por dentro,somos más profundos y nos ocurren más cosas que las que dejamos ver.

Adrián Abonizio

PARA MI AMIGO DEL ALMA, el ABO





Estimado poeta del verso rebuscado, que cambiaste mi vida,
recuerdo tus acordes que resuenan en mi cabeza,
tararié tus canciones, sin que nadie las sepa,
y me aferré a tus letras para marcar diferencias,
Enalteciste una época de cantores de barrio,
hoy nos faltan poetas que nos escriban quimeras,
en tú mundo amarillo me enseñaste que el azul canalla,
brotaba de tus lapiceras,
le cantaste a tú mami, al amor, y a la maestra,
a valores que juntos mamamos por Echesortu,
trovador rosarino que cantaste mil historias,
recorriendo nuestra patria con tus musas arrabaleras,
Hay quién junta monedas, estampillas o piedras,
hay quién se muere en alcohol, en juego y en piernas,
yo junté los recortes, los archivos y las letras,
y me mostraron otras realidades que aunque no supe escribir,
desde mi corazón de barco, las sentí a tú manera.


Autor: Daniel Mura
20 de Julio de 2008.

Anecdotario Nº 7: Cuando escibí ...

La villa de los milagros: es la más jovencita de todas y reafirma mi enfermedad , que consiste en un enamoramiento de las imágenes religiosas, preferentemente femeninas.
Adrián Abonizio

Anecdotario Nº 6: Cuando escibí ...

Plantas Argentinas: democracia recién nacida y una visión un tanto inocente del mundo. Quería sacarme el dolor y escribía por eso. Quería dejar testimonio, me sentía en la obligación cuando aún era virgen en grabaciones y tenía pavor de no poder dedicarme a la composición de canciones.
Adrián Abonizio

Anecdotario Nº 5: Cuando escibí ...

La historia de Mate Cocido: Estaba sentado, fumando, cerca del río sobre unos troncos vencidos de jacarandá. El viento hacía caer florcitas de sus ramas y me ví en el personaje de ( aquí va el nombre completo que no recuerdo) de Mate Cocido, según las crónicas policiales de los años 30, de un "delincuente sanguinario".
Yo no era ni una cosa ni otra , pero sí me sentía "afuera" como él, esperando en los caminos un golpe de suerte con que cambiar de vida.
Adrián Abonizio

Dedicatoria interior CD Extraño Conocido


Entrevista por Alumnos de 4 "A" y "B" del Colegio Parque España de Rosario

Entrevista : a Adrián Abonizio

1- ¿A qué edad diste tus primeros pasos musicales?
A la edad del colegio con el grupo que participaba de los actos escolares, para luego seguir fuera de los claustros, ensayar, estudiar música y así jugando y practicando la amistad y la composición a la vez.


2- ¿Qué papel jugó la música en el desarrollo de tu infancia?
Mucha. Ya que no había reproductores de música se oía solo radio y por ende la audición era variada.En aquella época, aún los temas mas pasatistas estaban mejor confeccionados que cualquiera de los de ahora.Y los programas que se oían constaban de orquesta en vivo, lo que le otorgaba un carácter de “primera mano”.


3- Ser parte de la trova rosarina, ¿fue fundamental en su carrera musical?
Definitivamente.Te da pertenencia


4- ¿Crees que tu obra con la trova fue el detonante para el nacimiento de una nueva música en Rosario? ¿Cuáles fueron los fundamentos de ese movimiento musical?
No sé si “nueva música·” pero sí que ocupamos un lugar que no había.Y fue una convergencia histórica interesante de ahí su particularidad.Por otra parte nos “descubrieron” de Buenos Aires y como somos dependientes de aquella ciudad generó más atención.Pero el germen estaba y tarde o temprano se iba a propagar.


5- ¿Cuáles son los beneficios y las pérdidas de desarrollar una actividad artística en Rosario?
Por un lado te da continente, referencia y cercanía por el otro te limita el horizonte.Para componer, escribir o tocar cualquier lugar es bueno.Cada uno debe medir si tiene la fuerza para irse o para quedarse.Son decisiones muy personales.No creo en los chauviunismos ni defensas a ultranza del sitio donde se ha nacido.El artista es un buscador, por ende, puede tomarse la libertad de salir al camino.


6- ¿Quién o quiénes se deben hacer cargo de la transmisión de la cultura en una sociedad?
Todos, tomando como cultura a un modo de hacer las cosas o la vida misma.Los referentes artísticos de un lugar deben estar atentos a los cambios en la cultura y ser eficaces a la hora de retransmitir esos movimientos imperceptibles.Descreo de los “artistas oficiales” que trabajan para próceres o los ponen en ese lugar.


7- ¿Cómo componés una canción? ¿Cuál es el detonante que necesitás para componer?
La canción es un ejercicio espiritual y estético que debe hacerse con asiduidad más allá de los resultados.Es como comer o dormir: necesario.De allí que la “sagrada inspiración” es o debería ser resultado de un trabajo cotidiano, arduo a veces y por lo general idealizado.Yo me obligo a componer.


8- De todas las actividades que realizás como compositor, cantante y escritor, ¿cuál es la que más disfrutas?
Escribir te da la soledad necesaria, tocar en público es un riesgo placentero.Ambas cosas en mi caso se complementan y las busco.


9- Si el día de mañana tuvieras que abandonar la música, ¿qué harías? ¿a qué te dedicarías?
Guarda fauna o alguna actividad cercana a la naturaleza.


10- ¿En qué etapa de tu carrera musical te encontrás hoy?
Siempre más adelantado que la realización en objeto de la creación.Tengo tres discos terminados y compongo mucho, de ahí que cuando salen, me “atrasan” como un mal reloj.Pero, siempre aprendiendo.Y con esa buena disconformidad que te empuja a seguir mejorando.


11- Hablando un poco de actualidad, ¿qué solista o banda pensás que está siendo productivo musicalmente?
Muchas.Hay un impasse en el folclore, en el rock y en el tango muy interesante.Se están combinando, fusionando y no se respetan los límites, en algunos casos, por suerte.


12- ¿Qué música no debería faltar o sería imprescindible que escuchen los jóvenes?
Beatles, Yupanki, Goyeneche,Chico Buarque, Jao Gilberto, Frank Zappa,Gershwin, Miles Davis.Utopías musicales lejanas que estan en la cumbre mientras que lo que difunden es de lo más oscuro en cuanto a composición, actitud y liberación del alma.


13- ¿Qué música te gusta escuchar?
Cualquiera, de cualquier lugar que sea con tal que me guste.Oigo más instrumental pues como trabajo con la palabra es un descanso oír algo que no sea la voz humana contando algo.


14- ¿Hay algún género musical que identifique a los rosarinos?
No sé........es muy arrogante decir que la Trova lo es.


15- Si tuvieras que salvar o elegir una canción para el futuro, ¿cuál sería y por qué?
Una sola es difícil, pero pongamos Let it be. Dejalo ser.Dejar ser lo que cada uno quiera o pueda;no poner trabas.Ni impedir, Ser generosos.Repasar nuestros egoísmos.Contribuir a algo mejor.Pasar por este mundo haciendo un bien, chico, minúsculo pero necesario.En algún lado queda escrito y sirve.


16- En tu canción “dormite patria” hablás de la relación del niño, la escuela, y la argentinidad. ¿Cómo creés que se relacionan los niños con su patria hoy?
El concepto de patria es amplio.Lo usan los traidores políticos también.Una cosa noté: que en cada región del país los chicos se relacionan con los símbolos patrios de diferente manera y en el interior más lejano del “centro” esto es Buenos Aires el respeto es mayor, como si se comprendiera mejor la patria.Es una sensación.


17- Actualmente se elijen carreras para el desarrollo de una profesión u oficio que garantice un ingreso económico importante. Muchos jóvenes apartan su verdadera vocación artística en la búsqueda inmediata de una entrada de dinero segura. ¿Qué consejo le darías a quienes tiene vocación de artistas pero dudan en el momento de tomar una decisión?
Wall Street es la respuesta.La especulación, los negocios que van en contra de la salud de la gente terminan mal, en este o en el otro mundo.
La única felicidad posible es poner todo el empeño en lo que uno deba ser.
“Nunca amés sin esperanza” dice el dicho.

Realizada por vía e-mail en el mes de Octubre de 2008, por idea de la maestra de Música Profesora Susana Francesio, del Colegio Parque de España de Rosario.

Café : "La Buena Medida" con Adrían Abonizio

Reunión de amigos : Ana , Daniel y Adrián, entre risa y exámenes, comentando los aconteceres de nuestras existencias en uno de los bares más antiguos (hoy remodelado) "La Buena Medida" de la ciudad de Rosario, mientras caía la tarde del 5 de diciembre del 2008.

Crónica del recital en Morrison Bar por Marisa Artale

Abrió el recital cantando 2 canciones de Rubén Goldin : Basura en Colores y Sueño de Valeriana.Agradeció a todo el publico , haber ido un dia domingo. Siguió el recital con el tema Te hablo , tan romántico ....dedicado a una admiradora.Fue muy aplaudido y ovacionado en todos los temas mas conocidos especialmente en : Historia de Mate cocido, Mirta de regreso y el Témpano cantado por todo el publico ...Continuo luego con La Oración del remanso de Jorge Fandermole , Mas tarde invito a cantar a un amigo de Santa Fe , el cantautor Martín Sosa, quien le dice que era muy chiquito cuando conoció esa canción ,y Adrián le contesta que todos eran chiquitos y el único que envejece siempre es el ....Cantaron juntos otro tema de Fander "Cuando " y "Corazón de Barco." de Adrián .Hablo de un tema homenaje a Litto Nebbia , que se llama Canción de niño en cocina , con todo el estilo del virtuoso rosarino..Otro tema que recordamos fue Todo es humoAclaro que tiene un montón de temas nuevos , por suerte , pero esta noche quiso recordar temas viejos con nosotros ...Azules, Príncipe de manicomio , Nos sorprendió con el tango El dia que me quieras , muy bien interpretadoCerrando el recital con El Témpano cantado a coro por todo el publico y un bis que fue Dios y el diablo en el taller ..Aplaudido y ovacionado en la ciudad de Santa Fe , realmente se lo merece ...Se lo vio tranquilo y su voz sonó muy clara y linda , realmente no pasan los años para Adrián ....

Gracias a nuestra FANS N° OO corresponsal en Santa Fe.

Recital éste Domingo en Santa Fé



Ciclo "En versos y trovas"
presenta a...

ADRIÁN ABONIZIO
Domingo 30 de Noviembre de 2009 - 21.30 hs
"Morrison bar" 25 de mayo 3428, Santa Fe

Crónicas Rosarinas: La fermosa Formosa

La fermosa Formosa
Por Adrián Abonizio
Cuando dije que me iba a Formosa faltó poco para que me recomendasen la vacuna contra la fiebre amarilla o la sugerencia de grabar sonidos de monos aulladores.
Pocos conocen a alguien que haya ido a Formosa. No es ni siquiera una provincia olvidada, es solamente la no recordada. Figura en álbumes familiares de remotas casas donde su dueño está retratado bajo el sol, surubí en ristre. Donde jugar un partidito de fútbol a las diez de la mañana con 48 grados de sensación térmica puede ser una experiencia límite. Como cenar yacaré, mientras las barcazas del contrabando suben y bajan de Alberdi, Paraguay, donde se consigue una imitación posible de cualquier cosa.
Un rosarino se debe cuidar en el lenguaje ante todo. El habitual “boludo” o la expresión cordial “¡Qué hijo de puta!” pueden hacer crecer un muro alrededor nuestro. Las tres etnias que comparten el lugar viven entre los demás pero apenas si hablan con la comunidad. Pero se llaman “hermanos” entre sí. Son los tobas, los wichis y los pigalás. Entre estos últimos, un amigo al que intenté vanamente hacer hincha de Rosario Central apelando a los colores vivaces de su enseña, me susurró que no está en su lengua el uso frecuente de la palabra amor, sencillamente porque pareció sugerirme que lo que está no se expresa. Está implícito, de ahí que al nombrarlo se lo desgasta. Las Lomitas es un paraje hechizado y son frecuentes en sus cercanías los accidentes viales: es lógico, pues en su alcaidía estuvo recluso el presidente más mufa de todos los tiempos y también el más temible por su capacidad de daño: Carlitos Saúl Menem. De su hijo putativo se dicen cosas como que baleó su propia casa para llamar la atención y que no puede dibujar ni la O con un vaso, dado la acatación a su negativa de retener algo de los magros estudios cursados. Ahí lo tenemos, en Buenos Aires, engordando con nuestros dineros, derrapando coches lujosos, haciendo crecer su imbécil fama de virilidad.
En Formosa florece el lapacho de tres colores, y la estación fría se llama invierno mientras que a la de verano le dicen familiarmente “infierno”. Hay en primavera un llamado al oxígeno y la luz, mientras para el fumador es un paraíso enmarcado en humo: en muchos bares es frecuente extraer un cigarrillo y pitar, mientras se mecen las palmeritas bajo el asador del cielo. Un cartelito anuncia “Si se va a embetunar no se saque los zapatos”, dado que era costumbre que el lustrador se los llevara fuera, a la vereda, para darle más enjundia a su trabajo.
—Hay tres Formosas—, me ilustra un maestro de grado. —La del estado brasilero de Goias, la isla de Taiwán y esta, la “fermosa” como le llamaron los españoles.
Yo le enumero todos los Rosarios del mundo y le gano por abandono: el sol del mediodía empieza a caer y huímos hacia distintas madrigueras. Paso por la Cruz de las Avenidas que de noche intimida por su descomunal tamaño encendido y de día se asemeja a una instalación postmoderna. Lo cierto es que, tras el cenit y hasta las cinco, todo se cierra y el averno con sus diablitos de tizne gobiernan la calle. Ni el Pombero asoma.
Leo un aviso en el Mediodía, diario local. “Se hacen sepelios a domicilio”. Intrigado, pregunto y me dicen que es común sepultar a los deudos en casa propia, de ser posible en los fondos.
Qué lejos y qué cerca estamos de entendernos. Parte de una Argentina ignota que solo aparece en algún documental, con sus palmares, sus flores exóticas y sus cercanías con la selva: un mar interior tan nuestro como desconocido donde la resignación y el cariño por las cosas propias constituyen una extraña mezcla. El llamado, como cualquiera que sea de altura, supera todo: se arman grupos de música, de teatro, cuyo horizonte es la ruta que limita al sur o con las boyas verdes que en la noche delimitan el río Bermejo. Un cable invisible cortado que a nada comunica.
Formosa era, en mi aula inicial, un rectángulo pintado de rosa. Más sabía de la 9 de julio que del lapacho, mucho más del actor de moda que del wichi alucinatorio vestido de monte, de animal mágico, en su fiesta principal.
¿Quiénes somos? ¿Qué elucubración monstruosa nos dispuso así, tan lejanos, erráticos los saberes, tan dispares y tan desconocidos? ¿Por qué miramos a la otra gente como si fuesen habitantes de otras galaxias? ¿Por qué son tan distintas y no hay pasarelas mientras los hombres no se lookean y no hay metrosexuales, ni metros, ni aires sexuales?
Es una tierra de picardía en sus dichos y de ingenuidad en sus haceres. He oído discos tobas que si Peter Gabriel los escuchara los convertiría en world music y en famosos. La belleza de sus morochas es proverbial pues no proviene de la producción: está en ellas, en sus líneas humanas que dejan ver alguna cintura excedida. En sus pinturas rústicas, sus colores selváticos, su candidez que está fuera del áurea de moda alguna.
Hay un riacho —Pykysyry— que conduce a la isla de Oro donde dicen que el ejército paraguayo, en retirada por la masacre de la Triple Alianza, enterró allí una fortuna. El islote está lleno de pozos y las monedas no aparecen. Por el sureste conviven correntinos junto a polacos. Por el este, alemanes con suizos y más al oeste, en tierras wichis, sirios libaneses con españoles. Todos saludan al paso de una canoa. La misma que condujo a Lucio V. Mansilla a ensoñorarse por estas tierras y sugerir el nombre de Punta Hermosa. Recién en 1955 se declaró a la provincia perteneciente a la Argentina. Un territorio salado y dulce, acuoso y reseco, cuyos durmientes o postes se multiplican por las vías transitables del país.
Al llegar a mi Rosario, atribulado de imágenes descubro que a la nomenclatura blanquiazul de la calle Presidente Roca, proverbial asesino de aborígenes, le han pintado prolijamente el nombre de Pocho Lepratti, el Angel de la Bicicleta que cayera por las balas policiales en el 2001 defendiendo su comedor infantil. ¿Cuántos formoseños habrán caído en las misiones, en las guerras de conquista, en los obrajes?
Habría, creo, que tapiar de anónimos nombres las denominaciones de sus calles, del país entero. Formosa, la “fermosa”, con su condescendencia de deidad selvática y su mansedumbre, lo habría de permitir.
También que se declare a Las Lomitas, donde pisó aquella lacra de ex presidente con apellido de anagrama maldito, jurisdicción del Mal.
Fuente Revista Zoom

Un chiste del destino por Adrián Abonizio

HOMENAJE A FONTANARROSA. AL NEGRO LO VENÍAN VELANDO DESDE HACÍA MUCHO Y ÉL ASISTÍA A ESOS VELORIOS ANTICIPATORIOS, ESTIMO, CON GENEROSIDAD Y SENTIDO DEL HUMOR.
Su empuje es legendario ya y su previsión ante lo que lo aguardaba digna de un gigante. A Landriscina en uno de los múltiples homenajes el inconsciente le jugó una mala pasada: se deshizo en elogios sobre su figura allí -presente- y culminó con un chiste sobre muertos.La costumbre argentina de llorar sobre el artista caído hizo que se apilaran estos encuentros. No desmerece el fervor por el Negro: solo llama la atención y macabriza la escena de despedida que nadie se quiso perder. Hasta tuvo la gentileza última de facilitar la nota póstuma: morirse a una hora razonable para que los diarios de mañana puedan narrar su adiós. Vendrán ahora los Mendietas angélicos y los Inodoros del más allá; el bronce, los nombres a algunas arterias del país, la biografía y su cara en todas las remeras. Yo no tengo palabras y eso que como tantos sabía el final de este chiste del destino.Yo no puedo escribir más que esto: tuve la fortuna de que una noche lejana, allá en el viejo Cairo de mesas blancas y sillas violetas espeluznantes, haberlo hecho reír con mi pedestre ingenio. A él, justamente a él. Y que recitara mis versos en un disco de Central, justamente él, el mismísimo dueño de las palabras exactas que uno nunca tiene.Confieso en verdad que me alargó la vida como ocurre con los magos: te tocan de una vez y para siempre abriéndote las puertas más oscuras de las cavernas que uno visita en su horizonte de palotes que pretenden ser cuentos y gags nunca bien resueltos. Me reconcilió conmigo, me hizo ver lo absurdo y tierno de lo humano. Hizo que dejara de tomarme tan en serio.No estoy triste, estoy sorprendido de que se haya ido. Creí que era inmortal, que alguien que dio, da y dará tanta felicidad es imposible que se termine. No lo creo, por más obituarios que lea o estatuas que se descubran. No lo creo y estoy en mi derecho de inventar la ficción que más me guste: el Negro lo entendería.
Fuente: Diario "Rosario 12"
Más información: www.pagina12.com.ar

Reflexiones: Elogio de la estupidez

Jueves, 23 de diciembre de 2004
Admiro a los que lucen inteligentes, opinan cosas brillantes y son perspicaces. Yo me siento torpe, al extremo de que mis pálpitos se pierden, pues son pálpitos de un distraído.

Admiro a los que creen en un dios, cuando los horrores de la condición humana alcanzarían para desconfiar de su mediación divina y de su "a imagen y semejanza". Los envidio sinceramente y con fervor; mi estupidez es tal que deposito mi pasión en mirar pasiones ajenas.

Admiro a los que son limpios de espíritu, a la gente que muestra sus sentimientos sin reparos, porque en ello reside su fortaleza. Yo esquivo exponerlos por miedo, creyendo que lo hago por delicadeza.

Admiro a los honestos de bolsillo y de alma: yo soy un fluctuante entre el ser y el parecer y a menudo he propiciado pequeños hurtos con el atenuante que el mundo me debe algo por tratarme de tan injustamente.

Admiro a los que descubren en los catálogos cómo funcionan los aparatos domésticos; a los que recuerdan los nombres de cada actor, cada película, cada libro; a los entendidos en tópicos inasibles como circuitos eléctricos o mecánicas de objetos necesarios. Mi ciencia sólo sabe de dispersión y desmemoria: cuento estrellas y las clasifico por color hasta que me quedo dormido.

Admiro a los prósperos que se han labrado un porvenir mercando con necesidades ajenas como la salud, la comida o el sexo. Debo ser un estúpido que no podría dormir tranquilo sabiendo que lo que tengo lo necesitan otros y sólo pagando evitarían sus hambres distintas.

Admiro a los que saben seducir. En la mayoría de los casos las mujeres a las que accedo terminan contrariadas con mi cortejo y aceptan más por aburrimiento que por deseo.

Admiro a los náuticos, a los marinos de verdad que conocen la lucha brava contra los elementos. Yo sólo soy un estúpido que sabe mucho de literatura de oleaje pero de seguro vomitaría en cubierta ante un leve azote del pampero. Además cree que bajo la superficie hay algo monstruoso que acecha y me está esperando desde siempre.

Admiro a los que logran salir indemnes de las mentiras; psicópatas domésticos e imperturbables, triunfantes de oratoria sensual. Yo soy un estúpido que cree que las palabras tienen vida propia y que su mal uso las envenena. Soy de los que tartamudean con cualquier sanata inofensiva.

Admiro a los que cuentan chistes con gracia y se constituyen en el alma de las fiestas. En ellas suelo elegir un rincón y se me pegan chifladas, solitarios o poseídos indefectiblemente.

Admiro a los ambientalistas que protegen el aire, la tierra, el agua o que salvan especies enteras del exterminio. Soy un estúpido que aún hoy tira los papeles en el piso y al ver a un animal no deja de pensar cómo sabrá su carne a la parrilla.

Admiro a los diseñadores, a quienes saben combinar pigmentos y ropa: yo no puedo ponerme una camisa y un pantalón sin parecerme a Piñón Fijo.

Admiro a quienes disfrutan con el baile y se los ve ligeros, libres en serio. Yo soy un estúpido fóbico y anorgásmico para las cuestiones de la danza; uno de esos que sueñan con lanzarse a las pistas y volar dentro de sus zapatos, pero éstos están rellenos de plomo y toda la gente no hace más que fijarse en nosotros, esperando que caigamos en ridículo.

Admiro a los felices sin testigos ni sombras de acechanzas: soy como ha dicho otro, un paranoico al revés que teme que la gente busque hacerlo feliz. Admiro a quienes tienen paciencia con los niños y los entienden: soy un estúpido sin talento para el hecho. Son para mí unas presencias animales insondables como las criaturas que viven en el fondo de los mares.

Admiro al que cree en el más allá. Yo no dejo de pensar que es un placebo redentor que nos hace conformistas, pero amortigua los dolores. Debo ser un estúpido que solo compra cosas nuevas, nunca usadas. Admiro a los vencidos que lucen estoicos, a los héroes que no están en el bronce, a los luchadores sociales con el corazón intacto. Yo sólo soy un pobre estúpido que desconfía, aun de las causas justas.

Admiro a los elegantes y a los nocturnos, a los revolucionarios y a los audaces, a los agnósticos y a los ilógicos, a los libertos y a los libertinos. A los jóvenes amables, a las mujeres prácticas, a los viejos expertos. A los argonautas y a los astronautas, a los pacifistas y a los paisajistas, a los perdedores y a los emprendedores, a los exóticos y a los exagerados.

Admiro a todos ellos y a muchos más. Todo lo ajeno me deslumbra y me parece rotundo. Yo sólo soy uno que no entiende de nada y deduce que el mundo ha de ser por siempre ancho y ajeno. Un estúpido al que sólo le interesa cómo se combinan las palabras.
Autor: Adrián Abonizio